jueves, 5 de septiembre de 2019

El tipo de la puerta

           
 
 
           Conozco un tipo de mirada ausente y tez enrojecida seguramente por efectos más de un alcohol que de un rayo de sol.
           Un tipo al que recuerdo desde hace ya unos años y que siempre me recibía a la puerta de una iglesia con las manos entrelazadas, mirando el suelo y saludando muy bajito, casi imperceptiblemente.
          Ese tipo sólo buscaba una limosna, una moneda, una ropa o simplemente una mirada.
          No fueron muchas las ocasiones en las que le ayudé con dinero, pero nunca le faltó por mi parte un educado saludo.
          Me caía bien este hombre; sin molestar a nadie, sin perseguir presuntas almas caritativas. Simplemente, permanecía allí en silencio y sólo acertaba a decir gracias cuando alguien tenía a bien tenderle su mano y algo más.
         Un día, dejó de ir; dejó de situarse en su lugar habitual y nunca más supe de él, hasta ayer.
         Andaba yo por mi calle y no sé si iba, venía o esperaba, cuando una voz fuerte escuché a mis espaldas que decía:

¡Hasta luego!

         Me giré reconociéndole al instante. Mismo semblante enrojecido, pero esta vez con una gran sonrisa dibujándole el rostro. Esa típica sonrisa de quien se alegra sinceramente por verte. No pude por menos que devolvérsela y pensar mientras le seguía con la mirada:

Quien menos tiene, más me ha dado hoy”



*Dedicado a esas personas que desde la humildad más extrema, saben como nadie hacer de éste, un mundo mejor.



12 comentarios:

  1. que linda entrada, esperanzadora de la raza humana ja... a veces uno no sabe como comportarse ni como ayudar, dándole visibilidad a las personas es una de las buenas opciones... saludos...

    ResponderEliminar
  2. Querido luismi...
    Se perfectamente del hombre que hablas y es cierto que ya va poco por esa iglesia o quizas nada.
    Voy a ser muuuuy mala.
    Quizas él , al igual que algunos parroquianos se diera cuenta del desparramo parroquial allí existente y decidiera, al igual que otros....poner tierra de por medio.
    Lo que si recuerdo de él es que me viera donde me viera, siempre había un saludo y una especie de pequeña reverencia que solía hacer al pasar cerca de él.
    Creo que la vida , a veces cruel, no le ha tratado bien, no se rodeó de gente que le quisiera o quizás los derroteros de esta vida le llevaron muy lejos de quien le quería.
    Es de esas personas que creo se merecerian una nueva oportunidad en la vida.

    ResponderEliminar
  3. Gracias por tu comentario JLO.

    Siempre debemos intentar dar mayor visibilidad. El problema opino es que vemos y oímos sin pararnos a contemplar y escuchar.

    Saludos

    ResponderEliminar
  4. Querida Lady Writer:

    Estamos hablando de la misma persona, sí.
    Siempre me cayó bien este hombre y casualmente ha "desaparecido" casi al mismo tiempo que una mujer que también conocemos y que ya no suele ir por allí tampoco. Al menos, es curioso.
    Hablaremos personalmente del tema.

    Besos

    ResponderEliminar
  5. Hola!! que bueno que esa persona se cruzo con vos, que sos una persona solidaria, siempre me pregunto cuando encontramos a personas tan solas y desamparadas que habrá pasado con sus familias porque llegaron a esa situación, pero lo que podemos hacer es darle una mano y ayudar en lo que podamos... si todos hiciéramos lo mismo no habría personas indigentes... !! Besos Luismi

    ResponderEliminar
  6. No te falta razón Grace. Lástima que el ser humano en general, no hagamos de nuestra teórica humanidad una virtud.

    Besos

    ResponderEliminar
  7. te desnudas con palabras maravilloso tarea no fácil pero buenas
    un abrazo grande

    ResponderEliminar
  8. Bella dedicatoria has hecho, Luismi, a esas personas que nos hacen la vida mejor.

    Besos.

    ResponderEliminar
  9. Los limpios de corazón se reconocen, guardan imágenes que ni siquiera ellos mismos se lo explican, por eso verán Dios. Seguro.
    Tu corazón debe ser más grande que tu puño, el mío después de unas
    largas vacaciones ha recibido un duro golpe, totalmente inesperado. Ojalá mi fe fuera tan fuerte como la tuya.
    Vivir es morir un poco cada día. No me cabe duda.
    Saludos Luismi, a tu familia y a ti.

    ResponderEliminar
  10. Siento mucho que ese regreso de las vacaciones haya sido triste. Quién sabe si esa fe cuando menos lo esperes te sorprenderá de algún modo. Mientras tanto, te presto la mía para lo que necesites.

    Un abrazo fuerte para todos

    ResponderEliminar

Se agradece siempre tu compañía y opinión. Este blog sería un algo en la nada sin comentarios.
Gracias

Calle Libertad

  Dejé una calle de nombre Libertad, echando la vista atrás con el gusto amargo de recuerdos que siendo hermosamente pasados y vividos, dudo...