Los años pasan, pero las ganas de jugar creo que no
terminan de dejarse atrás. Cualquiera que siga llevando en sus adentros parte
de su niñez, siempre sentirá deseos de perderse en cualquier juego.
Últimamente, mi juego favorito, es el escondite.
La cuenta atrás no tiene que ser de diez, veinte o
treinta. Depende el día y las circunstancias. Tampoco existen prisas reales por
alcanzar objetivos, ganar partidas o superar contrarios.
Simple y sencillamente, el juego consiste en encontrar
a quien se busca y a la vez, ser docto en el arte de saber esconderse.Confieso que estoy perdiendo facultades o el rival es de primer orden, porque no termino de encontrarlo.
Cavilar, pensar, intuir, o reflexionar, no dan el
resultado esperado a la hora de encontrarle.
Quizás deba dejar fluir la imaginación, el discurrir
del tiempo, o la misma vida y sus acontecimientos, para por fin poder alcanzar el
premio del triunfo.Creo que la mejor táctica será respirar hondo, despejar la mente y simplemente pensar que no es tan extraño que me cueste tanto trabajo encontrarlo cuando mi contrincante o mejor dicho, mi compañero de juegos, soy yo mismo.
Desconozco el tiempo que tardaré en encontrarlo y ni
tan siquiera intuyo si lo que encuentre se parecerá al mismo que conocí o creí
conocer. Puede incluso que encuentre a esa persona que siempre me asustó y
rechazaba encontrar y tenga que saber o aprender a convivir con ella, aún a
riesgo de que cambie por completo mi forma de ser o actuar con los demás.
Comienzo el juego en la esperanza de que llegue el día
en el que vuelva a compartir juegos y risas para acabar triunfante al grito de:
" Por mí y por todos mis compañeros
"
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se agradece siempre tu compañía y opinión. Este blog sería un algo en la nada sin comentarios.
Gracias