El ser humano está acostumbrado a
admirar la belleza exterior de las personas sin percatarse que la verdadera
belleza se encuentra en las profundidades de cada persona.
En apenas un mes, he sentido el dolor
de la pérdida de dos personas que siendo y sintiéndolas amigas, marcharon de
este mundo dejando atrás un rastro de altruismo que ojalá tenga su reconocimiento
terrenal y su continuación eterna más allá de las nubes.
Dos mujeres, dos amigas que marcharon
en silencio; sin tiempo apenas para una explicación racional que calmara la
incomprensión, el dolor y la perplejidad de los que aún quedamos por estos
barrios de la vida.
Covadonga, una mujer sufrida y sufriente, pero
que abrió su corazón, su casa y amistad a gentes venidas de otras tierras que
encontramos en su bella Asturias un paisaje de hermosísimas vistas y mejores
gentes. Fueron muchas las charlas, algunos pitillos y un raudal de sinceridades
los que nos unieron a mí y a los míos a esta mujer que cuando rehacía su vida,
encontró una muerte en soledad sin más explicación que el silencio de un día en
el que llegó su maldita hora. Apenas dio tiempo a unas lágrimas; faltó un
abrazo final; un “gracias” y un “te queremos”. Pero nos quedó el rastro de una
persona cuya voluntad final era la de donar sus órganos para que otras pudieran
seguir viviendo y la donación de lo que fue, es y será siempre en el recuerdo
de los que tuvimos la suerte de conocerla. A ella y a sus seres más queridos,
desde el dolor, pero también desde la esperanza, nuestra mayor gratitud, cariño
y amistad.
Piluca, porque nunca fue María del Pilar,
otra mujer cuya amistad iba más allá de pandillas de juventud. “La tía Pilu” como
siempre ha sido considerada por los cuatro que convivimos en una misma casa, ha
sido una mujer que aun viviendo en una lucha constante consigo misma, siempre
nos mostró una sonrisa sincera en cada encuentro, trasnochadas y charlas.
Hace mucho ya que decidió encerrarse
en sí misma y dejar de compartir con el mundo buenos ratos, risas y alegrías
que quizás hubieran ayudado a poner algo más en orden esa mente que no dejó de
sufrir desde que tenía unos poquitos años de edad. Su apariencia nunca
respondió a lo que verdaderamente sufría interiormente. No tuvo suerte en esta
vida o quizás tampoco supo o quiso buscarla. Más aún cuando unas batas blancas
hace apenas unos meses le pusieron fecha de caducidad aproximada a su vida. No
quiso luchar, no quiso combatir, no quiso salir de su soledad, no quiso recibir
un abrazo consolador, no quiso un último consuelo de un mundo que quizás se
cebó sin proponérselo en ella.
No quiso tampoco pensar en la
eternidad en la que muchos creemos, pero yo estoy seguro que también tiene una
puerta entreabierta para disfrutar más allá lo que no supo, no pudo o no quiso
hacerlo en el más acá. Dejó un testamento de valientes aunque en apariencia se
pueda pensar que en su vida no lo fue. Dejó su cuerpo a la ciencia. Sin un
velatorio, ni oraciones, ni despedidas, ni tan siquiera unas cenizas. Se marchó
sin más, como aquellos grandes pistoleros que en la escena final de una
película montando a caballo, se perdían en el horizonte para no volver. La
rabia de unos familiares, de unos amigos y de todos aquellos que intentamos
ayudar pero nos encontramos con un muro infranqueable, debe dar paso a la gratitud,
al reconocimiento y al recuerdo alegre por lo que seguramente, sin
proponérselo, dejó en muchos de nosotros. Descansa querida Pilu en esa paz que
nunca encontraste.
¡Qué altruismo, que belleza interior
la de estas dos mujeres! ¿Verdad?
¡Y qué dolor que a veces también la
belleza nos inflige!
Bonito y emotivo homenaje a esas dos mujeres de tu entorno, como bien comentas, que sean recibidas en el mas allá como se merecen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Matías. Que así sea. Un abrazo
EliminarQuerido luismi, tristes esas dos noticias que compartes en tu blog. A Cova tuve la suerte de saludarla en una ocasión y compartir su alegría con vosotros en unas antaño divertidas reuniones de unos mal llamados " amigos ".
ResponderEliminarLuego , el tiempo me unió más a ella por cariño a vosotros y siempre había una pregunta ..Como esta Cova? Y vosotros compartáis sus nuevas vivencias de las que nos alegrabamos.Luego llego Piluka y la petición de Mercedes de ofrecer oraciones por su recuperación, oraciones que se ofrecían con la esperanza puesta en una recuperación que no llegó, ni ella quería.Cansada del mundo que no la trato como merecía quiso marcharse sin más ,sin paz para ella ni consuelo para los que la querian.El maltrato destruye el espíritu de las personas ,bien lo se.Dificil muy difícil hayar la paz de espíritu cuando has sufrido este mal.Rezaremos aunque no lo.queria por la paz de su espíritu y el descanso de su alma .
Muchas gracias amiga por esas buenas intenciones y el apoyo de tus oraciones. Ambas mujeres sé que te lo agradecerán. Un beso gordo.
EliminarMe uno a tu sentimiento porque sé por desgracia lo que es perder un amigo. El pasado año fue un desastre para nosotros, se fue gente importante en nuestras vidas y para mí el más grande, cariñoso, risueño y bailarín que llevaba con mi marido desde primero de carrera, un aeronáutico más chiflado por esos cacharros voladores que sin esperarlo subió a las nubes y atravesó el cielo que tanto merecía. Ojalá volvamos a encontralos cuando tú y yo pisemos las estrellas.
ResponderEliminarUn abrazo chico de la mochila. No leo bien porque me han operado de los ojos, dos agujeros en el iris para evitar un glaucoma agudo con el que perdería la visión.
Querida amiga: perdón por el retraso a la hora de publicar y responderte. Coincido contigo en todo incluso en los problemas de visión porque yo estoy padeciendo ahora un desprendimiento de vítreo y y una lesión membranosa en el ojo "menos malo" que me impide tener una vida plena. Parece ser que debo acostumbrarme a convivir con ello. Pero bueno, mientras lo podamos seguir contando hasta que alcancemos lo que esperamos alcanzar algún día, seguiremos en la lucha. Un fuerte abrazo y muchas gracias por tu comentario.
EliminarAmigo Luismi, llevo mucho tiempo con ese desprendimiento gelatinoso de humor vítreo en el ojo izquierdo. Y no, no tiene solución, es muy molesto al principio pero el cerebro es muy listo y capaz de acostumbrarse con el tiempo a ello, te lo quedas puesto para siempre, una gracia más por la edad, hay que pedir que no te pase en el otro ojo pero por lo demás no tiene importancia. Dentro de poco tiempo ya ni te darás cuenta. Suerte.
ResponderEliminarOjalá fuera así pero es ue además veo los objetos deformados y parece ser que también debo acostumbrarme a ello. El ver los puntos negros, en mi caso, es lo de menos.
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