jueves, 2 de abril de 2020

Hasta otra


Ya ha llovido desde que un once de enero de dos mil diez, comencé a servir cafés con más o menos swing a toda persona que tuviera a bien atravesar la puerta de entrada de este rincón compartido en las redes.
No fue fácil inaugurarlo. Con más miedos que vergüenzas, me inicié escribiendo lo que pensaba e incluso a pensando lo que escribía. Ver, oír, observar, sentir, compartir, callar, gritar, denunciar o aplaudir, fueron varios de los verbos conjugados en las casi seiscientas entradas escritas desde entonces hasta hoy y que poco a poco han ido desnudando en parte la mente y pensamientos de quien hasta hoy os habéis encontrado al otro lado de la barra.
Nunca tuve que usar un derecho de admisión, ni usar la fuerza de la palabra para echar a nadie; todo lo contrario. Agradecido estoy por todos y cada uno de los clientes que atravesaron su puerta para encontrar a un tipo como yo que sin conocimientos en el difícil arte de escribir, diez años después, se siente orgulloso de pensar que fue capaz de dibujar sonrisas, derramar lágrimas ajenas y hacer meditar lo que en alguna ocasión ni yo mismo entendí.
Si conseguí llegar a tocar la fibra sensible aunque sólo fuera a un número impar mayor que cero y menor que dos personas, abrir este “negocio” entre comillas, ya mereció la pena.
Quizás pudiera pensarse que estos tiempos históricos que estamos viviendo, confinados en nosotros mismos, son un buen caldo de cultivo para contar historias. Pero para mí no es así porque contaría más que historias, histerias y perdería la esencia de la sensibilidad con la que siempre quise escribir y que de algún modo se perdió tiempo atrás por vete tú a saber.
Si lo que veo, oigo, siento o presiento no me anima a reposar las manos sobre un teclado, mejor sacar la llave del bolsillo y cerrar la puerta del costumbrismo anodino.
Son tiempos de guantes tirados a la basura, de ventanas abiertas para ventilar, de lavar manos hasta sangrar y de depurar calles, corazones e incluso responsabilidades.
Y para mí es tiempo también de rescatar viejas ideas almacenadas en un cajón de la memoria, proyectos, o simplemente dejar correr relojes que minuto a minuto nos den algún día la libertad perdida.
Cierro este Café del Swing, pero no tiro la llave. Será a partir de ahora esa otra habitación de mi hogar en la que de vez en cuando aislarme para contar, para contarme lo que un buen día vi, pensé, maduré y quise escribir desde ese otro lado de la barra sentado en cualquier taburete y sin más compañía que mi amiga inspiración.


      *Muy agradecido a tod@s, sólo me queda deciros GRACIAS Y 
H A S T A O T R A


10 comentarios:

  1. No sé qué decirte, Luismi, me hubiera encantado que siguieras escribiendo porque tu café era un sitio entrañable al que acudir, pero respeto tu decisión ¡faltaría más!. Pero te comprendo a la perfección, porque cuando lo de escribir ya no atrae como lo hacía en otro tiempo o cuando se tienen otros intereses en mente o cuando se quiere estar sencillamente, mano sobre mano, pues es mejor terminar así.
    Pero eso si, no tires la llave, por favor. Nunca se sabe lo nos espera a la vuelta, y quizá algún día quieras retomar lo que dejaste.
    Aquí estaré esperando el momento, si no he cerrado yo también la puerta, que nunca se sabe lo que puede venir.
    Mucha suerte

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Rita. Te agradezco especialmente tus palabras y tu compañía en la última época de este blog.
    No tiraré esa llave y quien sabe si algún día no nos volvamos a encontrar en otro Café.
    Deseo que tu Baúl de Rita siempre se llene como hasta ahora de buenas letras y buena gente como he podido comprobar.

    Deseo que este momento tan negativamente histórico que nos ha tocado vivir, no nos afecte demasiado y podamos extraer algo positivo.

    Muchas gracias, un fuerte abrazo y hasta siempre.

    ResponderEliminar
  3. Querido Luismi.
    Sin palabras.
    Y ahora que?
    Solo me sale decir no,no,no.... pero que no puede ser.
    Pero, es. Tu decisión supongo que meditada y que me duele en el alma .Otro adios para estos dias. Adios como a otras cosas que ya nunca seran, el mundo se me cae y no se que hacer..nada ya esta en nuestras manos y somos titeres en una lista de cifras que cada dia se lleva a padres, hermanos e hijos. Una lista que no para de crecer y que ya me niego a ver.
    Espero que este cloused sea transitiorio y encontremos la bendita vacuna que nos devuelva a esas tardes de cervezas tan añoradas.
    Un enorme y triste abrazo

    ResponderEliminar
  4. Querida amiga: es una decisión que ya venía masticando desde hace tiempo. La falta quizás de motivación y en gran parte un año complejo éste que llevamos me han hecho dar el salto y colgar ese cartel de "Closed".
    Todo esto que está pasando tiene los días o los meses contados. Puede que las cosas ya no sean igual que antes, pero no tienen porqué ser peor. Las cervezas seguirán aunque puede que los abrazos, besos y risas necesiten aún más tiempo para regresar a la normalidad.
    No sé seguro qué haré con las letras que se me puedan ir agolpando en la cabeza a partir de ahora. Seguramente como he escrito, las lea y relea sin más testigos que yo mismo.
    Recuperar algún proyecto de libro que estando a punto tendré quizás que reescribir o quien sabe si abrir otro local con otro estilo y decoración.
    Ideas, ideas... que si salen, bien y si no pues me acostumbraré a dejar de lado.

    Por lo demás, creo que nos esperan tiempos muy difíciles en los que más vamos a necesitar el apoyo de los más cercanos. Así que con o sin mascarilla, abrazos o besos, seguiremos en contacto.

    Un besote gordo y mi agradecimiento siempre por tus visitas a mi querido Café.

    ResponderEliminar
  5. Siento que tomes esa decisión, imagino que como a otros muchos blogueros, me gusta leer tus entradas.
    Me da pena cada vez que se despide alguien de este mundillo en el que cada día somos menos, no obstante si decides volver, por aquí seguiremos mientras tengamos ánimo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Muchas gracias Matias por ser un fiel acompañante en esta última etapa del blog. Deseo que el tuyo siga siendo durante mucho tiempo ese lugar en el que sigas expresando parte de tus pensamientos.

    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  7. Pues yo seguiré mirando este café de vez en cuando por si su propietario rectifica y toma el mando de nuevo. LUISMI, HACE MUCHO TIEMPO QUE TE CONOZCO, QUE POR TUS ESCRITOS HASTA SERÍA CAPAZ DE RECONOCERTE POR LA CALLE, AUNQUE DESPUÉS DE ESTA TRAGEDIA MUCHOS CAMBIAREMOS DE GESTO Y DE CARA. QUIZÁ ALGUN DÍA ALGUIEN SE ACERQUE AL CHICO DE LA MOCHILA QUE NI ES POETA NI PROSAICO, PERO QUE EN SUS ESCRITOS HAY VERDADES Y BONDADES, Y ESA SERÉ YO.
    CON TRISTEZA ACEPTO TU DECISIÓN Y TE DESEO LO MEJOR PARA TI Y PARA TU FAMILIA INCLUIDO GUINESS.
    HASTA PRONTO.😥😥😥

    ResponderEliminar
  8. Mi querida amiga Remedios:

    ¡Cómo agradecer siempre tu apoyo, tus palabras y tu compañía! Este Café no hubiera sido lo que ha sido sin la fidelidad de lectoras como tú que has sabido siempre comprender a ese chico de la mochila.

    Quizás hoy no sea ese mismo chico y puede que estas u otras circunstancias, me hayan llevado a tomar esta decisión.

    Sólo Dios y el tiempo saben si llegará el día o no que vuelva a utilizar la llave para abrir éste u otro local de encuentro de buenas gentes y agradable compañía como siempre ha sido la tuya.

    Mi agradecimiento más profundo por tu dedicación y paciencia y mi promesa de que si algún día regreso por estos barrios con mis letras, serás una de esas personas a las que se lo haré saber.

    Un fuerte abrazo y mi deseo ahora más que nunca de que sobre todo la salud te acompañe a ti y a los tuyos.

    ResponderEliminar

Se agradece siempre tu compañía y opinión. Este blog sería un algo en la nada sin comentarios.
Gracias

Calle Libertad

  Dejé una calle de nombre Libertad, echando la vista atrás con el gusto amargo de recuerdos que siendo hermosamente pasados y vividos, dudo...