Una mala noche, muy mala. Retorcido de dolor. Todos duermen. Todos menos nosotros dos. Mi fiel amigo de cuatro patas y yo. No sonaba Sabina, pero sí las dos y las tres y así en interminables minutos hasta alcanzar la madrugada. Un dolor continuo, apenas mitigado por un par de pastillas. No quise alertar a nadie. Al menos, que el resto de los habitantes de esta casa, pudieran descansar tranquilos. En posición fetal, mal. En posición supina, peor. Un dolor fuerte, constante, con vaivenes pero sin remitir; de atrás hacia delante, de delante atrás. Así hasta que más que el dolor, me pudieron los nervios y decidí marchar al hospital. Me atendieron bien, la espera no se hizo larga; líquido en las venas, medicación rápida y el dolor cesó. Radiografía, analítica y a esperar resultados.
A lo lejos se escucha una sirena. Se acerca rápidamente y con ella, el sonido a emergencia, se hace cada vez más intenso.
Murmullos por todas partes y personal con batines corriendo hacia la puerta. Algo ocurre y no se presagia nada bueno. La sirena cesa, se oyen ruidos de puertas, de ruedas chirriantes y de golpe, la puerta principal se abre de par en par dejando al descubierto una escena sobrecogedora.
Una camilla rodeada de sanitarios y sobre ella y arrodillado, una persona dando un enérgico masaje cardíaco a lo que parecía ser un cuerpo humano.
Pronto desaparecieron de nuestra vista y con ellos, se hizo el silencio. Nos miramos unos a otros mezclando estupor, miedo e incredulidad.
Los siguientes minutos fueron tensos. Los comentarios entre enfermos y todo tipo de personal sanitario, sólo aclararon que lo que habíamos presenciado era una consecuencia más de uno de tantos accidentes de tráfico. Y se oyó un grito. Un grito desgarrador como nunca antes había oído. Un grito de mujer. Y sólo una frase que repetía una y otra vez. “ Pero no puede ser, no puede ser, mi hermano sólo tiene veintiún años, no puede ser ”.
Nadie podía consolarla, nadie podía abrazarla, su rostro era un rostro desencajado. Un rostro de un sufrimiento más allá de la capacidad humana.
Una doctora pregunta por mí y acudo a su llamada. “Lo suyo es un cólico nefrítico provocado por una pequeña piedra en el riñón” , me sentencia.
“Sólo puedo dar gracias, porque yo tengo mucha suerte; ¿no le parece? ” , le contesté.
Y así, regresé a casa con la sensación en mi fuero interno de que soy un tipo al que la vida al menos, le obsequia una media sonrisa.
Hola Luismi!! Me alegra que solo fuese un cóloco nefrítico, es doloroso expulsar la piedra, ahora ya sabes que lo mejor para que no de formen es beber abundante agua.
ResponderEliminarFui enfermera y profesora docente de enfermería durante 20 años y la escena que nos relata se vive en urgencias o cuidados intensivos muchas veces al día y sí es desgarrador. Rezo por ese señora que nos cuentas y como no, por tí
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Gracias
Recibe mi ternura
Sor.Cecilia
LuisMi, no se bien quien fue el enfermito, pero seguro que en tu casa que hay "arropamiento", se sale con amor y salud y mimitos..
ResponderEliminary además gracias a Dios eso no es hoy en día nada grave y se sale como de un constipado..
Luego sonrisa y a mejorarse.
Un besazo muy fuerte querido amigo
Para los que no estamos acostumbrados es una pena y una sensación muy fuerte el ver esas cosas, pero es la vida, y debe ser muy dificil ser medico y ver ese tipo de cosas todos los días y conseguir desconectar fuera del trabajo sin que te asalten las imagenes una y otra vez. Que pena por las desgracias que hay todos los dias, a veces nos quejamos por cosas sin importancia, aunque espero que mejore tu colico porque eso puede llegar a doler mucho...
ResponderEliminarun gran abrazo
Se ama y se respeta la vida cuando la vemos ante nuestros ojos escapar...A mediados de año, una doble operación me tuvo en esa línea que limita la vida de la muerte. Al abrir mis ojos, no tan sólo sentí que había retornado a los míos, si no que aprendí a disfrutar y agradecer cada mañana, cada segundo, cada minuto, porque mañana, mañana es un gigantesco interrogante.
ResponderEliminarUn abrazo Luismi.
Querida Sor Cecilia, gracias por tus sabios consejos que espero seguir a pies juntillas y muchas gracias también por el ofrecimiento del premio. Con orgullo lo recibiré.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Amiga Estrella, el enfermito esta vez soy yo. Llevo una racha un poco mala, pero no me quejo. Como dices, con el cariño de la gente, todo se lleva mejor.
Un besote y espero que tengas un hermoso fin de semana.
Suso, no sé si llegado el caso yo podría llegar a ser médico y tener que decir a alguien que un familiar muy querido ha dejado de existir. Creo que no podría. En cuanto al cólico, estoy mucho mejor, aunque esa piedra sigue ahí y ya sabes que el hombre tropieza dos veces con la misma piedra, jeje.
Muchas gracias amigo y un fuerte abrazo.
Amiga Taty, desconocía que hubieras estado tan mal. Me alegro que te quedaras en este lado de la línea. Siempre se ha dicho que no hay mal que por bien no venga y si esas operaciones sirvieron para disfrutar más de la vida, aún dentro del dolor que provocaran, tuvieron su utilidad.
Un fuerte abrazo.
Semana de médicos la nuestra, amigo. Cuando miramos a nuestro alrededor y vemos determinadas desgracias, no podemos más que alegrarnos mientras encontremos soluciones a nuestros problemas.
ResponderEliminarEspero que pronto una sonrisa entera se dibuje en tu rostro y ninguna otra noche volváis a desvelaros Ron y tú.
Un besazo!!
Menuda semana ¿verdad Mónica? Esa sonrisa la compartiré con todos los que pasándolo mal, la queráis compartir conmigo.
ResponderEliminarRon y yo nos volveremos a desvelar, pero la próxima, por juerga. Prometido.
Un besazo y buen finde amiga.
Hola querido amigo Luismi , no he podido pasarme hasta hoy y me entero de lo de tu cólico nefrítico.Espero que te encuentres mucho mejor , sé de oidas que es muy doloroso , espero que expulses pronto esa piedra y que siga su curso en otro lado , a ser posible lejos de ti , no? jaja
ResponderEliminarEs bueno cogerse la vida como tu bien dices , aunque sea con media sonrisa , nunca sabemos lo que nos puede pasar ni cuándo.Gracias a dios yo estoy muy bien y feliz y es algo que agradezco todos los días.
Un Abrazo afectuoso y cuídate mucho amigo.
Bueno espero que estes recuperado o al menos mejor!!La escena que describes por desgracia es muy frecuente pero no por eso deja de impactar que se vaya una vida en segundos,pero eso es la vida no?Nunca sabemos cual ni cuando va a ser nuestro final,por eso hay que vivir y aprovechar cada momento como si fuera el ultimo,porque al fin y al cabo eso es vivir!!
ResponderEliminarun beso,nos vemos pronto y mejorate!
Cómo me alegro Vicky de que te encuentres tan bien y feliz. Yo estoy casi del todo recuperado, aunque esa piedra es una fiel compañera desde hace ya bastante tiempo. ¿Será por aquello de que el hombre tropieza siempre con la misma piedra? jeje.
ResponderEliminarGracias por tus ánimos y un beso fuerte amiga.
Gracias Yolanda. Claro que intentaremos aprovechar al máximo la vida dentro de nuestras posibilidades y procurar no sufrir por cosas que luego no son tan importantes. Nos vemos pronto y con buena música de fondo.
ResponderEliminarUn besote.
Que duro. Yo siempre digo que en l calle no parece que haya nadie enfermo pero cuando entras a un hospital (dias atrás he estado dos dias ingresada) todo es distinto. La vida se para, todo pende de un hilo, todo es silencio y dolor, como ese gruto terrible de dolor de esa hermana...
ResponderEliminarLos que tenemos hijos de esta edad, siempre estamos con esos miedos que solo los demonios saben el motivo.
Me alegro que lo tuyo fuera leve, aunque doloroso como un parto, según dicen los que lo padecen.
Cuidate amigo.
Gracias Maria Rosa. Parece que con nosotros no va eso de sufrimientos así, pero siempre tenemos que dormir casi con un ojo abierto. Realmente me impactó esa familia destrozada por el dolor. Un dolor que iba mucho más allá del dolor físico que yo estaba sintiendo y por el que al final me sentía agradecido al compararme con el dolor que vi en esa hermana sin consuelo.
ResponderEliminarEn fin, otro episodio más de esta vida que intentaremos llevar lo mejor posible.
Un fuerte abrazo amiga.