Era un 9 de diciembre de 2007. Una mañana fría, muy fría. Una niña y su padre inician un viaje en autocar organizado con destino Toro en la provincia de Zamora. El camino es largo, pero entre risas, ilusión y buen ambiente se hace llevadero.
La cita era muy apetecible. Para todo aficionado al deporte del correr, no todos los días se presenta la oportunidad de ver in situ un Campeonato de Europa de Cross.
Empaparse de un ambiente sano, educado, alegre y en este caso profesional, podía resultar una experiencia muy enriquecedora, como así fue.
Encontrarse con atletas de talla mundial como Chema Martínez, Jesús España, Alberto García o nuestro paisano Juan Carlos de la Ossa que no participó por estar lesionado y con el que pudimos charlar brevemente, nos hizo interesarnos e ilusionarnos aún más por este deporte del que somos devotos desde hace ya unos cuantos años.
No obstante, nuestros ojos y pensamientos estaban más centrados en una atleta de pelo rubio. Recuerdo que ya me impresionó su salida de la carpa de atletas para acceder a la zona acotada para el calentamiento.
Enfundada en su chándal y con una especie de pasamontañas intentó sin conseguirlo, pasar inadvertida para la gran cantidad de aficionados que le reclamaban un saludo, un autógrafo o una fotografía.
Su seriedad ante el reclamo , sin un gesto, saludo o sonrisa, provocó la crítica general ante lo que parecía verdadera antipatía. Pero donde muchos veían acritud, otros veíamos profesionalidad y acertamos de pleno.
Sonó un disparo y la carrera comenzó. Vuelta tras vuelta al circuito, vimos a una atleta todo lucha, todo coraje, todo esfuerzo, dando el máximo, controlando en todo momento. Melena rubia al viento, la gente enloquecía y un aplauso atronador inundó todo el paraje cuando esta brava atleta enfiló la recta de llegada y tras quitarse su sempiterna cinta rosa de la cabeza, se proclamaba con todo merecimiento Campeona de Europa de Cross.
Todos nos sentimos identificados con ella. Todos nos cobijamos en esa bandera española que con orgullo paseó con una gran sonrisa en el rostro.
Y charlamos con ella y todo era simpatía, amabilidad y cariño hacia sus seguidores.
Y ha sido y sigue siendo un icono para miles de niños y no tan niños, que creímos en ella. En esa fuerza de carácter, en ese espíritu de lucha, en ese positivismo ante las adversidades, en su modestia, amabilidad y cariño mostrados.
Ahora me encuentro mirando la fotografía de mi hija llena de orgullo al lado de su ídolo deportivo y leo en el periódico:
“Marta Domínguez, detenida y acusada de tráfico de sustancias dopantes”
Me duele en el alma decirlo, pero nos has dado una verdadera puñalada trapera y aún dentro de nuestra incredulidad, te miraría a los ojos y sólo te haría una pregunta:
¿ TÚ TAMBIÉN ?
Qué terrible cuando nos desilusiona un ídolo, si ya es terrible que una pareja nos decepcione, es traumático que suceda con alguien que admirábamos por su talento, uff...
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que nos pasa a muchos Luismi, es de esas atletas que conecta con la gente, con la que lloras cuando la ves caer en una valla y perder una medalla y emocionarse con tan grandes victorias, sin duda es posiblemente la mejor atleta del deporte español en cuanto a titulos, ha sido un palo. Habrá que esperar, porque no se puede juzgar sin tener apenas datos de lo que publican, pero estando cerca Eufemiano Fuentes... mal huele. Que pena.
ResponderEliminarUn abrazo
Querida Taty, siempre será peor que una pareja nos decepcione, porque un ídolo no deja de ser sólo eso. Esperemos que en la vida sólo nos decepcionen los ídolos porque si no fuera así, sería muy duro.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué desilusión Suso. Podía esperarlo de cualquiera menos de Marta. No quería adelantarme a los acontecimientos, pero cuando un juez la envía a su casa con cargos y sólo por el hecho de su embarazo, es que ha tenido que ser algo muy gordo. Lástima que una carrera y una persona como ella, pasen de héroes a villanos por el maldito dinero.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Thanks and welcome
ResponderEliminarCuando escuchas o lees noticias como ésta es difícil no pararse a recapacitar. Al final, la excepción es para aquellos que no decepcionan, cuando debería de ser al revés.
ResponderEliminarUn besito!
Lástima que la gente que admiramos, al final sólo sean ídolos de barro. Como siempre, me quedaré con lo positivo de esta historia y diré, "fue bonito mientras duró".
ResponderEliminarUn besazo amiga.
Es una lástima que un curriculum como el de esta atleta quede emborronado por algo así. ¿Vale la pena tantos años de esfuerzo y disciplina para al final cagarla de esta manera?
ResponderEliminarPara ser un verdadero campeón en cualquier deporte no basta con llegar el primero, es imprescindible jugar límpio.
Recibe todo mi cariño Luismi.
¿Tanta puede ser la avaricia del ser humano para destruir de un plumazo todo por lo que has luchado durante tantos años?.
ResponderEliminarDebemos seguir creyendo en los grandes deportistas que lo siguen siendo dentro y fuera de las pistas.
Un fuerte abrazo Fayna.
LuisMi..
ResponderEliminarPues no seré yo la que la juzgue... eso desde luego.
considero.. que todos podemos cometer errores....
pero detrás de ella seguro que esta en parte lo que tu y tu hija visteis.. no hay duda..
está tambien la otra parte..
y si ella como atleta y luchadora lo supera...
para mi chapo!!!!..
la vida no es sólo partes ideales.....
y conjugar el ideal con la "p" realidad... es tarea del intelecto.... que apacigua.. los extremos y dá un bálsamo para seguir tirando..
....
que sabemos de lo que ha pasado ella para llegar a eso..????
en fin LuisMi...
los exitos y los fracasos son como siempre relativos para todos
afortunadamente.
Te imaginaba mas chiquito..
Besos
Tampoco seré yo quien la juzgue Estrella. Pero yo como miles de aficionados a este deporte, nos sentimos muy defraudados por alguien que siempre ha sido un ejemplo para todos. Es más, hubiera podido llegar a entender que usara sustancias prohibidas para batir marcas, pero de ahí a que sea acusada de traficar con ellas y ampararse en paraísos fiscales... me parece algo demasiado fuerte.
ResponderEliminarUn drogadicto me produce hasta pena y he conocido alguno al que intentamos ayudar, pero un traficante o alguien que se enriquezca vendiendo drogas o productos dopantes, no me merecen ningún respeto.
¿Por qué lo ha hecho? No creo que lo lleguemos a saber nunca y si al final resultara culpable, no seré yo tampoco quien me interese por saberlo.
¿Más chiquito? Si es por altura, ahí no puedo hacer nada. Y si es por edad, te puedo asegurar que sin barba me quito muchos años, jeje.
Muchos besos.