Fueron quince días de desconexión con la rutina diaria, semanal y mensual que más mi mente que mi cuerpo reclamaban a gritos. Más que desconexión, yo diría que llegué a desenchufarme del todo sin ocasión a que ningún dispositivo de reinicio automático activara las neuronas del estrés, la incertidumbre y los problemas que nos acechan.
Marché a tierras verdes con olor a manzana, calles limpias y música de gaitas. A la tierra que siempre nos acoge como hijos suyos. Días grises nos acompañaron, días de lluvia, de viento, incluso de frío; pero no necesité ropaje alguno, ni paraguas protector.
Me bastó el calor de su gente, la amistad del buen amigo, respirar su aire limpio, la quietud de un hermoso parque donde por fin acabar la lectura del Quijote, mientras un pavo real de hermoso plumaje se pavoneaba delante de mí.
No encuentro mejor medicina para curar problemas o restañar quebraderos de cabeza.
Y no hay mejor jarabe que una sidra brindada entre amigos mientras una fabada en pleno verano nos pide a gritos una buena siesta.
Marché de esta tierra como siempre suelo hacerlo, con el corazón en un puño y los limpiaparabrisas de los ojos a pleno funcionamiento mientras de fondo sonaba el himno que todo “Asturiano de Cuenca“ siente como suyo.
Tuve que cambiar el chip para que esta vez el “Conquense de Cuenca” acabara sus días vacacionales en La Mancha más dura, seca, llana y seguramente más incomprendida de todas.
Diferente paisaje, diferentes gentes, pero siempre también con el cariño de la familia, el frescor de una buena cerveza y el sonido de un solitario grillo que todas las noches se unía a la fiesta que para mí resulta poder tumbarme a la bartola mientras puedo disfrutar de un cielo estrellado sin edificios que me lo impidan, ni ruidos que rompan el relax.
¿Todo tiene su encanto verdad? Pero claro, también el encanto se acaba y llega el lunes temido. El lunes ese en el que uno escucha algo parecido a un despertador, hasta que se da cuenta de que efectivamente lo es.
Día de vuelta al autobús mañanero de un conductor que te da los buenos días a regañadientes y de un Metro de Madrid que te acoge con ese calor humano y no tan humano de siempre.
Pero también día de vuelta a un teclado, un ratón y una pantalla que me abre casas amigas que hace días que no visito y a las que poco a poco llamaré a su puerta para reencontrarme con las buenas letras y la buena gente que las habitan.
Mientras tanto, hoy es día de decirle a Madrid…
“Ego te absorbo” poco a poco…
Marché a tierras verdes con olor a manzana, calles limpias y música de gaitas. A la tierra que siempre nos acoge como hijos suyos. Días grises nos acompañaron, días de lluvia, de viento, incluso de frío; pero no necesité ropaje alguno, ni paraguas protector.
Me bastó el calor de su gente, la amistad del buen amigo, respirar su aire limpio, la quietud de un hermoso parque donde por fin acabar la lectura del Quijote, mientras un pavo real de hermoso plumaje se pavoneaba delante de mí.
No encuentro mejor medicina para curar problemas o restañar quebraderos de cabeza.
Y no hay mejor jarabe que una sidra brindada entre amigos mientras una fabada en pleno verano nos pide a gritos una buena siesta.
Marché de esta tierra como siempre suelo hacerlo, con el corazón en un puño y los limpiaparabrisas de los ojos a pleno funcionamiento mientras de fondo sonaba el himno que todo “Asturiano de Cuenca“ siente como suyo.
Tuve que cambiar el chip para que esta vez el “Conquense de Cuenca” acabara sus días vacacionales en La Mancha más dura, seca, llana y seguramente más incomprendida de todas.
Diferente paisaje, diferentes gentes, pero siempre también con el cariño de la familia, el frescor de una buena cerveza y el sonido de un solitario grillo que todas las noches se unía a la fiesta que para mí resulta poder tumbarme a la bartola mientras puedo disfrutar de un cielo estrellado sin edificios que me lo impidan, ni ruidos que rompan el relax.
¿Todo tiene su encanto verdad? Pero claro, también el encanto se acaba y llega el lunes temido. El lunes ese en el que uno escucha algo parecido a un despertador, hasta que se da cuenta de que efectivamente lo es.
Día de vuelta al autobús mañanero de un conductor que te da los buenos días a regañadientes y de un Metro de Madrid que te acoge con ese calor humano y no tan humano de siempre.
Pero también día de vuelta a un teclado, un ratón y una pantalla que me abre casas amigas que hace días que no visito y a las que poco a poco llamaré a su puerta para reencontrarme con las buenas letras y la buena gente que las habitan.
Mientras tanto, hoy es día de decirle a Madrid…
“Ego te absorbo” poco a poco…
Bienvenido a la rutina...
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Marta.
Que placer tu vuelta amigo mio, y también un gusto compartir un poquito las vacaciones con vosotros, a mi me va quedando poquito para parar, q este año está siendo realmente duro.
ResponderEliminarPor lo demás, toca la vuelta a Madrid, eso si, me encanta Madrid en agosto semivacío...es buena época para dejarse caer por allí, pero claro, con rutinas y trabajo no es lo mismo q de paseo...
un gran abrazo Luismi
Bienvenido de nuevo, ya veo que abriste tu bar :)
ResponderEliminarMe faltaba ese aroma a café y esas charlas entre amigos, pero reconozco que tenías que descansar y desconectar del mundanal ruido.
Veo que lo hiciste y que disfrutaste de todo tu entorno, ya sea en Asturias o en la Mancha.
Recarga la batería que comienza el espectáculo-
Y sirveme un café con hielo, gracias.
Besitos y sonrisas con batería :))
Bien venido Luismi, me alegro que lo pasases bien. No hay nada mejor como disfrutar las vacaciones haciendo un poco de todo. No sabes cómo envidio esa fabada…me encanta. Que te sea leve la vuelta que eso es lo peor. Un bessito
ResponderEliminarUn cambio de aires en toda regla! Y unas más que merecidas vacaciones que me alegro que te hayan sentado tan bien. Uno no se da cuenta de hasta qué punto el estrés del trabajo y las obligaciones diarias hacen mella hasta que consigue desconectar de todo y disfrutar de los pequeños placeres que el asueto otorga. Si hasta el sonido de un grillo resulta placentero!jeje.
ResponderEliminarSabes que se te echaba de menos por estos parajes. Un beso enorme!
Muchas gracias Marta, llevaré lo mejor que pueda esa rutina.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Pues al menos has desenchufado que imagino, falta te haría...hay otros que no podemos hacerlo, al menos por ahora.
ResponderEliminarPero el espíritu es el que manda, ese que te dice bajito: shhhhhhh sigue caminando aunque sea en tu tierra, esa que tiene sabor a mar, shhhhhhh imagina que es la playa del Caribe y que el finde será largo, tan largo que puedas descansar.
Digo yo que el que no se anima es porque no quiere, no?, jajaja
Bienvenido y poco a poco amigo
Un beso y espero que la depre post no te salude
Amigo Suso, me alegra saber que ya te queda poco para hacer un parón muy merecido. No creas que Madrid ahora es como hace unos años en los que se notaba mucho más el período vacacional. De hecho, recuerdo llegar a casa y no tener dificultad ninguna para aparcar y ahora sigo sin encontrar fácilmente un sitio libre. Por no hablar de un Metro como siempre hasta los topes. Será la crisis o que somos muchos más, pero desgraciadamente, Madrid ya no es igual.
ResponderEliminarUn abrazo enorme amigo y estaremos en contacto.
Gracias Men. Esa fabada después de bastantes días, todavía me sigue rondando, pero fue un verdadero placer disfrutarla.
ResponderEliminarUn beso amiga.
Yo también os eché de menos Mónica. Pero volvemos a la batalla y poco a poco a la normalidad. Ya he visto que hasta las vacaciones las has tenido un poco liadas. Espero que todavía tengas tiempo de disfrutar de unos buenos días de no hacer nada. Seguimos en contacto.
ResponderEliminarUn besazo.
Amiga Merce, tengo la cafetera recién enchufada y ya sabes que hasta que no tome buena temperatura, no saldrán los cafés ricos, ricos. Pero en cuanto termine de adecentar el local, ya me puedes pedir café, copa y puro que estaré encantado de servírtelos, jeje.
ResponderEliminarUn besote muy gordo amiga.
No desesperes mi querida Inma, que seguro que te llegarán unos buenos días de descanso muy merecidos. Y si no, siempre tienes ese mar tan cerca y que por el mal tiempo sólo he podido disfrutarlo un día este año. Poco a poco como bien dices, volveré a mi estado natural, jeje.
ResponderEliminarUn beso amiga y muchas gracias.
Muy buena forma de hablar sobre tu viaje y tus vacaciones :) Me ha gustado mucho cómo lo describes. Es genial apartarse unos días de los aparatos, del trabajo y del lugar al que estamos habituados para cambiar de aires, disfrutar y descansar. Ánimo con la vuelta =) Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias Natalia. Espero poco a poco poder visitar tu blog como se merece. Todavía ando un pelín desorganizado. Tiempo al tiempo.
ResponderEliminarBesos.
Luismi, has reabierto tu Bar, me encantaría un café doble. Mira que tengo frío y me sentaría beberlo -como me gusta a mi-, conversado con amigos.
ResponderEliminarUn abrazo para ti.
Querida amiga, marchando un café doble. Me alegra reencontrarme con los buenos amigos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Nada, seguimos igual que siempre, pero más viejos...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte !
Querido Luismi, bienvenido!!!
ResponderEliminarComo dice Taty, tomamos un cafecito? para mi bien caliente y con azúcar mientras disfrutamos de una cálida charla entre amigos.
Luismi querido que lindo que la pasaste bien, ahora a seguir con la rutina pero con amigos todo se hace mas llevadero.
besitos para ti querido amigo, que Dios te bendiga.
¿Más viejos Jorge? De eso nada; ya te lo diré el viernes...
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Querida Noemí, ese cafecito ya se está haciendo. Bien caliente y con azúcar para una buena amiga.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte.
Todo tiene su encanto si se sabe apreciar.Hasta el día después, puede ser algo especial.
ResponderEliminarConserva los mejores momentos vividos y continúa con el mismo entusiasmo para los días que vendrán.
Besitos luismi.
Gracias Respi. Se intentará hacer todo eso. Espero estar un poco más desocupado para hacerte unas visitas.
ResponderEliminarBesos.