lunes, 15 de abril de 2013

Bendita casualidad

Sí. Hoy es lunes. Por fin es lunes. Comienzo de una semana; de otra semana que borra la anterior.

Porque hay semanas que uno hubiera querido borrar del calendario. Días que parecen una concatenación de polos negativos que se repelen al menor contacto. Desde esa lavadora que me declaró la guerra en el peor momento económico y ante la que me tuve que rendir sin condiciones, hasta lo más importante como es el amigo que cambió de fonda para ingresar en el hospital con dos infartos y una diálisis bajo el brazo, por no hablar del impacto que me produjo conocer que un niño de tres años, sobrino de una amiga, debe ser operado de un tumor cerebral.

Esa lavadora, me rascará el bolsillo y hasta me hará herida en la pierna, pero no minará mi moral.

Ese amigo, quizás necesitaba con urgencia una puesta a punto y darse cuenta como yo creo que está haciendo, que el mundo está más lleno de buena gente de lo que pensamos, aunque sean los otros los que más destacan.

De ese pequeño niño, sólo espero noticias esperanzadoras, sabiendo que todo indica que se llegó a tiempo.

Y ahora sonrío porque de regreso a casa, como una bendita casualidad, en ese tren que es ya como de la familia, un hombre negro de esos de dos metros, con rastas por cabello y vestimenta indefinible, desenfundando una guitarra marrón, ha tenido la feliz idea de gritar, más que cantar, una canción de Marley que habla de esperanza, de despreocuparse, de felicidad.




7 comentarios:

  1. Espero que todas esas esperanzas se cumplan en forma de salud para tus amigos.
    Sobre la lavadora habría mucho que contar...a mi una vez me desenmascaro una depresión. Fue averiarse la dichosa lavadora y darme el llanto inconsolable. Mi parte racional pensando que era una pequeña y barata averia solucionable, mi madre diciendo que ella se llevaba la ropa... y yo llorando.
    Cuando recupere fuerzas del abatimiento lavadoril fui al especialista con la total claridad de que solo una depresión podía convertir en drama algo tan trivial. En efecto el diagnostico fue una depresión severa, que me escondia a mi misma y a los demás. Y fijate por donde la lavadora fue la gota que colmo el vaso.

    Un saludo.

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  2. Lo mío con la lavadora ha sido más bien una depresión económica en el peor momento. Pero siempre preferible ese tipo de depresiones a las reales, porque las he vivido de cerca y no son deseables para nadie. En cuanto a los enfermos, estoy seguro que saldrán adelante.

    Muchas gracias por tu comentario y un fuerte abrazo.

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  3. Hay semanas y días que son para el olvido amigo mío; pero siempre la esperanza es la luz que nos ayuda a no perder la fe...Espero lo mejor para ese pequeño niño, y para ti un fuerte abrazo desde mi lejana tierra.

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  4. De todo se sale, amigo Luismi, todo tiene solución en la vida menos perderla, al menos eso decía mi madre en momentos difíciles.¡Cómo la echo de menos!.

    Saldrá todo bien hay que ser optimistas en cuanto a la salud se refiere y en cuanto a la lavadora, lo hay peor, a mi me fallaron tres electrodomésticos casi a la vez, por una subida de tensión en el suministro eléctrico y de nada sirvió la reclamación.

    Un saludo y un abrazo.

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  5. Muchas gracias amigas. Estoy convencido de que todo al final, saldrá adelante. Gracias por vuestro apoyo.

    Besos y abrazos.

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  6. Hola mi querido Luismi, siento lo tus amigos, no nos libramos de esas enfermedades que nos pueden llevar al cielo, sin todavía desearlo.
    En cuanto a la lavadora es un trastorno pequeño pero molesto. Cuando vivía en Santander, me tocó ir a lavar al abrevadero de las vacas con las mujeres del pueblo. siendo una más, no tenía ni nevera, ni nada de nada y sobreviví. No hay quien pueda conmigo, a tozuda no me gana nadie !jaja!
    Estoy a tu lado
    Con ternura
    Sor.Cecilia

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  7. jejeje; ya conozco tu tozudez por tu libro. No hace falta que me lo jures.
    Me alegra tu comentario. Espero tener más tiempo para visitar a los amigos blogeros.

    Un fuerte abrazo amiga.

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Se agradece siempre tu compañía y opinión. Este blog sería un algo en la nada sin comentarios.
Gracias

Y vueltas y vueltas…

            Te movías al son de océanos de agua cristalina; yo te observaba con la mirada de quien bajo un asombro temporal, atisbaba un fin...