Es muy tarde
ya, pero es precisamente ahora cuando puedo tirar de las riendas de unos
sentimientos desbocados que a ráfagas me golpean en forma de reflexiones
desordenadas guardadas en cualquier cajón desastre.
Una
corta conversación, pero una auténtica lección magistral de vida a
las puertas quizás de una muerte anunciada, es la culpable de que yo ahora
necesite escribir sobre una blanca hoja de ordenador.
Hablar así
de una conversación mantenida hace apenas 36 horas con una amiga del alma que casi
sin fuerzas aún me sigue sonriendo como siempre aunque la morfina no la deje
casi abrir sus ojos, puede parecer incluso cruel, si estas letras llegaran a
ser leídas por ella o por algún familiar o amigo cercano.
Pero, entre
mi amiga Coral y yo, nunca jamás hemos dejado espacio a las mentiras, ni a los
disimulos. Nos gusta llamar a las cosas por su nombre y hablarnos sin tapujos.
Porque entre dos amigos de verdad, la SINCERIDAD, se escribe con mayúsculas y
sin cortinas que la escondan.
Por eso,
ahora quisiera imponer a esa amiga la gran medalla de la amistad, con
distintivos de serenidad, coraje, razonamiento, falta de resentimiento y bondad
a la que se hizo acreedora en apenas veinte minutos de una profunda charla y en
toda una vida de amistad.
Porque nunca
me gustó que a nadie se le premiara a título póstumo por sus buenas obras.
Se la
impongo desde la comprensión, el cariño, el orgullo y la admiración que siempre
le he profesado en los dulces tiempos y que ahora se ve acrecentado si cabe, en
las horas más amargas.
A esa amiga
que se aferraría a un trocito de gotelé que ve en la pared, si hubiera esperanza
de una mínima calidad de vida.
A la que nunca
culpó a nada ni a nadie de su situación o su mala suerte.
A la
luchadora que siempre buscó una sonrisa y una buena cara que ofrecer a los
demás aún padeciendo el mayor de los dolores.
A esa amiga
que en su situación, se preocupa y aconseja por la salud de los demás.
Podría
seguir enumerando méritos para esa distinción, pero para los que la conocemos,
sería repetir una y otra vez una historia conocida.
Y pobre de
aquella persona que piense que alguna vez se rindió. Porque la muerte, acabará
venciéndola, pero sólo a los puntos, en el último asalto y sin unanimidad de
los jueces.
No quisiera que esto que escribo sonara a despedida porque
nunca me despediré de esta amiga con algo diferente a un “hasta luego”; pero sí
quiero dejar constancia que esa fe que muchas veces me confesó que quería tener
y nunca encontró, ya no es necesario que la siga buscando, porque en apenas
veinte minutos y cara a cara al lado de una cama de hospital, comprendí que
había conversado con el mismo Dios.
Y seguro que ella saco tambien el calor y la luz de tus palabras, de tu mirada y de tu corazon ...amigo...Nunca es un adios...es siempre un hasta luego ...porque la vida no acaba en la muerte...un fuerte abrazo
ResponderEliminarGracias Alfonso. Así es la vida; ni más, ni menos. Pero hay personas fuertes y valientes y esta es una de ellas. Agradezco enormemente tu apoyo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Tio, que decir de Coral, los que tenemos la suerte de conocerla una campeona, un ejemplo una persona que si todo el mundo fuera como ella el mundo seria diferente, siempre me acuerdo como me decia de pequeño "nenuco" nunca se me va a olvidar jeje dale un besazo y un abrazo muy grande de su nenuco
ResponderEliminarNo te preocupes, que yo se lo daré. La has definido perfectamente. Una luchadora siempre con una sonrisa para los demás.
ResponderEliminarBesos y abrazos Nenuco.
Vaya siento mucho que al final no haya podido recuperarse y siento mucho que esté en esa situacion ya que no habrá sido por falta de ganas de luchar y vivir,te mando un abrazo sincero.
ResponderEliminarMuchas gracias Desvanera. El enemigo, cada vez es más fuerte, mientras que las fuerzas van disminuyendo. Pero seguimos en la lucha.
ResponderEliminarUn abrazo.
Conozco a Coral a través de este post y otros en los que siempre has utilizado bellísimas palabras. Sé el duro momento por el que debes estar pasando, por eso te envío mi abrazo más cariñoso para ti y la familia y, por supuesto, para Coral, que es una auténtica luchadora.
ResponderEliminarQue suerte tiene Coral de tener un amigo como tu.La envidio, si, aunque parezca mentira.Lograr que las personas que vivieron en tu vida te quieran de esta forma es admirable.
ResponderEliminarUn beso a esos amigos.
Querida Mónica, muchas gracias por tus palabras. Sí que se viven duros momentos cuando una persona a la que siempre hemos querido y admirado, se encuentra en una situación tan difíci. Pero hablando con ella, me quedó una absoluta tranquilidad por la serenidad y el gran razonamiento que me inspiró. Aún hoy confío en un milagro, para al menos, poder reirme con ella tomando una penúltima cerveza.
ResponderEliminarUn beso grande.
Creo Yolanda, que la suerte la tenemos todos aquellos que de una u otra forma la conocemos. Para mí es el mayor ejemplo de valentía que he conocido en mi vida. No es mérito mío el ser su amigo. Es muy fácil serlo con una persona así. El único mérito que sí puedo darme aunque parezca orgulloso, es que quizás sí que he sabido comprenderla y sobre todo, escucharla. Siempre nos reímos los dos cuando recordamos esos tiempos en los que las chicas en el pueblo estaban encantadas de acercarse a mí para que las escuchara y comprendiera. Porque para ligar, ya estaban los demás mucho más guapos y con más labia que yo, jejeje. Y siempre ha existido entre nosotros un cariño especial; de ese cariño que sólo se pueden tener los buenos amigos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus buenos deseos y sólo puedo pedirte que recéis mucho por esta gran mujer.
Besos.
Es muy doloroso lo que estás pasando, es una amistad que te pertenece, pero déjame que te diga que las personas luchadoras son un ejemplo a seguir y que sea cual sea el desenlace, os dejará a todos una estela de fortaleza.
ResponderEliminarUn abrazo Luismi
Muchas gracias amiga. Es doloroso, pero no tanto viendo la entereza con la que sabe llevarlo la protagonista de esta amistad. Es la vida que nos viene así y así debemos asumirla. Quedan siempre muchísimas lecciones positivas para todos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
En casos así a mí me abandonan las palabras. Porque no las hay con hechos así.
ResponderEliminarSuerte de haber coincidido y compartido la vida con ella.
Que la vida no la haga sufrir más, Luismi.
Bicos.
Muchas gracias ohma. Eso esperamos todos; un futuro sin sufrimiento.
ResponderEliminarBesos
Tengo la firme convicción de q el amor, como fuente primordial de energía, no se acaba con la muerte, sino q se transforma. De modo q los q amamos y nos aman, siguen haciéndolo desde otra dimensión. Lo sé bien, porq puedo sentir ese amor cada día.
ResponderEliminarTu amiga y tú tenéis mucha suerte de teneros el uno al otro. Y de q siempre sea así.
Un besico para ambos.
Muchas gracias Sara. Pienso igual que tú, aunque mis motivos o creencias, son diferentes. Peso sí sé que esto no puede acabar aquí.
ResponderEliminarBesos
!Ay Luismi! tengo 6 amigos que este año se han ido con Dios y sus vidas son ejemplares, hay luchado como gladiadores y sé lo que es una amistad profunda y serena.
ResponderEliminarPido a nuestro Dios que Coral, que no conozco, tenga siempre una sonrisa despierta.pase lo que pase.
Gracias Luismi, por ser tan humano.
Un beso de ternura
Sor.Cecilia
Gracias Sor Cecilia por tu apoyo y tus oraciones por mi amiga. Seguro que pase lo que pase, esa sonrisa no se borrará jamás.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.