lunes, 9 de diciembre de 2013

Un dibujo y dos palabras

Soy un afortunado; lo admito. La vida me ofrece en ocasiones, detalles, ráfagas, momentos o pequeñas cositas que a modo de bálsamo endulzan mi diaria existencia.

Era una madrugada fría como tantas otras de invierno. Puntual a su cita, el mismo autobús de siempre traslada caras de sueño, a la gran ciudad.

Sin prisas, pero sin pausa, recorremos el mismo trayecto, las mismas marquesinas, hasta llegar a nuestro destino en forma de intercambiador de transportes.

Pero esta vez, antes de bajar, me percato que en el asiento que me precede, una joven, garabatea algo en el empañado cristal intercambiando una sonrisa con la que intuyo que era su madre.

Mi curiosidad pudo más que mis prisas por salir y no tuve más remedio que fijarme en lo que había escrito antes de marchar.

Sólo un dibujo y dos palabras que también me hicieron sonreír y que a su vez me llenaron de ternura, me desbordaron de esperanza y me hicieron ver esa madrugada, de otro color.












9 comentarios:

  1. Esos pequeños detalles son la esencia de cada día y...cuántas veces las prisas y la rutina nos hacen pasarlos por alto...

    Un besazo!

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  2. Siempre me han gustado esas cositas totalmente inesperadas. Detalles que siendo nada, llegan a significar mucho.

    Un beso gordo y una sonrisa.

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  3. Pues hay que sonreir para afrontar cada día. Un abrazo

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  4. Cuando alguien pide una sonrisa de esa manera, no me extraña que al leerlo se nos enternezca el alma.

    Hoy, mañana y siempre, una sonrisa.

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  5. Siempre intentando aparcar el semblante serio. Gracias por vuestras sonrisas. Que nunca se pierdan.

    Abrazos.

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  6. Nos hace falta alegría.
    Bonito detalle.
    Un abrazo.

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  7. Gracias ohma. Siempre encontraremos detalles de estos, seguro.

    Abrazos.

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  8. Una pequeña cosa puede serlo todo :)
    Me alegra leerte de nuevo, Luismi. Un abrazo!

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  9. Y a mí me alegra tu vuelta. Un abrazote.

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Se agradece siempre tu compañía y opinión. Este blog sería un algo en la nada sin comentarios.
Gracias

Y vueltas y vueltas…

            Te movías al son de océanos de agua cristalina; yo te observaba con la mirada de quien bajo un asombro temporal, atisbaba un fin...