martes, 13 de enero de 2015

Una sombra alargada

Una sombra alargada se proyecta sobre una gran explanada. Una sombra amiga desde siempre, cuyo significado trasciende el pensamiento.

Era un día soleado de enero que invitaba a acudir a la llamada de un acto de confraternización, de recuerdo, de homenaje a los que ya no están porque un día fueron arrebatados del calor de un hogar, del abrazo de un hijo o de las risas del amigo.

Mi conciencia, mis recuerdos, mis orígenes, me empujaron a acudir allí, aún a sabiendas del embargo emocional que sin duda se iba a ejecutar en mí.

Las gentes fueron llegando; los vehículos se contaban por centenas; las miradas eran firmes, sin rencor, pero firmes.

Gentes uniformadas en multitud de colores, símbolos y emblemas, se mezclaban entre sí persiguiendo un objetivo común; acompañar el recuerdo del amigo, el homenaje al compañero, la soledad del familiar.

Yo me uní a ese homenaje; sin uniforme, sin distinción, pero vestido con el traje del agradecimiento, del respeto y la admiración hacia aquellos que dieron su vida para que yo y miles y miles como yo, podamos dormir tranquilos soñando con un futuro mejor.

Sonó a lo lejos un himno, sonó un cántico que hablaba de una muerte que no es el final y elevando la mirada, contemplé orgulloso a aquel que con su sombra alargada, tiñó de honor, amor y lealtad a todo aquel que un día juró “servir hasta morir”.



* Dedicado a la memoria y familiares del Agente de la Policía Nacional D. Francisco Javier Ortega, fallecido el 2 de enero en el Metro de Embajadores de Madrid, y de los últimos fallecidos en acto de servicio. Acto de homenaje y misa celebrada en el Cerro de los Ángeles de Getafe el 11 de enero de 2015.


Sirva como homenaje también a todos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y un recuerdo muy especial que va más allá de lo que dicta mi memoria, para ese eterno Guardia Civil que fue mi padre y cuyo tricornio y capa llego a vislumbrar en esa sombra.

(Fotos Luismi y vídeo de youtube)















                      







6 comentarios:

  1. Luismi, yo creo que debemos un respecto muy grande a la policía y deberíamos acordarnos y estar con ellos en estos momentos difíciles y no sólo cuando sufrimos un robo ó una desgracia, saludos.

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  2. Pienso igual que tú amigo o amiga desconocid@. Mi respeto siempre para todos estos Cuerpos de Seguridad.

    Abrazos.

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  3. soy Miguelón...jejeje, no un desconocido

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  4. Claro, si no te identificas... pasa lo que pasa.

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  5. Todo mi agradecimiento para ellos Luismi, recuerdo aquellos años en que en carreteras y caminos comarcales y rurales , se podía ver el destello de un farol que se balanceaba a lo lejos... aviso seguro de que había algún peligro en la carretera, y allí estaban bajo las estrellas, el viento, la lluvia...Una pareja de la Guardia civil con sus pesados capotes y el charol de los tricornios...
    nunca les agradeceremos suficientemente lo que han velado por nosotros.

    Besito volado.

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  6. Mejor no lo has podido describir. También a pie recorriendo decenas de kilómetros para recibir nuevas órdenes o jugándose la vida a lomos de bicicletas. Mi padre era uno de ellos y a punto estuvo de morir tras un atropello. Curiosamente, cuando vemos la Guardia Civil de Tráfico, todos sentimos temor a una multa. Yo además, me siento realmente protegido.

    Un besote amiga Brujita.

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