Una pregunta, un comentario,
desbordaron tu risa. Así, sin más, ante la perplejidad de una multitud que se
contaba por dos.
Una risa espontánea, natural,
estridente y sin adornos; de esas denominadas de muelle flojo, de sujetar vientres,
esfínteres y entrepiernas.
Una risa casi de madrugada;
cuando muchos duermen y otros no deben hacerlo velando sueños.
Así me despediste un día; a
ritmo de carcajada imposible, sin venir a cuento de comer perdices.
Que nunca me falte esa risa;
que siempre me sorprendan tus actos; que por más dolor que lacere tu cuerpo,
siempre aflore un minuto de bendita locura desencajante de mandíbulas.
Que perplejidad y complicidad
vayan siempre de la mano hacia nadie sabe dónde ni para qué.
Nunca reprimas carcajadas, ni
disimules tu alegría; que el mundo de seriedad suele vestir y de desidia se
engalana.
Más no te ahorres sentimientos
y regálame siempre una risa, tonta.
P.D.: para mejor adecuación en
la construcción de la última frase y siguiendo más que previsibles indicaciones
de la protagonista de esta historia, las últimas dos palabras léanse sin “coma”
que las separe.
Gracias
Permíteme que a esa risa tonta le añada unas palabras:
ResponderEliminarRíe sin miedo, porque la risa te brinda alegrías.
Ríe con el alma entera, porque la risa te dará vida.
Ríe con todos, pues una risa en grupo se escucha más.
Ríe cuando estés solo, te sentirás acompañado.
Ríe y no llores, que eso duele más.
Ríe para sentirte bien.
Sonríe como los niños, pero nunca te rías de los demás.
Un abrazo.
Me quedo con todas esas risas también. Gracias.
ResponderEliminarAbrazos.
LA risa es una rayo de luz...un chorro de desbordante energía....Que sigan las risas en tu vida ...un fuerte abrazo
ResponderEliminarGracias Alfono. Espero compartirlas muchos años con todos vosotros.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.