Bajaban aguas ajenas
y turbias por torrentes desbocados. Arrastraban iras, decepciones, recelos y
residuos desleales a una paz natural de ánimo y ánima que nunca debió perder.
Dejé caer consejos
funestos; ayudas que intentando cometer bienes perpetraron casi delitos y acabaron
provocando ataques a la línea de flotación de mi propia conciencia; sí esa
misma conciencia que unas veces actúa como la mejor almohada para reposar
cuerpo y mente, pero que en otras, se convierte en asesino en serie a base de
martillazos de desasosiego con uno mismo.
Quizás por
desconocimiento, por un acto reflejo, lancé un flotador salvavidas a quien
pensé se sumergía irremediablemente en aguas profundamente negras, sin
comprobar antes su perfecto estado.
Pude provocar un
mayor daño con mi acción; pero el paso de las horas, de los días y una sonrisa
en los ojos, me hicieron ver que el error cometido y el riesgo asumido,
ayudaron a achicar la vía por la que se escapaba la bondad de la fe de quien no
merece hundirse en el mar de la incomprensión de mil interrogantes.
Y pude respirar y
soltar amarras que me atenazaban en ese otro mar de la duda que nunca me gusta
navegar.
Lástima que en ese
lado oscuro de toda historia, haya tenido que descubrir con tristeza que donde
pensaba en un error humano, anidaba una desidia, falta de apoyo, abandono y juego
a esconder las manos de quien más y mejor debería abrazar a una oveja perdida pidiendo
rescate.
Una llamada de
socorro, nunca se apagará apartando la mirada.
Debiendo existir reencuentro, se encontraron
realidades;
Debiendo escucharse sinceros consejos, se
escucharon ideas vagas;
Debiendo existir abrazos fraternos, se
abrazaron humos que como humo se fueron.
Lástima,
pena, mucha pena me dio y me da. Pero no conjugaré el verbo en futuro, porque el
mal pasado, con pasado se quita. Hoy, al menos, me alegra saber que dos caminos
aunque no converjan, continúan en una misma dirección.
Y
sobre todo, me alegro por la persona que está detrás de esa sonrisa en los
ojos.
P.D. Un texto, una reflexión sin ningún ánimo de crítica ni malos rollos con nadie. Todo lo contrario; servirme de recuerdo y enseñanza de que las cosas es bueno hacerlas con buenos fines, pero teniendo presente que siempre se debe usar un arnés de seguridad. Aprovecho para dedicarlo a una buena amiga que preocupada "por si me pasaba algo", rápidamente me llamó.
P.D. Un texto, una reflexión sin ningún ánimo de crítica ni malos rollos con nadie. Todo lo contrario; servirme de recuerdo y enseñanza de que las cosas es bueno hacerlas con buenos fines, pero teniendo presente que siempre se debe usar un arnés de seguridad. Aprovecho para dedicarlo a una buena amiga que preocupada "por si me pasaba algo", rápidamente me llamó.
Queŕido Luismi:
ResponderEliminarDe pequeña , recuerdo tardes frías como está, llegar del cole muerta de frío y cobijarme frente a un radiador con un bocadillo de mortadela mientras se cosian calcetines y botones rotos.
En esas tardes frías se cosia. Hoy hace mucho frío , Como en mis recuerdos, y tu coses. Remiendas sentimientos dolorosos, arreglas recuerdos rasgados y pones botones donde se han perdido.
Sólo puedo darte las gracias por recordarme esas tardes de infancia y por traer a mi ahora ese refugio del agradable calor del radiador y de tu amistad.
Sigo lamentando y mucho el tiempo perdido.
Muchas veces he comentado que sigo siendo un niño; un niño de blanca barba, pero un niño. Y es curioso que la niña amiga que en mis tiempos de pantalón corto y calcetines nunca tuve, el paso de ese tiempo al que llamas "perdido", me la ha puesto delante para acabar jugando a ser mayores recuperando tiempos pasados de mortadelas o jugando a soldaditos con ejércitos imposibles.
ResponderEliminarNunca cosí ni aprendí a enhebrar agujas, pero si con mis actos conseguí remendar descosidos, intentaré seguir practicando el noble arte de tejer bondades.
No doy por perdido ese tiempo. Lo daré más bien por un tiempo a descubrir.
Gracias por tan maravilloso comentario. Gracias por tu amistad.
P.D. La mortadela ¿con aceitunas?
Prefiero la valle, Pero me recordaste la de aceitunas....deliciosa también.
ResponderEliminarY...? Cuando es la merienda?
Cualquier tarde de estas; ya hablaremos. Y que le den al colesterol...
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