Cuando
las luces pierden parte de su brillo, las paredes parecieran
claroscuros y los silencios hacen acto de presencia, es entonces
cuando los pensamientos se relajan, las inquietudes se moderan y la
mente se abre a un mundo muy distinto al que llevan a ebullición los
ingredientes cotidianos que conforman nuestra vida diaria.
Sin
esos silencios y luces tenues, es casi imposible poder conversar con
uno mismo. Hacerse saber que existe un yo que también necesita ser
escuchado desde su interior. Sin reproches, sin extorsiones, sin
ultimátum…
Solos
yo y yo
Arañar
la capa que endurece el interior para buscar un color diferente al
que se muestra; indagar en mis sospechas para aclarar si son
verdades; preguntarse sin buscar un porqué y atreverse a ser
contradicho, son ejercicios que no necesitan luz ni taquígrafos para
ser firmados en acta.
Esa
es la penumbra que busco y en ocasiones encuentro.
Pero
existen también penumbras que para mí no quisiera. Ese tipo de
penumbras que abrigan el modus operandi de ciertas personas que
saltan con demasiada frecuencia de un platillo a otro de una balanza
llamada verdad. Personas de cal y arena que sin ser lobos también
saben disfrazarse de Caperucita.
O
esas otras penumbras de quien debiera ser, cree que lo es, pero con
sus actos demuestra no serlo. De quien gusta de irradiar falsas luces
sin pensar que con ello también eclipsa a quien nunca se preocupó
por brillar.
Me
gusta buscar penumbras de músicas que sin moverte te alejen del
sitio; penumbras de velas encendidas porque se fue la luz; las
penumbras
de un cine para
dos;
aquellas otras que de un abrazo o una palabra amiga construyen cielos
de estrellas o las que proyectan sombras de animales imaginarios en
una pared llena de sueños infantiles.
En
definitiva, las penumbras de quien poco necesita para ser feliz.
Querido luismi:
ResponderEliminarLeyendo está maravillosa exposición y sin pararme mucho a pensar en sacar de tus palabras conclusiones quizás erróneas, Me recuerdas un episodio que me ocurrió hace muy poco , tres días concretamente, una tarde de encuentros tormentosos y discusiones sin sentido donde las luces del cariño las apagaron unas palabras llenas de amargura de quien en esos momentos deberían haberse abrazado para juntos iluminar un destino impreciso....
Esa oscura tarde en la que alguien deseo paz a mi familia y me hizo reír por primera vez en muchos días.
Esa tarde gris dio pie a un momento de recogimiento de un grupo de personas que habitualmente adora en silencio y pide cantando.
No hubo cantos y hubo silencios y llantos. Y entre esos nubarrones un tipo duro me ofreció un abrazo de padre que me dio esa luz que tanta falta me hacía.
Decirte que adoro la luz de las velas y más si suena un vinilo de esos que nos gustan.
Un abrazo de luz para ti
Querida amiga: tarde de cierta penumbra que siendo en principio quizás demasiado oscura, te hizo ver un resquicio de luz en las palabras y abrazos de gente amiga. La vida da muchas vueltas; lo que hoy son discusiones y ríos de reproches, quizás no hagan sino limpiar algún las calles de algunos corazones ennegrecidos o conciencias equivocadas. Y si no fuera así, los demás lo pierden porque siempre seguirás teniendo unas palabras o un abrazo amigo.
ResponderEliminarMucho ánimo y que la paz sea contigo y tu familia
Besos