lunes, 18 de febrero de 2019

Trepanación


¡Qué arte! ¡Qué habilidad! ¡Qué paciencia! ¡Qué riesgo!
Debo decir que mi asombro por tanta capacidad de maniobra y perfección en esa actividad, nunca ha pasado desapercibido a mis ojos mañaneros camino al curro habitual.
Los vagones de hoy en día y más concretamente los de la línea 9 de Metro, no son los más antiguos de construcción ni los que se distingan por la última tecnología.
Por mucha amortiguación o sistemas que aminoren el rozamiento o vaivén de sus unidades, difícilmente se consigue que aquello sea como una balsa de aceite que permitiera realizar acciones de precisión casi de cirujano en quirófano.
Ver a una mujer frente a mí desplegando todo un arsenal de retoque facial y convertir ojeras en ojos, arrugas en tenues líneas y perfil de detenida en comisaría en aspirante a concurso, me asombra.
Ese lápiz de labios (chori de siempre para los que tenemos una edad); ese otro lápiz a ras de ojo o aquello que parece una miniescobilla que peinara pestañas aplicados a velocidad de vértigo, entre curvas a derecha e izquierda, vaivenes, frenazos, inicios y fines de marcha y todo ello sin desviarse ni herirse, me llena de asombro.
Por un lado, en el hipotético e improbable caso de que un día yo optara por realizar esas maniobras, pienso en la certeza de que acabaría trepanándome sin apenas esfuerzo.
Y por otro se me ocurre una pregunta:
¿Qué necesidad de esperar un tren para hacerlo? 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se agradece siempre tu compañía y opinión. Este blog sería un algo en la nada sin comentarios.
Gracias

Privilegiado

El diccionario nos revela que una persona privilegiada es aquella que tiene cierto privilegio, ventaja, derecho especial, prerrogativa o acc...