martes, 8 de octubre de 2019

Bamboleo


Muy de vez en cuando asoman gentes que si tuviera que clasificarlas las incluiría en un grupo cuyo título en negrita sería un gran interrogante.

Esas gentes que no sabes si van, vienen o simplemente pasaban por allí.

Gentes como un señor mayor de mediana estatura, que al abrirse las puertas de un vagón de metro penetra en él y se sitúa tan cerca como a mi lado; de pie y con una maleta con el asidero a medio abrir.

De arrugada frente, nariz y pómulos y de pelo escondido bajo una gorra de compañía de viajes, entre la marabunta de gente, pasaría desapercibido si no fuera por un pequeño detalle que no escapó de mi atención y que poco a poco atrajo la de los demás.

Esté señor, entró en ese vagón mascullando más que cantando uno de esos temas que por suerte o por desgracia siempre imaginamos en boca de una estrella bronceada por los soles de Miami.

“Bamboleo, bambolea, porque mi vida yo la prefiero vivir así…”

Enseguida capté esa estrofa, mi cerebro la procesó y como si de un pegamento de contacto se tratara, no me pude desprender de ella mientras ese tren me acercaba a mi destino.

Más si cabe porque este señor sin nombre, no paraba de repetirla una y otra vez subiendo su volumen cuanto más se sentía observado por quienes adornábamos con media sonrisa nuestra vista puesta en él.

La primera vez, escuchas sin más; las dos siguientes, piensas que este señor no tiene nada mejor que hacer. Cuando la sigue repitiendo aumentando el tono de su voz, ya puedes entrever que su cerebro quizás se está haciendo muy mayor o que fue expuesto demasiado al sol.

Pero por una vez y sin que pueda servir de precedente, mi imaginación fue más allá.

¿Alguien se paró a pensar, por ejemplo, que quizás este buen hombre regresaba de uno de esos viajes veraniegos sin edades y que justamente ese “bamboleo” sirvió como excusa, arma o recuerdo de un baile, de un affaire o simplemente de un quítame aquí esas penas?

Seguro que no; seguro que la opinión general poco diferiría del consabido:

“Cómo se ponen las cabezas”

Y puestos a elegir, qué más da si todos de una u otra forma también preferiríamos vivir así. ¿O no?

Bamboleo…

16 comentarios:

  1. mmm yo lo asocio a un problema mental jaja... es que como no me gusta llamar la atención nunca se me hacen difíciles estos personajes... prefiero en todo caso ser "border" en otras cosas (todos lo somos en algo)... saludos!

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  2. Jejeje, yo en el fondo, también. Pero ¿a quién no le gustaría tener una de esas locuras transitorias?

    Saludos

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  3. Son especulaciones , pero bueno...
    Que la vida cada cual la viva como más le guste.

    Besos.

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  4. Tú lo has dicho. Que cada uno la viva como le convenga y si además alegras con ello la de los demás, aún mejor.

    Besos

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  5. Pues yo también prefiero vivir con un poquito de bamboleo y de alegría en mi vida, y digan los de alrededor lo que quieran. Un abrazo, Luismi.

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  6. La alegría que no falte.

    Un abrazo alegre Rita

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  7. Me gustan las personas alegres, que disfrutan la musica... y algo bueno le debe estar sucediendo para cantar asi .....
    Yo tambien canto en mi casa, en la calle solo la escucho con auriculares pero asiento el ritmo con la cabeza o con los pies si viajo....
    Un abrazo Luismi!!

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  8. Totalmente de acuerdo contigo. El día que deje de gustarme o escuchar música cuando p.ej. voy a trabajar, es que definitivamente perdí el interés por una de las mejores cosas de la vida.

    Un abrazo y gracias por tu comentario

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  9. Es curioso cómo observas a la gente y luego sacas conclusiones, claro que en este caso más que ver fue oír... es fácil pensar que ese buen hombre no estaba muy bien del tarro, pero quizá ese día le dio por cantar y alegrar un poco este mundo sombrío y egoísta. Seguro que te sacó una sonrisa.
    Un abrazo Luismi,

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  10. Fueron muchas las sonrisas que me provocó este hombre y a la vez una cierta ternura. Es difícil de explicar.

    Un abrazo querida amiga

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  11. Generalmente los que cantan en el metro, cuando terminan la melodía o canción piden una limosna, tampoco me extraña que alguien cante el Bamboleo sin pedir nada, puede ser que tuviera un arrebato de felicidad.
    Un abrazo.

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  12. Este hombre no pedía nada. Simplemente cantaba, espero que por simple felicidad por extraño que resulte.

    Un abrazo Matías

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  13. Querido luismi.
    Quizás ese hombre sólo quería despertar tu atención o la de los presentes haciendo saber a todo el que le escuchará que* su vida la vive así*.
    O quizás fuese un hermano de * papuchi* y por ello tener todo el derecho a cantarla.
    O lo mismo, acabó de pasar por algún mal trago de esos que se nos presentan en la vida y quiso compartir con el pasaje su proceder.
    Sea como fuere....
    La vida nos enseña a vivirla así.
    Besotes

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  14. Al ver la cara de ese hombre, mal trago no parecía que hubiera pasado. Simplemente, yo creo que estaba feliz. Con alguna copa de más, tampoco parecía pero no sería descartable. Sea como fuere, ojalá la vida fuera un bamboleo feliz.

    Besos amiga

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  15. ¿Tal vez hablaba sobre cómo se bamboleaba el tren pero solo se entendían la mitad de sus palabras...?

    Saludos,

    J.

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  16. Quizás sea así. Nunca lo sabremos. Será difícil coincidir otra vez con este señor.

    Gracias por tu comentario.

    Un saludo J.

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Se agradece siempre tu compañía y opinión. Este blog sería un algo en la nada sin comentarios.
Gracias

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