jueves, 6 de febrero de 2020

Negro, par y paso


Que esta vida pueda llegar a ser una ruleta de la suerte, no es una quimera sin visos de realidad. Pero encontrar esa suerte en verdaderas ruletas que giran y giran ansiosas de bolsillos sin compasión, es un problema que carcome la estabilidad de cualquier sociedad que se autoproclame civilizada.
Asomar por una puerta una algarabía de chavales jóvenes de carnet de adulto seguramente recién estrenado a las 10:30h de cualquier mañana, no debiera resultar en exceso extraño; pero si encima de esa puerta en coloridos neones se lee “Juegos y Apuestas”, la extrañeza se torna en un sentimiento mezcla de pesimismo y en cierto modo, rabia contenida.
Rabia por quien juega con el juego; rabia por quien estando fuera no tiene complejos para entrar y quien está dentro no tiene el más mínimo pudor por dejar que atraviesen sus puertas conciencias aún por formar.
Manchar la sociedad con la podredumbre del juego o los malos humos, debiera ser desterrado a cualquier isla en la que el ser humano quisiera voluntariamente defecarse sobre su propia persona.
Consentir locales a escasos metros de colegios, vociferar publicidades en radios o ver normal vaciar bolsillos en apuestas de nombre legal y efectos letales, debiera hacer al menos recapacitar pensando que en esta vida no todo vale, no todo está bien en nombre de una libertad que ata más que ninguna.
Por eso, ver a unos chavales salir por esa puerta, hace que aún más  cierre la mía a ese mundo de futuro negro, pares que no lo son y por el que realmente debo gritar: “PASO”




8 comentarios:

  1. La adición al juego puede llegar a ser terrible, sobre todo para los mas jóvenes, que en muchos casos la arrastrarán de por vida.
    Ademas de esas salas que han crecido como setas, están las plataformas de Internet, donde a través del móvil acceden a todo tipo de apuestas.
    Un abrazo.

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  2. Tienes toda la razón Matías. Y lo peor de todo es que no existen gobiernos que intenten atajar esto de alguna manera. Si en muchos hogares la educación es algo más secundario que un móvil y si en la calle la diversión para esta juventud consiste en acudir a estos lugares, mal futuro nos espera a todos. Lástima que la cultura no se ponga tan de moda como todo esto.

    Un abrazo

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  3. En ese deseo irrefrenable por el juego no se comprende bien qué lleva a una persona a apostar de manera compulsiva. Al igual que muchos problemas, el origen de la ludopatía puede ser una combinación de factores biológicos, genéticos y ambientales.
    Si encima son jóvenes habría que tomar medidas. Te destroza física y psicológicamente.
    Un beso amigo.

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  4. A mí también me hierve la sangre de ver esos antros del vicio. ¿Qué clase de conciencia puede permitir eso? ¿Cómo pueden dormir tranquilos?
    Muy buena tu reflexión
    Un abrazo Luismi

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  5. Eso es lo malo querida amiga; que no se están tomando medidas serias y ya llevan funcionando estos locales unos cuantos años. Y encima, publicitando el mal.

    Besos

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  6. La conciencia que consiente eso, debe ser la misma que confunde la felicidad con el negocio y el negocio con ser feliz.

    Muchas gracias Rita. Un fuerte abrazo

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