Llamó poderosamente mi atención por
diferentes motivos: su quietud, su mirada al suelo, su altura, su blanca tez,
esa barba y pelo rubios, antagónicos con tan negra vestimenta…
Ciertamente un
tipo inusual en la vorágine a la que mis ojos están acostumbrados en el devenir
diario.
Pero siendo todo eso en cierto modo
atrayente, mi mente, perspectiva e imaginación, dieron rienda suelta a un
caballo desbocado.
Me fijé que la gente transitaba en idas
y venidas de vagón, rozándole sin hacerlo y sin que él apartara ni tan siquiera
la mirada del suelo; ni un pie cambió su posición para facilitar maniobras
ajenas ni propias.
Un señor a su lado leyendo un periódico
que con efecto o sin él, pareciera atravesar su brazo. De ello me di cuenta más
tarde observando la fotografía que casi en modo espía tomé con disimulo.
Y ya puestos a imaginar, imaginé
incluso tallas de un Medinaceli sin saeta que le cantara o devoción que
acompañara.
Imaginé, imaginé… a un hombre que viajó
en el tiempo sin alzar su mirada ni ver que al fondo un tipo se fijó en él sin
miedo, con asombro y mil preguntas que guardó en la mochila de un recuerdo.
Querido luismi...
ResponderEliminarTras éstos meses de sequías y de distancias indeseadas, me cuesta responder a tus pensamientos. Me veo tan lejos!!
Algo me agarra y me aleja , me roba las ganas y me quita las palabras que en otro momento seguro te dedicaría con el alma.
Espero y deseó de corazón que ésas esperas tuyas no cesen y sigas esperando con paciencia a esas amistades que aveces se esconden en el silencio aunque te echen un montón de menos
A esperas de que me vuelvan las fuerzas ,tú sigue observando y contando al mundo tu hipnótico punto de vista.
Mi querida Lady Writer:
ResponderEliminarLas ausencias o aquellas amistades que se esconden, son comunes en todo el mundo. Nadie está libre de ausentarse o esconderse en ciertos momentos; quizás la peor de todas sea aquella que nos hace ausentarnos o escondernos de nosotros mismos. Decía una canción de Fito “Sé que tengo que olvidar este frío mes de enero, luego volveré a brillar de nuevo”.
Pues haciendo caso de ese pensamiento, mi deseo de que recuperes fuerzas y pase pronto este frío mes de enero. Seguiremos observando y contando lo que el ojo ve y en ocasiones la mente distorsiona. O al revés.
Muchas gracias, mucha fuerza y muchos besos
Siempre me molestaron quienes van tomando fotos al estilo "justicieros sociales" de todo cuanto ven en la calle... Una cosa es sacar fotos cuando la policía reprime a la gente, otra es sacar una foto al azar de alguien que vimos en la calle, me parecen cosas sumamente diferentes.
ResponderEliminarNo tiene nada que ver son el relato, ya lo sé, pero bueno.
Saludos,
J.
Me parece muy gratuito que sin conocerme me tomes por un justiciero social. Te aclaro que no voy haciendo fotos habitualmente por ahí para que realices esa crítica sin fundamento.
ResponderEliminarAún más extraño que justifiques sacar fotos de represiones policiales que para nada tienen que ver con este caso. Vale ya de criminalizar tanto a la policía sin venir a cuento.
Y tercero, tampoco pretendo que llegues a entender lo que he querido decir en este relato a no ser que fueras el protagonista de esta historia, que ya sería casualidad y ante el cual pediría perdón si en algo molesté.
Para criticar, hay que conocer. Para conocer, te aconsejo no juzgar.
Saludos
Hola Luismi que buen observador sos, a mi tambien me llama la atencion personas que estan, pero parecen de otras epocas, y tambien mi imaginacion vuela cuando el viaje es largo suelo observar todo a mi alrededor.... y uno se aburre ;)
ResponderEliminarUn beso Luismi!!
Muchas gracias Grace
ResponderEliminarBesos
en la mochila de un recuerdo asi lo veo mientras viva
ResponderEliminarun abrazo grande
Gracias. Otro para ti
ResponderEliminarTengo alguna entrada relacionada con los los viajeros del metro, lo cierto es que son conjeturas sobre como puede ser la vida de cada viajero, observando su vestimenta, sus facciones o sus gestos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Matías por tu comentario.
ResponderEliminarUn abrazo