En un
rincón, acurrucada, amedrentada, incomprendida y olvidada, casi no se atreve a
salir.
Muchos le
hicieron daño. Muchos fueron los que se alejaron de ella y ninguno se atrevió a
mirar atrás mientras la abandonaban sin piedad.
¿Qué mal
causó? Sólo quiso hacer el bien. Sus ojos vidriosos aún esperan una mano amiga.
Alguien que llegue a comprender entre tanta incomprensión.
De nada sirvieron
sus súplicas. Sus llamadas dejaron de ser escuchadas y toda su grandeza, toda su bondad, acabaron en
el ocaso del olvido.
La dulzura
de sus palabras, dejaron de calar hondo en el corazón del hombre.
Un hombre
demasiado ocupado en sí mismo. Un hombre perdido en el egoísmo, la egolatría, la
política, el dinero.
Un corazón
de piedra escudado en sus propios miedos que no quiere dejar pasar nada que se
engalane con el vestido de la humildad.
Por eso la
abandonó. Mil excusas le bastaron para no fiarse de ella y prefirió dejarla al
margen de su existencia.
Pero ella,
aún siendo abandonada, siempre encontrará un momento de perdón, de
reconciliación, de cobijo en su regazo. Porque su luz, nunca se apaga y su casa
siempre permanecerá abierta.
Y hoy, en
estos malos tiempos que nos ha tocado vivir, más que nunca, necesito cobijarme
en ella. Necesito su calor, su tierno abrazo.
Y sé que
esas dos manos que ofrezco, las apretará con fuerza, me mirará a los ojos y una
luz de esperanza se reflejará en ellos.
Porque la fe,
con todas sus caras, es así. Sólo dos letras que irradian una luz entre tanta
oscuridad.
Ufffff, entre tus palabras viajaron miles de imágenes a mi mente.
ResponderEliminarCon cuantas me he identificado...
Sin palabras... Pero con muchos recuerdos.
Besos
Espero que ese viaje haya sido de imágenes que puedas haber visto más allá de tus ojos.
ResponderEliminarBesos
UUFF!! Palabras espesas y de gran peso sentimental. A ver quien se identifica con este montón de emociones... Supongo que existe ese alguien...por algún rincón lejano o cercano a ti, de lo contrario no hubieran nacido esas dicciones
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Dos palabras que pasan desapercibidas. Necesitamos creer en algo, la fe es la fuerza de la vida y como decía Sartre, La fe, incluso la profunda, nunca es completa.
ResponderEliminarBuena entrada y no sigas buscando lo que no has perdido. :-)
Pues sí Maruxela, existe ese Alguien. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarMe hago el despistado Airblue; hago como que me pierdo, para luego encontrarme, jejeje.
ResponderEliminarBesos
Malos tiempos para ella,demasiados palos recibidos hace que la pierdas un poco, aunque en el fondo nunca se va del todo.Ojala sea valiente y no se apague nunca.Muy buena reflexion. Un bessito
ResponderEliminarNo creo que llegue a apagarse nunca. Siempre debe ser lo último en perderse.
ResponderEliminarBesos y buen finde.
La FE mueve montañas, es poderosa, por ello no debemos abandonarla ni perderla, pase lo que pase debemos aferrarnos a ella, por sobre todas las cosas.
ResponderEliminarBesitos y abrazos alados, Luismi.
Me encantaron tus palabras.
Que entrada mas bonita
ResponderEliminarQue oscura seria la vida sin Fe
No dejes de escribir estas reflexiones
Mi querida Diana, me alegra saber que tú también te aferras a esa Fe que tanta falta nos hace en estos malos tiempos que vivimos. Que no la perdamos nunca.
ResponderEliminarTe deseo un maravilloso fin de semana.
Un besote gordo.
Amiga Yolanda; lo primero, gracias por tu primer comentario en este pequeño Café de encuentro entre amigos, en el que siempre serás bienvenida.
ResponderEliminar¿Qué te voy a decir yo de la Fe que no sepas tú ya? Al fin y al cabo, yo soy casi un recién llegado a ese sentimiento tan fuerte que más que buscarlo yo, vino a encontrarme a mí.
Besos y abrazos para tí y toda la buena gente que te rodea.