Es
noche cerrada; en el ambiente flota cierto ambiente a salitre, a brisa marina.
Me rodean murmullos y comentarios en voz baja. Un muchacho abraza con ternura
la cintura de una chica que nunca sabré si realmente era suya o no. ¡Qué más da!
si se mueven al son de un tipo que canta al mundo una hermosa canción de
alguien que conduce toda una noche.
Una
canción que me traslada a otro siglo en el que yo también fui adolescente. En
ese instante yo también hubiera abrazado a mi chica, quizás incluso la hubiera
besado; pero allí no estaba.
En
su lugar, a mi lado, un par de amigos y un deseo irrefrenable de expulsar de mi
toda esa cerveza que por no perder detalle de esa melodía, me negaba a
despedir.
Tantos
años deseando ver al artista y disfrutar en vivo de esa gloriosa canción y
justamente ahora, me encuentro apretando dientes y sujetando como podía una
vejiga desbocada.
Como
no podía ser de otra forma, mi resistencia fue vencida y mis pies me llevaron a
toda prisa a un portátil urinario que preservaba mi intimidad de las miradas de
todo el gentío a mi alrededor, pero no de los miles y miles enfervorizados fans
de unas gradas repletas del viejo Molinón.
Curiosa
situación en la que nunca me vi envuelto. Delante, contemplando a mi ídolo en
su máxima expresión; alrededor, miles de personas con sus miles de historias,
vivencias, éxitos o fracasos y yo allí con los oídos más abiertos que nunca,
una mano en el aparato fotográfico, la otra en el otro aparato y unas cervezas ahora calientes, que se despedían
definitivamente de mí.
Todas las fotos Luismi excepto las dos últimas. |
Foto internet |
Foto internet |
* Momentos inolvidables vividos en la noche del 26 de junio de 2013 en el Estadio del Molinón de Gijón.
Vaya...con The Boss...Debió ser un concierto memorable ya que Bruce lo da todo en el escenario...por suerte los viejos rockeros nunca mueren...un abrazo, Luismi
ResponderEliminarDe estos, quedan pocos ya amigo. Lo peor es que cuando gente como esta desaparezca de la música, las próximas generaciones no sé qué se van a encontrar. Con casi 64 tacos y tres horas y media sin parar... No termino de dar las gracias a aquel que me invitó.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo