lunes, 23 de septiembre de 2013

Café para dos



El Café está solitario; la puerta entreabierta y por donde no hace mucho se colaban unos cegadores rayos de sol, se asoman ahora unas tenues sombras difuminadas en un inminente anochecer.

Me gustan estos momentos. Momentos tranquilos en los que mi único acompañante suele ser una taza de aromático café mientras de fondo suena una vieja canción del viejo disco de un viejo artista.

Esta vez, sirvo dos tazas porque sé con seguridad que un entrañable amigo asomará como siempre por esa puerta con su media sonrisa y su pelo despeinado.

Hoy parece que se retrasa, pero sin acabar mi segundo sorbo, una suave brisa asoma por la puerta acompañada de un señor de aspecto adusto, mirada profunda y ropajes de color melancolía.

Nunca supe definir el porqué de nuestra amistad. Quizás por nuestra afinidad de carácter, nuestras soledades compartidas, horas de lecturas, juegos, televisión y risas de amigos pisando charcos.

Siempre con el respeto, cariño y admiración que un señor de cierta edad me merece. Comprendiendo sus ataques de ira, sus malos vientos, su gruñona existencia, pero también compartiendo y admirando muchos ratos de serena belleza, de silencio en las calles, de fina lluvia y calor de hogar.

Nunca hemos necesitado muchas palabras entre nosotros. Simplemente nos miramos, levantamos nuestras tazas y nos despedimos con un último sorbo de café. Su camino es largo y no puede hacer parada y fonda.

Antes de salir por la puerta por la que entró, me mira, le miro y sólo acierto como siempre a decirle como amigo:



“Abríguese Sr. Otoño, no vaya a refrescar…”



6 comentarios:

  1. Y este huraño, aunque bondadoso señor, nunca falla a la cita eh!
    La verdad que a mí cuando se retrasa me desespera un poco, jaja.
    Simpática e ingeniosa entrada.
    Bicos.

    ResponderEliminar
  2. Yo también me desespero cuando tarda en llegar. Y este año, los calores casi no le dejan entrar. Gracias Ohma.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Luismi, que preciosa manera de dar la bienvenida al deseado otoño.
    Eres genial!!

    ResponderEliminar
  4. Es que ya va siendo hora de que las musas se queden en casa, que bastante despendoladas han estado este verano.

    Gracias Yolanda.

    ResponderEliminar
  5. Tu entrada me ha encantado. Has dado una bienvenida al señor otoño diferente. Esa taza de café tomada con gusto voy a compartirla contigo, si me lo permites. El otoño se retrasa, el calor ya cansa y ya va siendo hora de un cambio.
    El frío vendrá de repente como siempre.

    Un abrazo Luismi.

    ResponderEliminar
  6. Invitada estás. No es que apetezca demasiado caliente, pero ya llegarán los fríos y se tomará más a gusto.

    Un abrazo amiga.

    ResponderEliminar

Se agradece siempre tu compañía y opinión. Este blog sería un algo en la nada sin comentarios.
Gracias

Y vueltas y vueltas…

            Te movías al son de océanos de agua cristalina; yo te observaba con la mirada de quien bajo un asombro temporal, atisbaba un fin...