sábado, 11 de enero de 2014

Cuatro años y una pluma






Un once de enero de 2010, abrí de par en par las puertas de este Café, con más miedo que ilusión; con más vergüenza que atrevimiento y sin tener muy claro el verdadero sentido que quería darle a este local.

Las intenciones, invenciones y ocurrencias, pronto se fueron marcando letra a letra, café a café, comentario a comentario.

Poco a poco y casi sin querer, este pequeño rincón se fue convirtiendo en un lugar de reunión de gentes, de culturas, de ideas, de paisajes.

Humores, tristezas, soledades, vivencias y pedacitos de alma, han ido marcando muescas de guerra y paz en su viejo mostrador.

He pretendido siempre mostrarme tal cual soy. Tan buenamente malo, o tan malamente bueno, pero con total sinceridad en uno u otro sentido.

Por esta puerta, han pasado clientes de todo tipo. Desde aquellos que asoman la cabeza y distraídamente se marchan casi sin dejar rastro, hasta aquellos otros habituales que siempre encuentran unos minutos de sus vidas para perderlos entre sorbo y sorbo de un aromático café.

Incluso por aquí han pasado clientes vestidos de amistad, de buenas intenciones, de grandes palabras de ánimo y complicidad con este humilde escribiente, que no escritor y que repentinamente dejaron de tomar una copa entre abrazos, risas y comprensiones sin más excusa que un extraño y para mí, incomprensible silencio, pero de los que aprendí también que la vida muchas veces sólo es un gran teatro.

A todos sin excepción, sólo puedo dar las gracias porque de una u otra forma, me han enriquecido como persona, siendo éste uno de los motivos principales por los que me animo a escribir.

También, pedir perdón a los que haya podido decepcionar, que seguramente también los hubo. Nunca fue mi intención.

Debo confesar que al cumplirse estos cuatro años, se me ha planteado la disyuntiva de elegir entre cerrar este “negocio” definitivamente y conservarlo sólo para uso o desuso particular, o por el contrario, continuar en la línea que inicié un día como hoy y que tanto cariño, alegrías y también decepciones, me han tatuado la piel.

Y ha tenido que ser un Rey Mago de esos que dicen que no existen, el que me despejara dudas y bajo un hermoso papel de regalo, mostrarme que el mundo, sus vivencias, sus alegrías, sus tristezas y su día a día, podían seguir siendo escritas, sentidas y expresadas, con la tinta de una hermosa pluma estilográfica.

A ese maravilloso Rey Mago al que le debo tantos y tantos besos, a los míos y a todos los que fuisteis, sois y seréis parte de este Café del Swing, gracias.










7 comentarios:

  1. Gracias a ti por tener siempre la palabra amable, la sonrisa dispuesta y el abrazo reconfortante en este Café que hoy cambia de look pero mantiene la esencia de la que todos, un día, quedamos enganchados.
    Supongo que todos los que garabateamos blogs nos hemos encontrado en la disyuntiva de si seguir o parar. En cualquiera de las opciones, los que siempre estamos...seguiremos estando. Ya sea en forma de comentario bloguero, de e-mail, llamada o como sea.

    Un besazo!

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  2. Lo primero, felicidades por estos cuatro años. Veo que somos de la misma quinta, aunque dos meses mayor ;).
    Lo segundo, muchas gracias por estar por aquí, por dejarme entrar en tu Café, y leer "un corazón escrito".
    No hubiera podido ser más elegante al explicar cada agradecimiento, sobre todo, a esos que te enseñaron que la vida es un teatro; eso es algo que yo tampoco entiendo y que en alguna persona, me hizo hasta daño esos silencios y lejanías. Gracias.
    Un abrazo

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  3. Felicidades amigo. Lo haces bonito. Mi mas sincera enhorabuena. RAUL

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  4. Feliz andadura Luismi, eres genial.No lo dudes.

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  5. Gracias a tod@s. Sois razones suficientes para continuar lo que un día comencé.

    Besos y abrazos.

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  6. Luismi, gracias por estos 4 años de amistad. Muchas veces también yo me he planteado cerrar el blog, pero veo que debo de seguir, así que aquí me tienes, como siempre a tu lado.
    Un gran abrazo
    Sor.Cecilia

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  7. Muchas gracias amiga. Te deseo que al menos sigamos coincidiendo otros cuatro años.

    Un fuerte abrazo.

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Se agradece siempre tu compañía y opinión. Este blog sería un algo en la nada sin comentarios.
Gracias

Y vueltas y vueltas…

            Te movías al son de océanos de agua cristalina; yo te observaba con la mirada de quien bajo un asombro temporal, atisbaba un fin...