Hoy, siete de abril, se cumple justamente un mes desde que a nuestro amigo José le
comunicaron que era candidato oficial a ser premiado con una estancia y puesta a punto completa en el
hospital.
Desde el día
en el que por fin lo subieron a planta, José ha tenido que pasar y vivir muchas
horas acompañado simplemente por una pequeña televisión, un transistor y un
móvil tan antiguo y pequeño, que incluso a mí me cuesta trabajo manejar.
Alguna vez
le subí un periódico; otras veces, un café capuccino de avellana o una botella
de agua mineral y siempre unos minutos de charla con los que compartir su
soledad.
Charlas de
fútbol, familia y amigos.
De fútbol de
sus pericos (porque este hombre es del Español y anticulé), como debe ser, o de
mi Madrid, también como debe ser.
De esa
familia que escudándose en la lejanía de Cataluña, esconde los verdaderos
motivos para no visitarle.
O esos
amigos que le aportan en mayor o menor medida lo que toda persona busca en todo
aquel que un día le regaló un beso o un apretón de manos.
No quiero
profundizar en estos temas; me reservaré mi opinión, porque no quiero ni debo
juzgar a nadie. Simplemente, diré que José para mí, no tiene pasado; para mí
tiene un presente y espero que un futuro muy largo entre amigos.
Quizás, no
sea el tipo más dulce en sus formas, pero es un tipo de los que miran sin
tapujos a la cara; de los que van con su verdad por delante y al que no le
duelen prendas a la hora de pedir perdón cuando reconoce que su verdad no era
tal. Yo a eso, le llamo integridad y particularmente, prefiero rodearme sólo de
unos pocos tipos como éste, a verme abrumado por mil interrogantes y
decepciones.
Pero no
quiero ponerme trascendental con todo esto.
Días de
radio y fútbol, de retransmisiones y comentarios. Y es en uno de esos días en
los que quizás por inspiración divina, se me ocurre trazar un plan un poco
descabellado pero que sabía positivamente, alegraría en parte esa monótona vida
hospitalaria de nuestro amigo.
Gran
seguidor desde hace muchos años de esos monstruos de la radio deportiva Paco
González, Pepe Domingo Castaño, Manolo Lama, etc, recordé que gracias a José y
sus gestiones, yo he tenido la oportunidad de vivir varias tardes de fútbol,
risas y amigos en los estudios de la Cadena Cope, resultando para mí y mis
hijas, una experiencia maravillosa e inolvidable.
Y me dije: “Luismi,
tienes que hacer algo para devolverle ese gran favor”.
Así que yo
también realicé algunas gestiones para conseguir dibujar en mi amigo una
sonrisa y llenarle los ojos de lágrimas agradecidas.
Recuerdo la
mañana del domingo 16 de marzo en la que sentado él en el sillón de la
habitación y yo recién llegado al Hospital para visitarle, fuimos interrumpidos
en nuestra charla por un mensaje que recibió en su teléfono móvil. Recuerdo
perfectamente que entre temblores de manos y con los ojos conteniendo lloros,
me entregó su teléfono para que pudiera leer un maravilloso mensaje que decía:
“Toda esta
panda de locos te desea una pronta recuperación. Abrazos de radio, amigo”. Pepe
Domingo Castaño.
Recuerdo que
me dijo entre divertido, agradecido y exultante:
“Tú eres un
cabronazo”
Y aún más “cabrón”,
cuando días más tarde pudo escuchar estos mensajes radiofónicos.
Qué complejo y a la vez fácil puede resultar hacer feliz a alguien. Creo que no existe receta mágica para ello. Simplemente, voluntad de hacerlo. Y si no se consigue, al menos, siempre nos quedará la satisfacción de haberlo intentado.
Así
transcurrieron los días. No hablaré de temas médicos, de tratamientos,
protocolos, curas, pruebas diagnósticas, etc. Simplemente, diré que aparte de
días mejores, días peores, su evolución ha sido tan satisfactoria, que el
pasado día 4 de abril, D. José Calderón Sánchez, manchego de nacimiento,
catalán de larga estancia y actualmente getafense de adopción, fue dado de alta
por un trasplante de riñón que le practicaron el día 7 de marzo en el Hospital 12 de Octubre de Madrid.
Ahora, se
encuentra bien. Con el cansancio lógico de quien a sus años y su salud ha pasado por algo
así. Con su soledad de siempre como fiel acompañante, pero también con un
rictus de esperanza, con un sueño cumplido de un futuro mejor y con una gran
historia que contar entre amigos.
* La lista de
agradecimientos, es muy larga, pero principalmente creo que debemos dar las
gracias y reconocimiento a la persona verdaderamente protagonista de esta
historia y de la que nunca se habla. Esa no es otra que una mujer de 45 años
que falleció a causa de un tumor cerebral y gracias a la cual José lleva camino de ser otro
hombre. No sabemos su nombre, pero sí sabemos que debe estar en el mejor de los
lugares. A ella y sus familiares, un millón de gracias.
Al equipo
médico, sanitario y en general a todo el personal y equipo técnico sin los
cuales la buena voluntad de los donantes no llegaría a buen puerto.
A mi mujer y
a mis hijas, sin cuya paciencia, ánimos y ayuda, muchas de estas cosas que
relato, nunca hubieran sido escritas.
Agradecer
también a todos los amigos que han visitado, llamado, preguntado o rezado para
que esta historia tuviera un final feliz, en especial, a una amiga nuestra que
sin ir a verle, con sus mensajes y llamadas diarias estuvo siempre ahí y quiso
y supo alegrarle estos días.
Mi
agradecimiento personal para la coordinadora de la
cadena COPE, Ana García Tomás, gracias a la cual, José tuvo sus segundos de
gloria a través de las ondas.
A Paco
González, Pepe Domingo Castaño y todos esos monstruos y locos de la radio, que con sus mensajes, su buen hacer, su humor y su cariño sincero, nos hacen a todos la vida un poco
más llevadera.
Un recuerdo especial a Francisco, el otro hombre trasplantado, que ha tenido y tiene aún problemas de adaptación a ese otro riñón. Seguiremos su pista y deseamos algún día poder brindar con él y sus familiares por otro feliz desenlace.
Un recuerdo especial a Francisco, el otro hombre trasplantado, que ha tenido y tiene aún problemas de adaptación a ese otro riñón. Seguiremos su pista y deseamos algún día poder brindar con él y sus familiares por otro feliz desenlace.
Y en general
a todos los que habéis tenido la paciencia de acercaros por este Café y leer lo
que más o menos bien he intentado plasmar en esta historia entre amigos.
A tod@s, mil
gracias.
Hola Luismi, tras mi largo retiro Cuaresmal, regreso al blog.
ResponderEliminarBueno, pues me alegro que José le hayan podido hacer el trasplante renal y que no tenga rechazo.
Has hecho otra obra de misericordia, visitar y consolar a un enfermo.
Gracias
Un abrazo
Sor.Cecilia
Estimado Luismi, he de decirte que me he emocionado con tus letras, pues en momentos tan complejos como los que habéis pasado, una palabra amiga, un consejo, un abrazo sincero y una sonrisa pura, son secuencias que van directamente al alma.
ResponderEliminarY qué decir del obsequio que le hiciste...genial, humanamente genial.
Un abrazo.
Querida Sor Cecilia, no sé si lo que hice es realmente una obra de Misericordia. Me suena a palabras mayores y no creo que sea yo tan bueno como para alcanzar ese grado. Creo que en un principio, es más bien una obra de amistad sincera, de sentirme unido al sufrimiento del amigo. Gracias por tu visita. Te debo muchas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amigo Jorge, creo que todos necesitamos siempre una mano que nos apoye. En los buenos momentos, casi no tenemos que decirlo. Pero es en los malos y más cuando uno está solo, en los que siempre creo que hay que echar hasta las dos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias.
Las dos manos y los dos pies, Luismi, me alegro que José esté bien. El final de tu historia no ha podido ser mejor, precioso homenaje en el que por encima de todo impera una sincera amistad.
ResponderEliminarMi amiga en cambio no ha tenido suerte, no sé cual será el final de su historia porque le han derivado a un hospital de cuidados paliativos. Como José está sola y si de algo sirven mis manos será para que al menos el desenlace sea lo menos doloroso posible.
Un abrazo Luismi.
Gracias amiga. ¡Cuánto siento que tu amiga se encuentre en esa situación! No creo que exista nada peor que la soledad sin un futuro mejor. Lástima que se encuentre tan sola y además acompañada solo por una enfermedad irreversible. Nadie debería encontrarse en una situación tan grave sin poder compartir parte de su dolor y falta de esperanza. Yo desde aquí, sólo puedo rezar por ella.
ResponderEliminarUn abrazo y muchas gracias.
Es una historia muy especial qué llega al corazón de las personas qué lo leen sin conocer a los protagonistas, imagina lo qué mueve dentro de los qué os conocemos.Mí agradecimiento a la generosidad de la familia de la donante, gente qué sí sabe lo qué es el valor de una vida.Soberbio Luismi .
ResponderEliminarAlgún día , entre esas cervezas qué compartimos , quizás escuchas otra historia qué talvez expliqué la dejadez y decidía de la familia de José.
Gracias Yolanda. Con cerveza o sin ella, soy todo oídos, jejeje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué preciosa historia. Me alegro mucho por tu amigo. Y por esa mujer de familia generosa, q seguirá viviendo de alguna manera dentro de él.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí que es una obra de misericordia, mi santa madre me las enseñó y en casa se practicaban.
ResponderEliminarSon estas:
Obras de Misericordia Espirituales
Enseñar al que no sabe
Dar buen consejo al que lo necesita
Corregir al que yerra.
Perdonar las injurias.
Consolar al triste.
Sufrir con paciencia los defectos del prójimo
Rogar a Dios por los vivos y las almas perdidas.
Obras de Misericordia "Humana"
Visitar y cuidar a los enfermos.
Dar de comer al hambriento.
Dar de beber al sediento. Dar posada al peregrino.
Vestir al desnudo.
Liberar al cautivo.
Enterrar a los muertos.
Toas son muy buenas y aunque te haya movido la amistad, no todos lo hacen.
Te dejo mi ternura
Sor.Cecilia
Muchas gracias Sara. Es una alegría que compartimos y que espero que continúe sin contratiempos de ningún tipo. Un abrazo.
ResponderEliminarLo consideraré como una obra humana.
ResponderEliminarMe alegro que así sea. Muchas gracias Sor Cecilia.
Un abrazo