Un día tiene veinticuatro horas.
Noche y día; luz y oscuridad. Abrir y cerrar los ojos al inicio y al final de
una jornada.
Así, también hay personas que
irradian luz propia y otras que ensombrecen cualquier mirada.
Cuando las luces del alba aún están
despertando, me dirijo todas las mañanas a la misma marquesina de autobús.
Allí plantada, una mujer; una mujer
cuyos buenos días se convierten en anocheceres habituales y prematuros. Su
mirada triste y su desgana en el habla, provocan cierto sentimiento de congoja
en toda aquella persona que ose saludarla.
Razones, quizás no le falten. Quién
sabe qué historia esconde tras esa coraza y esos ojos ausentes de color.
No hace mucho que mi ánimo se
escondía detrás de cualquier árbol o bajo cualquier manta y esta mujer, era el
antídoto perfecto a cualquier intento de alegrarme en algo la existencia.
Marchaba a trabajar con la sensación
de botellas medio vacías. Con músicas tristes sonando en mis oídos y sin ningún
don de gentes. En definitiva, sin humor.
Pero la vida tiene dos caras; las
calles son de ida y vuelta; las personas son mil mundos.
Andar por la calle ya iniciada la
misma noche de aquel día y ver dirigirse hacia mí una alegre sonrisa; una cara bonita
y amable; unos ojos expresivos y una alegría sincera por el encuentro, abre
otros mundos.
Una mujer, dos besos de amistad y una
breve charla casual, bastan para convertir penumbras en deslumbrantes luces;
humores negros en coloridos futuros; inciertas existencias en maravillosas
realidades; medias sonrisas en carcajadas interiores.
Personas como ésta que tienen el don
de contagiar positivismo; personas que con sus sonrisas, su educación y su
cariño, nos hacen ver que la vida no pinta sólo en bastos.
Una mujer que con su simpatía me
retrotrae a una ciudad en blanco y negro con hombres andando bajo hermosos
sombreros que sólo se retiran para saludar una cara amable, mientras de fondo
suena una hermosa canción de Sinatra.
Seguramente, ambas mujeres tendrán
sus razones para ocultar la otra cara de sus vidas.
Sólo depende del lado del cristal
que quieran mostrar.
* Dedicado a todas aquellas personas que tienen el gran don de alegrar a los demás simplemente con su forma de ser. A todas ellas van dedicadas estas letras y esta canción de fondo...
GRACIAS
Pues gracias Luismi, la vida a pesar de sus contratiempos es hermosa y hay que saber trasmitir vida en nuestro mundo que mucha falta le hace.
ResponderEliminarUn abrazo
Sor.Cecilia
Qué pena qué no pueda escuchar la música por el móvil.Qué tal el domingo, te vi un momentito y luego no coincidimos.Me fui corriendo a recoger el hospitalillo y me perdí entre la gente.Espero veros .Andamos por la parro .Bonita lectura,cada uno tiene sus momentos, siempre es agradable encontrar una sonrisa y trato agradable.
ResponderEliminarGracias a ti Sor Cecilia. Siempre una cara sonriente y un gesto de alegría se agradecen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí que es una pena que no la escuches, sí. Porque Sinatra es mucho Sinatra. Estuvimos ayer tomando unas cervecitas oficiales como Dios manda, y nunca mejor dicho. No estaremos muy lejos de la parto estos días. Nos vemos.
ResponderEliminarAsí es amigo, una sonrisa suele ser un faro que guía nuestro espíritu. Hay días en los que pueden ocurrir las dos versiones; que te topes con aquellas personas que son capaces de arrebatarte la energía con su negativismo o con la luz de una sonrisa que te aplaque el alma.
ResponderEliminarFuerte abrazo amigo.
Gracia Jorge. Así es. Hay personas que afortunadamente, solo con una sonrisa o unas palabras ya te animan. Tienen ese don. Lástima que no abunden. Feliz semana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mientras te leía querido Luismi, el televisor muestra imágenes en directo de mis compatriotas porteños que perdieron todo por un incendio que devastó sus casas. Entrevistan a una de ellas, una mujer de mediana edad, con ojos profundos y llorosos porque quedó con su ropa puesta y nada más. Le preguntan qué necesita, cómo se siente, y ella responde con una sonrisa. Estoy viva yo, mis hijos, mi esposo y mi perro. Estoy viva y eso es esperanza, y mientras esté viva saldremos adelante....Luismi querido, cuando el hombre comprende que somos nosotros los dueños de decidir nuestro destino, que podremos perder todo lo material; pero que la sonrisa y la esperanza siempre nos pertenecerán. Cuando el hombre comprende esto, comprende el sentido de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso para ti y gracias por tus palabras.
P.D.: Sinatra siempre ha sido de mi predilección musical. La canción que más amo: "Extraños en la noche".
Esas muertes no se pueden devolver, pero la esperanza de esa mujer que lo ha perdido todo, debería servir a la humanidad para saber que lo más importante que tenemos en esta vida, es precisamente eso; la propia vida.
ResponderEliminarSiento que desgraciadamente Chile aparezca en las noticias por catástrofes tan espeluznantes como esta.
Un abrazo enorme a todo el pueblo chileno querida amiga.
Me han gustado tus palabras, como siempre das en el clavo, Luismi y te doy las gracias porque me siento aludida, para mi sonreír es fácil, lo prometo. A pesar de los malos tragos nadie debería negar una sonrisa.Qué poco cuesta estirar los labios, sonreir con la mirada y dar un abrazo y qué caros lo venden algunos.
ResponderEliminarUn saludo, un café y unas risas.
Qué razón tienes Luismi! pero he aprendido, que detrás de cada tristeza, hay una historia y que cada uno debería dar lo que tiene en ese momento.
ResponderEliminarA veces, esas personas a las que le falta la alegría, que sólo trasnmiten tristeza, quizás piensen lo mismo: Que necesidad de una sonrisa, de un gesto amable o de un gesto de humanidad.
Lamentablemente, yo he estado en los los lados y los dos lados entiendo.
Buena semana Santa y un abrazo enorme!
Me alegra saber amiga que eres de sonrisa fácil. Y sobre todo, que esa sonrisa sea sincera aunque la procesión en ocasiones, vaya por dentro. Un abrazo, un café y muchas risas también para ti.
ResponderEliminarQuerida Amelia, estoy totalmente de acuerdo contigo. Lo que pasa, es que hay personas que parecen acorazadas y nos ven al resto como si fuéramos una especie de enemigos. Cada persona es un mundo y una circunstancia. Un poco tarde, quizás, pero que tengas un feliz final de Semana Santa. Gracias y un fuerte abrazo.
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