Un grupo de niños marcha a lo lejos; en perfecta formación, nadie
les ve, nadie les oye. Pueden ser cien, mil o millones y pasar desapercibidos
para la gran mayoría de seres que poblamos este mundo llamado Tierra.
Los imagino felices, alegres, risueños, traviesos,
cascarrabias e incluso, malotes. Pero los imagino también con muchas cosas en
común y que también les diferencia de la mayoría de los que no marchamos con
ellos.
Puedo imaginar sus caras maquilladas de esperanza, de
chocolate, de barro, de pinturas de guerra, o de nariz de payaso.
Y puedo imaginarles a todos con una enorme y maravillosa caja
de lápices de colores entre las manos para pintar con ellos las sonrisas, las
caricias, los juegos, los juguetes, las meriendas, las riñas, las palomitas en
el cine, peleas y abrazos entre amigos…, que la mano del inhumano hombre les
borró con su indiferencia, su intransigencia, fanatismo, ansia de poder,
corrupción y tantas y tantas cosas que deberían de avergonzarnos a todos en ese
examen por el que todos deberíamos de pasar llamado conciencia, si
verdaderamente queremos aprobar en cualquier curso de humanidad.
Esos niños que hoy no están; esos más de cien niños asesinados
recientemente por el gatillo del fanatismo, por la sinrazón del terror por el
terror, también llevan en sus manos esos maravillosos lapiceros de colores junto
con los otros millones que dejaron este mundo sin un alimento que llevarse a la
boca o bebiendo sólo las lágrimas derramadas por sus madres.
Su camino es largo, muy largo; pero estoy seguro que en aquel
lugar al que van, aquel lugar que sin duda merecieron, les espera otro Niño con
una sonrisa en los labios y un hermoso y eterno lienzo en el que pintar con sus
lápices de colores un mundo mejor.
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* No es este post el que hubiera querido escribir para felicitaros
a tod@s las Navidades, pero quien me conoce, sabe que quien manda en mí, no suele ser el cerebro, sino la
patata.
Quisiera dedicar estas letras muy especialmente a las familias
de esos niños asesinados recientemente en Pakistán y a tantos miles o millones
de personas que han sufrido la pérdida de un hijo por la inhumanidad del
hombre.
Dedicarlas también a todas aquellas personas que con su labor
humanitaria, aún a riesgo de su propia vida, intentan ayudar y más en estas
fechas, a quien no tiene nada más que un deseo de una vida mejor.
A tod@s los que penséis como yo que aún estamos a tiempo de crear
un mundo algo mejor que la “mierda” en la que estamos convirtiendo éste, os
deseo como siempre una
¡ FELIZ
NAVIDAD !
últimamente ando muy escaso de tiempo, como ahora, que paso fugazmente para desearte una feliz navidad y una montaña de salud para ti y los tuyos.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Como sienpre luis me encanta lo q escribes besos y feliz Navidad
ResponderEliminarMuchas gracias Jorge. Así estamos todos en estas fechas. Mis mejores deseos también para ti y los tuyos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Feliz Navidad para ti también, amiga asturiana. Un abrazo para toda mi querida Asturias.
ResponderEliminarEn mi cerebro tampoco domina la típica frase navideña, es que no se puede cuando el corazón ve todo lo que sucede alrededor. ¡Cómo es posible que ya el mundo haya o esté olvidando la cantidad de niños masacrados en su Colegio!. No lo comprendo.
ResponderEliminarEste es el verdadero sentido de la Navidad, estar en el lugar del que sufre y acercarse a su humanidad.
Gracias Luismi por tu mensaje. Eres un ser muy especial.
Te abrazo desde mi lejanía ¡Feliz Navidad!.
Querida amiga, ante todo, perdona por mi tardanza en leer tu cariñoso comentario. Cualquier persona que tenga buenos sentimientos, no puede cerrar los ojos ante todo lo que está sucediendo en el mundo. Esperemos que el año próximo nos traiga mucha más esperanza y humanidad.
ResponderEliminarUn gran abrazo y que tengas la Navidad que sin duda mereces.