En los
tiempos actuales, con sus prisas, desorganización y estrés, pocos son los
afortunados y mucho menos los elegidos que se puedan dar el gran gustazo de
saborear tema a tema, letra a letra, cualquier nuevo trabajo discográfico en el
que se tuvieran depositadas grandes esperanzas.
En ese
preciso instante me encuentro yo. Con un disco recién salido del horno de la
fábrica de sueños que para un servidor siempre ha sido un escocés de nombre
Mark Knopfler.
Hace escasas
horas que ha salido a la luz su nuevo trabajo “Tracker”.
El primer
sencillo “Beryl”, desde hace semanas, me hizo soñar en un reencuentro de Knopfler
con sus raíces “Straits”, pero tras escuchar uno a uno todos los temas que
componen su nuevo trabajo, me rindo ante la evidencia de que aquel Knopfler, se
marchó hace mucho para nunca más volver.
¡Qué empeño
el de este hombre en seguir componiendo e interpretando obras que en la más
absoluta intimidad pueden resultar delicias para paladares exquisitos, pero
somnolientos platos en la mayoría de los comensales que pueblan los miles de
seguidores que aún conserva en todo el mundo!
Siento
muchísimo tener que hacer una crónica tan poco entusiasta de un trabajo que
esperaba como agua de “marzo” y que al final me ha dejado en cierto modo
cariacontecido y francamente defraudado.
El hecho de
seguir desde hace más de treinta y cinco años las andanzas musicales de este
gran artista, no lleva implícito que ese presunto fanatismo me llevara a
declarar como blanco, aquello que desde mi perspectiva tiene tonalidades
realmente grises.
No me bastan
cuatro geniales punteos, que sobresalgan sobre esa voz que nunca tuvo ni que
las letras que no entiendo por no saber inglés, sean extraordinarias.
Simplemente,
esperaba algún guiño más de un hombre que se empeña paso a paso en dejar de ser
Sultán del Swing, para convertirse en artista de mesa camilla y brasero.
No es excusa
la edad, porque grandes entre los grandes a pesar de los años, siguen
enardeciendo las expectativas de la gran mayoría de legiones que los siguen.
Mi querido
Knopfler, quizás el paso del tiempo y más horas de audición me hagan volver a
rendirme a sus pies, pero de momento y a bote pronto, debo sincerarme y
mostrarme realmente defraudado con ese “Tracker” del que creo que poco podrá
mostrarnos en vivo si no quiere que los que asistamos a sus conciertos,
bostecemos de pie.
Un último consejo de amigo: "Menos flautas y más Stratocaster"
Como
siempre, sinceramente suyo…
Pues sí, así es. Aunque con razón lo he titulado "a bote pronto", porque es la primera sensación de la primera audición.
ResponderEliminarAhora bien, poco a poco, creo que tendré que cambiar de opinión y no descarto en absoluto tener que reconocer aquello de
"donde dije digo, digo Diego"
Abrazos.