lunes, 16 de marzo de 2015

A bote pronto



En los tiempos actuales, con sus prisas, desorganización y estrés, pocos son los afortunados y mucho menos los elegidos que se puedan dar el gran gustazo de saborear tema a tema, letra a letra, cualquier nuevo trabajo discográfico en el que se tuvieran depositadas grandes esperanzas.

En ese preciso instante me encuentro yo. Con un disco recién salido del horno de la fábrica de sueños que para un servidor siempre ha sido un escocés de nombre Mark Knopfler.
Hace escasas horas que ha salido a la luz su nuevo trabajo “Tracker”.

El primer sencillo “Beryl”, desde hace semanas, me hizo soñar en un reencuentro de Knopfler con sus raíces “Straits”, pero tras escuchar uno a uno todos los temas que componen su nuevo trabajo, me rindo ante la evidencia de que aquel Knopfler, se marchó hace mucho para nunca más volver.
¡Qué empeño el de este hombre en seguir componiendo e interpretando obras que en la más absoluta intimidad pueden resultar delicias para paladares exquisitos, pero somnolientos platos en la mayoría de los comensales que pueblan los miles de seguidores que aún conserva en todo el mundo!

Siento muchísimo tener que hacer una crónica tan poco entusiasta de un trabajo que esperaba como agua de “marzo” y que al final me ha dejado en cierto modo cariacontecido y francamente defraudado.
El hecho de seguir desde hace más de treinta y cinco años las andanzas musicales de este gran artista, no lleva implícito que ese presunto fanatismo me llevara a declarar como blanco, aquello que desde mi perspectiva tiene tonalidades realmente grises.

No me bastan cuatro geniales punteos, que sobresalgan sobre esa voz que nunca tuvo ni que las letras que no entiendo por no saber inglés, sean extraordinarias.

Simplemente, esperaba algún guiño más de un hombre que se empeña paso a paso en dejar de ser Sultán del Swing, para convertirse en artista de mesa camilla y brasero.

No es excusa la edad, porque grandes entre los grandes a pesar de los años, siguen enardeciendo las expectativas de la gran mayoría de legiones que los siguen.

Mi querido Knopfler, quizás el paso del tiempo y más horas de audición me hagan volver a rendirme a sus pies, pero de momento y a bote pronto, debo sincerarme y mostrarme realmente defraudado con ese “Tracker” del que creo que poco podrá mostrarnos en vivo si no quiere que los que asistamos a sus conciertos, bostecemos de pie.
Un último consejo de amigo: "Menos flautas y más Stratocaster"
Como siempre, sinceramente suyo…

Un fan.



P.D. Hasta ahí, pude escribir. Lo que piense a partir de la décima o quincuagésima audición de este disco, seguramente poco tendrá que ver con ese " a bote pronto", porque la fidelidad a unos acordes, siempre la tendré presente.






1 comentario:

  1. Pues sí, así es. Aunque con razón lo he titulado "a bote pronto", porque es la primera sensación de la primera audición.

    Ahora bien, poco a poco, creo que tendré que cambiar de opinión y no descarto en absoluto tener que reconocer aquello de

    "donde dije digo, digo Diego"

    Abrazos.

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