viernes, 20 de marzo de 2015

Sopa de letras

¿Cómo saben las palabras?

Quizás una pregunta que puede dejar extrañado a cualquiera, pero no en mi caso, porque tendré que aprender a degustarlas cuando para ser justo, es hora de que vaya tragándome más de una y de dos que últimamente he escrito.
Siempre se ha dicho que rectificar es de sabios. Yo más bien, diría que rectificar, es de justos.

Y haciendo justicia, debo pedir disculpas y reconocer mi equivocación a la hora de realizar una crítica feroz para mis costumbres hacia un músico admirado por muchos y reverenciado por mí desde hace casi cuarenta años.
A botepronto, basándome en una audición rutinaria a través de youtube de los temas del recién publicado Tracker de Mark Knopfler, me lancé cuesta abajo y sin frenos a menospreciar una música, un estilo y unas composiciones sin un mínimo de objetividad.

Me movió la pasión; en este caso, casi diría que el despecho hacia lo que se espera y nunca te llegan a servir en el modo y forma que piensas.
Tremendo error no aguardar a escuchar un disco en su forma original; a degustar pieza a pieza, tema a tema, canción a canción, todos sus acordes.

Sentarse café en mano, sin prisas y sin distracciones, debería figurar en el manual de instrucciones obligatorio para todo aficionado  que se precie a la música, a la hora de juzgar u opinar sobre lo que un artista nos ofrece.
Más vale tarde que nunca y aunque tarde, he seguido ese manual.

Y allí donde todo se pintaba de color fúnebre, comienzan a aparecer pinceladas y tonalidades que forman un maravilloso collage musical.
Desgranar canción a canción y dejarme atrapar por cada uno de los instrumentos empleados, no hace sino aumentar la sensación de que cualquier tiempo pasado, sólo fue anterior.

Sea muy bienvenido ese Tracker que a nivel personal aún a riesgo de equivocarme, me da la impresión de que no es otra cosa que un maravilloso recorrido por todos los estilos que este admirado escocés ha ido perfeccionando a lo largo de su dilatada carrera musical desde sus comienzos con Dire Straits, hasta sus incursiones en el folk o influencias de amigos como Dylan.
Sería muy largo opinar sobre cada uno de los temas que conforman este trabajo.

Yo sólo puedo recomendarlo como bálsamo en cualquier agitado día de nuestra azarosa vida.
Mis disculpas más sinceras Mr. Knopfler por lanzarme al ruedo musical como un espontáneo más.

La primavera está a las puertas por estos barrios, pero yo ahora, debo y quiero tomarme una calentita sopa de letras que nunca tuve que escribir.





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