domingo, 22 de marzo de 2015

Creo

Testimonios, hay muchos. Confesiones íntimas o no, también. Pero vaciar el alma, fluyendo las palabras directamente del corazón de quien habla y que llegue como un misil a conmover a toda aquella persona que tenga un mínimo de sensibilidad moral, no es nada fácil.

Aún menos si se hace públicamente, ante decenas de personas familiares o no, amigas o completamente sumergidas en el anonimato.

Ante nosotros, simplemente una mujer que presentándose nos dio por nombre Patricia y por edad 38 años.

Todo lo que su corazón habló, fue la historia de su vida. Una vida que ha sido y sigue siendo un camino lleno de vicisitudes, de desgracias, de enfermedad, incluso de deseos e intento real de dejarse encontrar por una muerte adelantada. En definitiva, una vida repleta de suertes que todos buscamos y que a ella no le premian ni tan siquiera con un pequeño reintegro.

Con una historia así y relatada sin ocultar detalles que a cualquiera nos podrían dar reparo exponer, no pude por menos que emocionarme, porque a pesar de todo ello, esta mujer sigue vistiendo toda negatividad con el color de la más fuerte y mejor de las esperanzas.

Por eso, me quise unir a ella en pensamiento y voz cuando sujetando firmemente un hermoso crucifijo finalizó su exposición diciendo con total convicción:

“Creo en Dios Padre Todopoderoso…”








* Dedicado a Patricia a la que sólo puedo decir “gracias” por querer que la acompañáramos en un acto de reafirmación y valentía tan hermoso y sincero como el que nos ha regalado en nuestra hermosa Catedral. 



2 comentarios:

  1. Es un hermoso homenaje para alguien tan valiente como nos cuentas y escrito por alguien que tiene la facilidad de tocar la fibra más sensible de los que le seguimos.

    Un abrazo para ti.

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  2. Como siempre querida amiga, gracias. Es un placer compartir pensamientos y vivencias con tan buena gente.

    Un fuerte abrazo.

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