No te pude ayudar; atado de
pies, sujeto por manos, quise defenderte, pero no pude; mis piernas no respondían,
el frío me atería y mis miedos pudieron más que tus súplicas.
A ti, al que debo tu
amistad, estar siempre a mi lado y que tantas y tantas veces me has sacado de
las situaciones más apretadas, hoy no te pude ayudar ni socorrer entre tanto
extraño.
Me dejé llevar por los
acontecimientos; tú y yo sabíamos de antemano que la lucha era desigual. El
enemigo era muy poderoso; sus armas, insuperables.
Hoy te escribo a ti querido
amigo; agradeciéndote que aún en los peores momentos, cuando nos han llovido
flechas por todos lados, aún sin poderte ayudar, sigas muy cerquita de mí.
Que esta mala racha nos
sirva a los dos para hacernos más fuertes. Para gritar al mundo que a quien
esto escribe y a su inseparable amigó, podrán tocarles los huevos, pero nunca
la dignidad y el orgullo de haber sido y ser como son aunque tropezaran con la
misma piedra mil veces más.
A ti, mi querido amigo, mi
querido miembro, con todo mi respeto, cariño y oculta admiración, hoy rindo
pleitesía.
P.D.
Desvaríos mentales de quien recientemente fue intervenido mediante
ureteroscopia para extraerle lo que era más un meteorito que una piedra de
riñón.
La ureteroscopia es más invasiva que la litotricia, Luismi, pero a veces no hay más remedio que hacerlo, tuvo que ser un cálculo grande.
ResponderEliminarYa pasó y seguro que los cólicos no volverán. Recupérate y me alegra saber que todo ha salido bien.
¡Cómo ha avanzado la cirugía! ni te imaginas lo mal que se pasaba hace unos años.
Abrazos y cuídate.
Muchas gracias amiga. Si creo que lo peor ha pasado, incluidas un par de bacterias que decidieron venirse conmigo a casa porque no les gustaba el hospital. La verdad es que sí que era grande si (1,5 cm). Pero la intervención en sí no fue tan mala como pensaba ni mucho menos. El día que pueda tomarme nuevamente una cerveza, podré decir "Luismi ha vuelto". Un abrazo muy fuerte y muchas gracias.
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