miércoles, 25 de noviembre de 2015

Con "r" de reflexión




Mes de noviembre con vaivenes constantes; al estilo de la más sofisticada de las montañas rusas, vivo sus días a golpe de sobresaltos, noticias, cápsulas, pastillas prescritas y contrastes continuos de humor; días de más humor y días de menos, pero siempre intentando llevar a la práctica tan corta y significativa palabra.

Días convulsos, de miedos quizás infundados y de armas tristemente desenfundadas. De películas de terror hechas realidad en cualquier programa informativo de mil televisiones, radios y prensa.

Días en los que todos a excepción seguramente de la inocencia infantil, nos hemos convertido en máquinas de sapiencia infinita en temas tan complejos y dispares como la política internacional, el terrorismo de estado o el estado continuo de terrorismo. Todos ahora sabemos de operaciones militares, de paz ante el odio más salvaje, de manos unidas pero mirando de soslayo, de solidaridad pero con deseos de que la inicie el de al lado. Todos conocemos en profundidad las religiones y sus consecuencias. En resumen, personas que nos vestimos de verdad en la creencia de que conocemos todas las mentiras.

Estos días me han servido para reflexionar en la quietud de un descanso obligado. Me han servido para darme verdadera cuenta de que no soy para nada dueño de mi destino. Que la muerte, la vida, la suerte o la maldición, pueden esperarme sin hora concertada a la vuelta de cualquier esquina.

Puede que mi actitud ante todo esto que sucede, pudiera parecer en cierto modo cobarde, pero he llegado a la conclusión de que lo más inteligente para mi persona y lo que pueda transmitir a los que decidieron rodearme de cariño, comprensión o amistad, sea la de mantenerme en la medida de lo posible, al margen. Involucrarme lo justo y necesario en la actualidad de lo que suceda o esté por suceder.

Bastante complicado es ya el mundo, bastante enrevesada es la vida como para seguir rompiéndome cabezas en soluciones que nunca estarán en mis manos.

Continuaré buscando paz, pero antes, dejaré que ella me busque a mí. Porque quien busca el bien, aunque camine más lento por una imaginaria línea recta, alcanzará su meta antes que aquel que por mucho atajar, pierda rumbos y nortes.

Intentaré vestir con colores de respeto, aunque las modas actuales de vestir la vida sean totalmente contrarias a mis gustos.

Beberé y brindaré siempre con quien me quiera acompañar, pero también, aún sin dar espaldas, me inscribiré en esa academia en la que enseñan a desconfiar de quien no transmite o no quiere demostrar confianza.

Me mantendré o intentaré mantenerme alejado de disputas, desavenencias o cruces de opiniones que con malicia o sin ella, no conducen nunca a nada que no sea un enfado, rabia o malestar general.

Un mes suele tener treinta días. De mí dependerá que esos días transcurran a velocidad moderada, viviendo al límite o con el peso de una losa cada vez más difícil de llevar.

Seguiré siendo amigo del verdadero idem e indiferente, que no contrario, de quien con acciones u omisiones, no lo quiera merecer.

Conservaré estima, orgullo, educación y espíritu colaborador de todo aquello, aquel o quien a mi entender, me aporte un ingrediente necesario en la cocción del buen guiso del día a día que me ha tocado y quiero vivir.

Faltan pocos días para acabar noviembre; vendrán otros días y meses que espero y deseo mejoren lo dejado atrás; trabajaré por ello, pediré por ello y buscaré la compañía necesaria aunque sólo sumemos dos para convertir lo venidero en una sonrisa de lado a lado del mundo que me he querido crear aunque seguramente, no merezca.


2 comentarios:

  1. Preciosas reflexiones Luismi, me ha encantado tu forma de ver este loco mundo que nos ha tocado vivir, tu resignación ante tanta barbarie y tu decisión sabia de mantenerte al margen. Un mes de noviembre nefasto que ya está dando los últimos coletazos.
    Y me ha encantado la música de Mark Knopfler, hacía tiempo que no escuchaba esa canción.
    Espero estés si no recuperado del todo, cada día mejor.
    Un abrazo.

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  2. Mira que soy hombre de muchas palabras (escritas,que no tanto habladas), pero me faltan algunas para agradecerte que siempre estés ahí acompañando las ocurrencias, o reflexiones como en este caso que de vez en cuando me vienen a la mente. Me alegra saber además que te guste la música de ese tipo al que sigo desde hace ya más de 35 años y del que siempre espero seguir siendo fan.
    Ya me encuentro recuperado casi casi en su totalidad. Creo que la confirmación de que es así, la tendré mañana viernes cuando si Dios quiere, me den ya el alta y pueda tomarme mi primera y refrescante cerveza después de más de veinte días sin hacerlo. Me la tomaré brindando por toda la buena gente que siempre me acompañáis.

    Muchísimas gracias y un abrazo enorme.

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