miércoles, 19 de octubre de 2016

Tres nombres y un camino

Diez minutos me bastaron para descubrir que aquello que fui a buscar en tierras lejanas, sin saberlo, ya lo llevaba conmigo.

Tres simples nombres grabados en frío mármol, me hablaron de un pasado en tierras de labranza; de encinas, olivos y bellotas. Tres nombres que escribirían una historia marcada en la memoria y en los corazones de millones de gentes de todo el mundo de un pasado glorioso, un presente convulso y un futuro impredecible.

Jamás pude imaginar que unas simples letras cincelaran en mí un sentimiento de arraigo con unas creencias, de confirmación de unas sospechas y de una plenitud de acompañamiento como jamás había tenido.

Porque llegué allí como una mesa a la que le faltara una pata; como una media naranja que no encontrara su otra mitad o como quien mira y no ve con claridad más allá de lo que ve.

En ese instante, no me acompañaban cánticos hermosos, muchedumbre por millares, pañuelos al viento, ni rosas blancas. No hicieron falta.

Simplemente, era yo con mi silencio; era yo con mi reflexión; era yo y tres niños que sin hablar, me susurraron al oído. Me hablaron de hermosura, de amor, de paz, de un futuro en armonía con el mundo empezando por mi revuelto interior.

Un hombre me dijo que desde ese mismo instante, ya no caminaría solito. Y cuánta razón tenía, porque desde ese día me siento como un niño que levanta los brazos y al que sus padres no soltarán de la mano jamás.

Quisiera poder transmitir todo lo que viví, sentí o gocé, pero quizás no sería comprensible a ojos de esa cerrazón humana que ni ve, ni quiere ver, oír o escuchar algo que mire a las alturas.

Seguiré pensando que soy un tipo afortunado al que la vida le está marcando un camino de blancas baldosas, que pudiendo resultar a veces incoherente, a veces incomprensible, o difícil, sabe ahora más que nunca que su meta no puede llevarle a otro sitio mejor que al destino para el que fue creado.  

A tres niños les debo abrir los ojos y a una Madre, le debo el corazón.














4 comentarios:

  1. Como siempre, sacando hermosos pensamientos de todos tus actos. Se que te acompañaba la impresión de ese maravilloso lugar. Gracias de nuevo por llevar mis ruegos. Hoy mi casa esta completa, tengo por un rato a mi niño aqui.La Señora siempre responde y nos da lo que necesitamos. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Me alegro que lo tengas ahora en casa. Cuento con que a partir de ahora tengo un gran apoyo con esta nueva Amiga que por fin encontré. Gracias por el comentario.

    Besos y abrazos

    ResponderEliminar
  3. Fuiste al mismo lugar que hace años también visité y me impresionó mucho. Otro sitio que te recomiendo es Lourdes, la fe mueve montañas y ver a cientos de personas en peregrinación aumenta tus creencias, la Señora en su gruta te habrá sonreído. Seguro.

    ResponderEliminar
  4. Más que sonreírme, creo que me abrazó como sólo una madre puede hacer con un hijo. Ha sido una maravillosa experiencia que espero repetir en un futuro. Gracias amiga.

    Un abrazo

    ResponderEliminar

Se agradece siempre tu compañía y opinión. Este blog sería un algo en la nada sin comentarios.
Gracias

Privilegiado

El diccionario nos revela que una persona privilegiada es aquella que tiene cierto privilegio, ventaja, derecho especial, prerrogativa o acc...