viernes, 24 de febrero de 2017

Dos luces, un ángel

Dos de la mañana, soledad en las calles, viento fresco, rumor de silencios.

Un hombre, su mochila, unos pasos, un destino, un Amigo.

Dos luces lejanas, movimiento, lenta cercanía, ruido de motor, el coche se detiene, una ventanilla que baja, una cara conocida, una sincera sonrisa, un uniforme, una corta conversación, destinos opuestos, despedida.

Cuatro de la mañana, mismo hombre, misma mochila, calles solitarias, regreso a casa, luces azuladas, ruido de motor, unos destellos, un saludo mano en alto, llegada al hogar.

Ese hombre, se sintió protegido; ese hombre se sintió querido; ese hombre se sintió agradecido.









*Dedicado a esos guardianes que patrullando calles realizan el difícil y tantas veces incomprendido trabajo de velar nuestros sueños.



4 comentarios:

  1. Extiendo mi agradecimiento de corazón a esas personas que dejan en casa a su familia para protegernos en nuestros caminos.
    Como nos dijo Pedro, el amor no pesa por eso ellos van ligeros de equipaje.

    ResponderEliminar
  2. Así es. No nos damos cuenta pero tenemos esos custodios que consiguen con su trabajo y muchas veces su sacrificio, que mucha gente pueda dormir más tranquila.

    ResponderEliminar
  3. Comparto tu reflexión, una profesión abnegada y poco reconocída por una parte de la sociedad.

    ResponderEliminar
  4. Así es Matías. No sé si en otros países es así pero en éste por desgracia ocurre.

    ResponderEliminar

Se agradece siempre tu compañía y opinión. Este blog sería un algo en la nada sin comentarios.
Gracias

Privilegiado

El diccionario nos revela que una persona privilegiada es aquella que tiene cierto privilegio, ventaja, derecho especial, prerrogativa o acc...