Al principio, mi recato fue mayor que tus insinuaciones; pero tuve que claudicar y caer rendido a tus pies.
Lo confieso; soy hombre fácil. Me
pierde un buen cuerpo y en ti siempre lo veo.
Dibujo en mi mente lo que
esconden tus entrañas.
Tu cuello, la redondez de tus caderas
y lo esbelto de tu talle, no cejan en su empeño de hacer de mí un juguete en
tus brazos.
Acercar tu boca a la mía, es un instante
detenido en el tiempo.
Esas gotas cual rocío que cubren tu
piel apartándose al roce de mis dedos, es un éxtasis de sensual locura.
Quisiera morderte, más no puedo;
quisiera adorarte, más es pecado; quisiera sentirte, más bien te siento.
Desnudar tu blanco manto y llegar al
sumun del placer escondido en tus adentros.
Y poseerte, y dejarme poseer.
¡Que nos miren si quieren! ¡Que la
gente nos critique! ¡Que corran ríos de envidia!
Yo contigo y tú en mí.
No me dejes nunca; no me dejes de
querer;
Sé mi amiga, mi amante, mi sueño
cumplido.Porque prefiero el pecado de tenerte a un cielo por perderte.
Y si el destino quiere teñir tu pelo
de rubio, castaño o negro, que mi mano no te aparte, que mi boca no te cierre y
mis sentidos no se duerman.
Porque allá donde me encuentres, sabré
amarte.
P.D. ¿Y qué le voy a hacer si yo… nací
para beber y amar la cerveza?
Eres la monda.... No diré mas
ResponderEliminarJe je je. Seré la monda la próxima vez que atrape entre mis manos un hermoso cuerpo en forma de tercio de Mahou.
ResponderEliminar¡Será por ganas...!
Desde que he empezado a leer, tenía algo muy claro, no hablabas de mi. Jajaja
ResponderEliminarJuegas con ventaja porque ne conoces bien.
ResponderEliminarEso no vale... je je je
Besos con amor
Y si es de Abadía, no te importará pasar por el confesionario.
ResponderEliminarJa,ja,ja,ja.
Ja ja ja. No, seguro que no me importará confesar mis pecados.
ResponderEliminarAbrazos