martes, 12 de septiembre de 2017

Reducciones

Perplejidad, humor, asombro, incomprensión y una cierta dosis de admiración final.

Todo eso se acumuló en mi mente en un breve espacio de tiempo y forma.

Una farmacia cualquiera con su cruz verde como todas. Unos mostradores, unos solícitos farmacéuticos o auxiliares y unos clientes en número de dos contándome a mí.

Todo normal ¿verdad? Pues sí. Así era.

De repente, se abren las puertas automáticas de entrada y a la vez que una bocanada de aire caliente de verano, penetra un enorme hombre que por su altura y sobre todo anchura y redondez, atrajo la mirada de los dos clientes, dos despachantes y estoy seguro que hasta del muñeco de colores sentado en una de las estanterías.

Todo normal ¿verdad? Pues sí. Así seguía siendo.

Muchos hombres y mujeres de gran tamaño me he cruzado a lo largo de estos años.

Pero unas palabras salidas de su boca; una petición educada a su interlocutora que atenta parecía David frente a Goliat, se convirtió en una especie de reclamo de miradas hacia un lugar concreto.

El lugar concreto, era él mismo y hacia allí nos dirigimos el resto de figurantes en la escena sin mover los pies.

Observo ojos como platos, media sonrisa camuflada en gesto serio y la unanimidad de que todos pensamos lo mismo cuando este buen hombre con tono muy amable y educado sentenció:



“Vengo a por la crema reductora que encargué ayer”






11 comentarios:

  1. Querido Luismi.
    Vete tu a saber que es lo que quiere reducir ese hombre!!!
    Quizás, no era para el. O si lo era, ya sabes, la esperanza es lo último que sepierde

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  2. Hay sorpresas que más que asombrar, divierten por el momento y por ser quien es je je je.
    Gracias María Jesús


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  3. Hay sorpresas que más que asombrar, divierten por el momento y por ser quien es je je je.
    Gracias María Jesús


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  4. Pues ya lo que faltaba Lady Writer es que intentará reducir algo de lo que no se ve... Creo que sería el primer caso je je je.

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  5. No todo es lo que parece.
    La petición tiene su gracia, quien sabe quizás le funcionaba.
    Un abrazo.

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  6. Últimamente y en verano se nota más, la obesidad está subiendo un montón, cuerpos tremendamente descuidados y lo que me sorprende es la falta de complejo, lucen sus carnes poniéndose todo tipo de prendas ajustadas y pantaloncitos minis a prueba de celulitis.
    Pero ese hombre de la farmacia al menos reconocía su peso y tenía fe en una crema milagrosa que seguro no valía para nada.

    Un abrazo Luismi.

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  7. Quien sabe si realmente le funciona; quién sabe si era para él. Sea como sea, sin detalles de un mundo y unas gentes muy diversas. Muchas gracias por vuestros comentarios.
    Abrazos

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  8. Buen texto
    te leo es de noche y acabo de encontrarte Un saludo desde Miami

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  9. Gracias. Otro saludo para ese otro lado del charco.

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Se agradece siempre tu compañía y opinión. Este blog sería un algo en la nada sin comentarios.
Gracias

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