El
hombre de los cascos fumaba un pitillo mirando a lo lejos quién sabe
qué mientras un humo blanco escapaba de su cuerpo.
Relajada
contemplación de un horizonte sin agua de mar ni praderas verdes.
Sólo edificios de simétricos ventanales iluminados por un sol tibio
que luchaba por salir de las sombras de la noche.
Un
tipo pasó a su lado mochila al hombro y rumbo monótono de rutina
laboral. Miró al hombre, pero apenas lo vio; respiró profundo y su
mente despejó recuerdos casi olvidados de un tiempo lleno de
sensaciones que hacía mucho no sentía.
Recuerdos
de quien perdiendo el sentido del sabueso recuperaba la pista
perdida.
Una
inspiración profunda y fosas, pulmones y alma se llenaron de frescor
verde de otros tiempos. Maravillosos segundos de éxtasis sensorial
con la vista al frente de un pasado que haciéndose presente quién
sabe si no volverá a ser pretérito.
Ese
tipo, se alejó despacio y poco a poco se sumergió en la habitual
vorágine de peatones y tubos de escape, pero esta vez, con la huella
impregnada de un maravilloso, entrañable y añorado olor a césped
recién cortado.
Querido Luismi.
ResponderEliminarQue será que un olor, nos puede llevar a sitios y circunstancias tan guardadas en la memoria y casi olvidadas.
Un olor, un sabor, una canción ...recuerdos de tiempos pasados tan queridos y añorados.
Este mismo invierno , al volver a casa de alguno de mis escasos paseos de este año , mezclados los olores de fritos de los bares y humos de los coches ocurrió que al dejar la tan trillada calle Madrid y encaminarme a casa me transportaba a ese pueblo donde pasé tantas tardes de adolescente al calor de una chimenea o recordaba esos días de caza con mi padre en los que contábamos las piezas alrededor de una buena fogata....olores a madera que algún buen vecino de calle se ocupó en airear este invierno.
O como hoy, que aburrida ya de la tele y paseando mis dedos entre los contactos de mi wassap, me encontré con la preciosa foto de unas jóvenes chicas a las que tu conoces bien y me llevaron a esas eras que había por tu casa en mis tiempos y donde jugué mil veces y donde cogía flores a puñados ...esas que ellas han elegido como fondo de su preciosa foto.
Vivencias que nos trae cualquier cosa a nuestra mente siempre dispuesta a recordarnos que un olor, un sabor, un color o una canción nos llevará a ese lugar que guardamos en nuestro corazón.
Un beso amigo y gracias por recordar.
Querida amiga: nada que añadir a lo que tan bien describes. Bueno, sí una cosa. ¿Qué "demonios" haces que no sigues plasmando letras, recuerdos o vivencias en ese blog que tienes tan olvidado? Porque tus comentarios suelen ser verdaderas entradas que podías y debías publicar.
ResponderEliminarMuchas gracias fiel lectora.
Besos