lunes, 9 de julio de 2018

El hombre que eructaba a los caballos



Podía sonar a broma, pero no. Podría parecer irreal, pero tampoco.
Cuando el sol no termina de salir por el este, un hombre habitualmente sentado en un banco, o deambulando por aceras de barrio fumando puro, habla consigo mismo en un lenguaje extraño y a la vez chirriantemente repulsivo.
Siempre en solitario; vestimenta habitual y más años entre pecho y espalda que quien a esas horas no puede evitar escuchar más que ver, a un tipo como él y que no es otro que quien esto escribe.
Salir de casa a horas tan tempranas y al pisar zapato en acera comenzar a escuchar sonidos inconfundibles de gases desbocados en boca que no sabe estar cerrada, provoca en mí una desazón de cuerpo que no sabe si correr, o regresar por donde salió.
No es uno ni dos; es una metralleta en modo automático que no para de soltar munición a quien no puede escapar de sus ataques a no ser que sea sordo.
¡Será cabrón!, pensé una vez.
¡Pobre hombre!, pensé una segunda.
¡Será una enfermedad! me dije a la de tres.
Pero el transcurrir de los días, me hace dudar de todas mis conjeturas.
Este señor, que no para de eructar a pies juntillas, sólo detiene su macabra costumbre cuando habla con alguien o se quema los pulmones en inspiraciones de humos de largo habano.
Me devano los sesos y hasta los sexos, intentando encontrar explicación a este hombre del que huirían hasta los caballos sin esperar susurros.



2 comentarios:

  1. La verdad es que desde primera hora de la mañana, tienes la virtud de encontrar las cosas más inéditas y sorprendentes, y luego las cuentas con tu peculiar estilo.
    Tipos raros y frikis los hay, no te devanes los sesos, es un maniático que traga demasiado aire seguramente por ansiedad. Digo yo...

    Un abrazo.




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  2. Ya conozco a este hombre desde hace bastante tiempo y es siempre lo mismo. Algo en él, no funciona bien partiendo de que sin necesidad a esas horas sea verano o invierno, deambula por el barrio.
    En fin, no lo daremos más vueltas.

    Un abrazo querida amiga

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