El
primero busca a su izquierda una máquina en la pared. El otro, a su derecha, un
picaporte.
Quizás
ambos se miran y en el fondo intuyen que de distinta manera, ambos desean un
consuelo.
El
primero, introduce unas monedas en una máquina expendedora de preservativos de
marca contraria a un descontrol. Vanos fueron sus intentos, porque las monedas
salían igual que entraban.
El
segundo, abre una puerta donde siempre halla el consuelo y descanso de alma
acompañado de Ese Amigo que nunca falla.
Uno,
buscando un bien corporal; el otro, uno espiritual.
¿Quién
encontró mayor consuelo esa noche?
Nunca
se sabrá
La casualidad me ha traído hasta aquí y me he quedado a tomar un café contigo y tus escritos. Como me han resultado interesantes y distraídos volveré a leer y tomar más café del swing. Estoy en https://elbaulderita.blogspot.com/ por si tú también me quieres visitar. Saludos amistosos.
ResponderEliminarPerdón por el retraso en contestar a tu comentario y bienvenida a este Café del Swing. Me encantará poder visitarte.
ResponderEliminarMuchas gracias