El
pasado viernes 13 aunque sonara a película de terror, mis pies y mi mujer
acompañaron el caminar de un tipo como yo que gustoso de buenas músicas dirigió
su marcha hacia un recinto de amplias dimensiones, de nombre inglés, pero que
para los que ya vamos siendo añejos, guardamos en la memoria como el Palacio de
los Deportes de Madrid.
Podrán
inundar mi cabeza las canas, las arrugas mi cara o el cansancio mis piernas,
pero mi gusto y sentido por la música, quiera Dios que me lo conserve ahora y
siempre por los siglos de los siglos. Y cuando digo música, me refiero a
aquella que de algún modo me mueva a pensar sólo en ella dejando atrás las
distracciones de un mundo que sobrepasa todos los límites de la velocidad
existencial que pretendo desechar.
Con
esa idea fuimos y nos presentamos a eso de las 20:15 horas de una soleada tarde
en un Madrid abarrotado de almas sedientas de bullicio.
A
tiempo llegamos para acceder a una pista que poco a poco se iba inundando de
gentes ávidas como yo de buenos sonidos. Como nuestras pretensiones no eran
esta vez las de apoyar brazos y cuerpo en ninguna valla que nos separara del
escenario, decidimos pertrecharnos al fondo de esa pista en la que sin duda
gozaríamos de más espacio y acceso a barras y baños tan necesarios en algún
momento del espectáculo.
No
lo he dicho aún, pero el concierto era de Fito con sus Fitipaldis. Sabíamos que
apostábamos a caballo ganador y que el concierto sería tan extraordinario como
lo fueron los dos anteriores a los que asistimos hace años en Hoyos del Espino
y en el mismo recinto que el viernes nos albergó.
Pero
yo soy de esos que si una entrada señala que además del artista principal
actuará para abrir boca otro artista o banda como teloneros, acudo con el
tiempo suficiente para poder apreciar si también merece la pena escucharlos.
La
banda que se nos proponía como aperitivo a las 20:30h. tenía y tiene de nombre
Morgan.
Jamás
los había escuchado y la verdad es que infiel a mi mismo, tampoco me preocupé
con antelación por hacerme una idea de sus trabajos o calidad.
Y
acerté con no hacerlo y dejarme sorprender. Sonaron especialmente bien. Con la
voz en ocasiones desgarradoramente cálida de su vocalista Nina y el
acompañamiento de unos grandes músicos, merecían además de un voto de confianza,
un buen trago de cerveza para brindar con mi chica por nosotros y la buena
música que también nos une.
Finalizó
un tema y hasta mis oídos llegaron los punteos de una guitarra que por un
instante me sonaron a cierto miembro de Pink Floyd de nombre David y apellido
Gilmour.
Esos
punteos prometían y me llevaron a acomodarme en mí mismo cerveza en mano, con
la única intención de abrir sentidos de par en par y dejarme empapar por lo que
desde ese día considero uno de esos temazos a recordar en todos los futuros que
me esperan.
Fui
presa fácil de unos artistas que me recordaron por un momento a otro concierto
que me unió hace ya demasiados años a otra banda telonera de UB40 de estilo
antagónico al de Morgan pero que conservo en la memoria como músicos y en el corazón
como amigos (los antaño Desván del Duende y actuales Diván du Don).
Entonces
y ahora, esos teloneros de grandes artistas, me refuerzan en la idea de que al
igual que unos créditos de las buenas películas, merecen ser vistos, oídos y
apreciados como merecen y desearles un gran futuro que siempre nos acercará a
los aficionados a la buena música, a degustar el buen arte de quien lo tiene.
Yo solo corroborar que el sonido de este nuevo y favorito grupo con nombre de malvado pirata es bueno, gustoso, se parecen a muchos pero son únicos. Se nota que viven musica y que son música. Excelente la voz de Nina , maravillosa esa guitarra, que decir de los metales y de ese coro que acompaña con amor y que juntos enamoran a aficionados al buen gusto
ResponderEliminarEs un grupo para vivirlos en concierto. Gran sonido y personalidad. Sería una buena opción para ir a verlos. ¿Os animáis?
Eliminarlindo blog linda música saludos desde el mar en Miami
ResponderEliminarGracias desde el otro lado del charco. Abrazos
EliminarNo conozco taloneros porque no suelo ir a conciertos. Pero si sé de música, creo, y ese solo de guitarra me ha dejado flipada, bueno, bueno, de verdad. La voz de la chica suave y melodiosa y desde luego nada que no sea aplaudir a gente que merece la pena escuchar y desear que tengan otras muchas oportunidades.
ResponderEliminarMe alegro que disfrutaras. No dejes de hacerlo, cuando la salud no responde es cuando de verdad eres consciente del tiempo perdido.
Un abrazo Luismi.
Muchas gracias como siempre. Añade a todo eso que además es un grupo madrileño. Merecen la pena.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte y mi deseo de que tu salud vaya mejorando
No sueltes ese deseo. Ahora los dos con covid.
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