jueves, 17 de enero de 2019

Esa imagen

Hoy sí que podemos decir que acabó; pasó la Navidad; guirnaldas, luces y turrones quedaron atrás en el calendario.

Cada uno la vive con mayor o menor intensidad, fe o costumbre; pero siempre quedará grabada la imagen de un detalle, un encuentro, unas palabras o un ambiente que hace de esos días algo inexplicablemente anormal en la conducta o el brillo en los ojos de la gente.

Inexplicable para muchos, pero no para mí. Mi fe me instruye, mi fe me guía y da respuesta a muchas preguntas.

Ese Niño que nace todos los años, se encuentra siempre presente para toda persona que realmente lo quiera buscar.

Yo lo encontré en una imagen; una imagen como todas, sin palabras; pero una imagen que dice y vale más que un millón de letras con sentido.

Serenidad, dulzura, quietud, paz, futuro, lucha, amor…

No hay mayor regalo que la mirada de un niño;  no existe nada más grande en este mundo que la inocencia de quien nació del amor de una pareja.

La vida puede ser dura, puede ser ingrata; pero dentro de sus adversidades, también nos regala una gran enseñanza. Y yo he aprendido a ver la Navidad en los ojos de un niño; en una preciosa cara de quien con su mirada nos inflama el corazón sólo de grandes y buenas cosas.

No se puede decir más con menos; nada como esos ojos, esa media sonrisa, esa imagen angelical.

Ahí he visto la cara de ese otro Niño que espero y deseo siempre nazca en nosotros.





*Dedicado al pequeño Alex, Dylan, Patricia y David con todo mi cariño.




2 comentarios:

  1. Yo la he visto muchos años en S. Rafael y en el Niño Jesús, dos hospitales infantiles que jamás olvidaré.
    Un abrazo Luismi.

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