lunes, 5 de abril de 2021

Hombre de barra



       

Debo reconocerlo; para los que como yo estamos acostumbrados a apoyar codo, cerveza y charla en la barra de cualquier bar, resulta incómoda la obligatoriedad y prohibición de cualquier acercamiento a la misma por motivos de seguridad vírica.

No termino de acostumbrarme a tomar una buena birra amarrado a una silla aunque ésta sea de vívidos colores y formas. Pareciera que la cerveza se acaba antes; que los aperitivos pasan a un segundo plano y que las personas hemos crecido en años más de lo que nuestro carnet de identidad señala.

Pero es lo que hay; como las lentejas, o las tomas, o las dejas. Si quieres beber, a sentarse tocan. Todo lo demás son deseos por cumplir.

No debemos marcarnos plazos para un regreso a la normalidad, pero después de un año, aún me cuesta creer que nuestro modus operandi haya sufrido un vuelco tan brutal en pequeñas cosas, que por costumbre individual, casi eran leyes para uno mismo.

No sé si algún día podré acostumbrarme y dejar de echar de menos esa barra. Hoy debo conformarme y pensar que aún me queda esa otra barra (de pan), para saciar inquietudes aún a costa de unos kilos de más.

Tiempo al tiempo

4 comentarios:

  1. A ni también me gustaba pasar un ratito de charla por las tardes en junto a la barra, pero hace un año que me abstengo, tuve claro muy pronto que los lugares cerrados eran peligrosos.
    Después de un año, estos días aumentan las esperanzas de ir a mejor al aumentar el numero de vacunas, que finalmente serán las que poco a poco nos lleven a una relativa normalidad.
    Un abrazo.

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  2. Esperemos al menos que el año que viene por estas fechas la situación sea casi de completa normalidad.

    Un abrazo Matías

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  3. Te entiendo perfectamente, amigo, tengo un marido cervecero de pro y también echa de menos la barra, sobre todo la del pub que tenemos a la vuelta de la esquina. En mesas separadas, en sillas contadas, la birra no debe saber igual, yo solo la tomo sin y hay quien dice que no es cerveza.
    Esperando las vacunas y ahora con medio barrio confinado. Oye, qué mal, pero paciencia, chico de la mochila.
    Un abrazo.

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  4. Jejeje. Está claro que los cerveceros sabemos de lo que hablamos. Y si además de cerveceros somos españoles, es como si naciéramos con la barra puesta. La cerveza sin he intentado tomarla, pero mi cuerpo la rechaza como si fuera un ente extraño y ante eso sólo se lucha con una cerveza con todo su alcohol. Qué os desconfinen pronto y podáis regresar al simulacro de normalidad que estamos viviendo.

    Un fuerte abrazo amiga

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