Acabaron los días de fiesta. Fiestas extrañas para mí ciertamente. Ese espíritu navideño que todos los años acaba encontrándome, este año no quiso o no pudo hacerlo.
Ni el roscón me supo igual, ni los brindis fueron los de siempre.
Quizás fue un año muy complicado, un año de adversidades aderezadas con una crisis que yo sí estoy notando y que aunque no queramos, nos dejó marcados.
Por ello, me alegré que por fin estas fiestas acabaran. Y acabaron como siempre, abriendo unos regalos sin duda merecidos para todos, aunque con el trasfondo de que en estos tiempos, hasta los Reyes por muy Magos que sean, no pudieron esmerarse mucho.
Nunca me suelo quejar de los regalos que me traen, pero esos horribles calzoncillos que descubro junto con un cinturón que no sé si va con doble sentido por aquello de apretármelo, me dejan algo frío.
Y cuando todo parece que queda ahí, descubro una pequeña caja sin peso alguno que al abrirla, contenía entre muchos trocitos de papel, una de las dos entradas que hace ya algún tiempo regalé a mi hija mayor para que asistiera con quien ella quisiera al concierto que su ídolo James Morrison ofrecerá en Madrid en Marzo.
Con ella, venía una pequeña nota que decía:
"No sé ir a un concierto si tú no vienes conmigo. Con cariño, tu Campanilla"
Esos son los pequeños detalles que hacen que la vida sea hermosa.
Hay gente que dice que no hay que fijarse en los detalles, si no en la esencia, pero qué hace que la esencia no sea invisible y transparente? Las pequeñas cosas!.
ResponderEliminarUn besazo Luismi y al conciertooooo!
Gracias Amelia. Seguro que iré. Me gusta la música que hace este artista y me encantará verlo en directo. ¿Y con quién mejor que con mi hija?
ResponderEliminarBesos
yo siempre digo que lo importante de la vida son los pequeños detalles porque son los que a hojos de casi todos pasan desapercibidos!!
ResponderEliminarAnimo que seguro que este 2012 te dará esa tregua que tanto te mereces!!
Besos,nos vemos pronto!!
Esto no es un detalle, esto es algo tan bonito como para hacerte saltar las lagrimas, a mi me paso cuando mis hijos me regalaron tres entradas para ir a ver a Serrat, cuando les pregunte que porque tres? me dijeron
ResponderEliminarla tuya y las nuestras porque queremos verlo contigo.
Benditos hijos, que haríamos sin ellos, a parte de estar mucho mas tranquilos claro.
Besets.
Gracias Yolanda. Espero que se cumpla lo que dices aunque este año pinta bastante mal también. Ojalá me equivoque.
ResponderEliminarBesos
Hermosa historia también la tuya Laura. Es una de las razones por las que siempre daré gracias por tener unas hijas como las que tengo. Estos pequeños detalles te llenan más que ninguna otra cosa.
ResponderEliminarGracias y besets.
Adorable. Ese gesto y esa nota es para derretir a cualquiera, Luismi.
ResponderEliminarYo cada 31 de diciembre sufro irremediablemente, desde siempre. No logro evitar que pulule sobre mi cabea esa idea de incertidumbre por lo que me espera el próximo año.
El año pasado trajo consigo la estocada del diagnóstico de cáncer de mi madre. Este año no quiero ni pensar en las posibilidades que tengo de que la cosa se complique. Creo que debemos de relativizarlo todo al máximo posible. Puede que las cosas empeoren, pero tenemos las mismas posibilidades de que mejoren. ¿NO CREES?
Un abrazo prieto amigo mío.
Por lo general, los detalles más pequeños son los más especiales.
ResponderEliminarBesos Luismi, y gracias por ser y estar.
Creo que esa campanilla es el mejor sonido que tienes a tu alrededor, me ha parecido precioso, y como tu tenía ganas de que acabaran todas estas fiestas, aunque reconozco que este año han sido mejores de lo que pensaba.
ResponderEliminarFELIZ AÑO y que sea especial para ti y que tus sueños dejen de serlo.
Besitos y sonrisas para ti y campanilla :-)
Querida Fayna, aunque es difícil, pensemos siempre en positivo. Y te lo digo yo que soy un pesimista por naturaleza. Esperemos siempre que las cosas mejoren aunque sea casi imperceptiblemente. Te deseo lo mejor en este año.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo amiga.
Gracias a tí Diana siempre por acompañarme con tu hermoso aleteo de mariposa.
ResponderEliminarBesos.
Amiga Merce, tienes razón. Estaba deseando que acabaran y en el fondo, no me ha quedado tan mal sabor de boca. Siempre existen esos detalles dulces que nos animan. Muchas gracias de parte de Peter y su Campanilla.
ResponderEliminarBesos.
Vaya detalle de tu campanilla...es una bello regalo leer tus palabras..me ha encantado..
ResponderEliminarA mi me gustaria tambien tener mi campanilla y que pensara en mi a la hora de hacer regalos
un abrazo
Muchas gracias y bienvenida, porque creo si no me equivoco que es la primera vez que pasas por este humilde café. Me alegro y espero que te encuentres a gusto por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo
Como a ti, estas fiestas no me encontró el espíritu navideño, te prometo que lo busque, crei verlo de lejos pero no lo tuve cerca ningún dia. Es el primer año desde que yo recuerdo que me pasa eso. Y es una lastima que asi sea. Pero…. es lo que hay. Espero que este año sea un poquito mejor y confio en ello, me gusta el 12 ya te contare.
ResponderEliminarEse regalo que te ha hecho tu hija es único, increíble. Que seria de nosotros sin esos pequeños detalles. Lo bueno de ellos es saber que han pensado en ti y también en ellos, en algo que hacer juntos, para decirte MUCHO con un gesto. Disfrutalo!!. Un bessito enorme
Muchas gracias amiga. Espero disfrutarlo, aunque el estado de ánimo no es el mejor precisamente. No tengo muy claro por qué, pero es así. Esperemos cambiar en poco tiempo.
ResponderEliminar12 besos cariñosos.
¿Qué más se puede pedir, Luismi?
ResponderEliminarUn abrazo, amigo !!
Poco más Jorge, poco más.
ResponderEliminarUn abrazo.