Cuando
oficialmente ha quedado inaugurada la temporada de enfriamientos, destrozos de
gargantas o gripes acechantes y uno parece que sin saberlo había adquirido
alguna entrada, las noches pueden hacerse eternas.
Hoy
ha sido una de esas. Si añadimos que al malestar general se ha unido un colchón
que ha dejado de ser anatómico para convertirse en anatómico-forense,
comprenderéis que mis recuerdos de esta noche, se acerquen más a una noche
toledana, que a una plácida noche getafense.
Así
que tras varias horas de duda, ni corto aunque sí muy perezoso, cuando aún las
farolas en la calle seguían encendidas, me he trasladado conmigo mismo, una
fina manta y mi fiel amigo de cuatro patas, a ese sofá de salón que tantas y
tantas veces nos acogió con cariño.
El
escenario cambió totalmente. El sueño que por más que busqué no paró de
esconderse, ahora parece que se deja atrapar. Incluso una fina, pero
persistente lluvia, se convierte en mi aliada con su relajante repiqueteo en la
ventana.
Todo
fue como un espejismo en el desierto, porque cuando pensaba que mi nocturna
suerte cambiaba, una amiga que me acompaña desde chiquitito, casi sin querer,
me susurró al oído:
“Creo
que vamos a tener que irnos”
Yo
intenté convencerla de que no. Que no era necesario, que estábamos como nunca y
podíamos retrasar alguna hora nuestra partida mientras los sueños nos envolvían
dulcemente.
Pero
ella cortó de raíz este intercambio de pareceres con una de esas frases que no
dejan espacio a la menor duda:
“O
nos vamos ahora, o tu vieja vejiga hará que revientes”
Fin
del debate.
Vaya esa vejigas nuestras suelen ser así de inoportunas, pero hay que hacerles caso.
ResponderEliminarY no te preocupes, si no has dormido muy bien esta noche, seguro que la siguiente será mejor, aunque lo mas probable es que coincida con los días que hay que madrugar para ir al trabajo. Paradojas de la vida.
Besos.
Tú lo has dicho. Seguro que esta noche será mejor para tener que ir mañana a trabajar, jejeje. Si es que estos cuerpos son así.
ResponderEliminarBesos y feliz domingo.
Siempre hay que confiar en uno mismo. Si te propones algo , lo conseguirás. Llegará el día que todo te irá de perlas, inclusive tu vejiga. Que duren los amigos
ResponderEliminarEsa vejiga, creo que con los años va a ser más y más puñetera. Ya veremos.
ResponderEliminarBesos.
Eso sí que jode! Cuando pillas el sueño la vejiga te da la vara, jaja
ResponderEliminarPero no hay nada que hacer, toca levantarse,:)
Un abrazo.
Luismi...que ya estamos en esas edades...jejeje...suscribo tu texto...jejeje...un abrazo
ResponderEliminarOhma, pienso que las vejigas tenían que valer al menos para cinco litros; como las garrafas. Es que no da tiempo a nada...jejeje.
ResponderEliminarAbrazos
Amigo Alfonso, espero que todavía no estemos en esas edades. Aunque últimamente cuando voy al supermercado, sin querer, se me van los ojos a los pañales. Y juro que no es pasión de padre, jejeje.
ResponderEliminarAbrazos
¡Ay! la vegija.... da igual que seas hombre o mujer, siempre nos está manipulando. A nosotras se nos cae, por partos o por debilidad muscular, a vosotros la empuja otra amiga inseparable que está pegadita a ella como una lapa, ya sabes como se llama, ¡exacto! doña Próstata.
ResponderEliminarCuando en las noches de otoño uno oye llover, el relax suele venir seguido, a mi me encanta quedarme en mi sofá favorito hasta que Morfeo me llama. La noche de Hallowen me encontraba más o menos como tú, buscando un lugar tranquilo hasta que otra amiga me levantó apresuradamente y salí corriendo por el pasillo. Eran las cinco de la mañana y una gastroenteritis me visitó de repente.
Saludos Luismi y olvídate de los pañales.
Otra mala amiga esa llamada gastroenteritis, que vaya nombre le dieron. ¡Qué puñeteras! jejeje.
ResponderEliminarNo sé si podré olvidarme fácilmente de los pañales.
Besos y abrazos.
Oye , si necesitas pañales que malo hay que vayas con ellos. La necesidad hará que cualquier día me los tenga que poner yo .Mejor será descansar y mearse en pañal.
ResponderEliminarLlegará el día Maruxela, llegará el día. El caso es que podamos contarnos la experiencia, jejeje.
ResponderEliminarHa quedado demostrado que no hay sueño perfecto, siempre surge algo inoportuno que lo distorciona y aveces lo convierte en pesadilla jajaja.
ResponderEliminarMuy ameno debate!
Besos y abrazos alados, Luismi.
Me gustó tu casa de letras.
ResponderEliminarPor aquí me quedo leyéndote.
Un saludo.
Muchas gracias Jorge y bienvenido a este pequeño Café en el que espero te encuentres a gusto. Intentaré en lo posible seguir también tu blog que a simple vista, me ha parecido muy interesante.
ResponderEliminarUn saludo
Me alegro que te gustara ese debate bastante más que a mí Diana, jejeje.
ResponderEliminarBesos