lunes, 11 de noviembre de 2013

Mochileros

Muy temprano, entre la marabunta de los bajos de la gran ciudad, salimos de los trenes todo un grupo de mochileros buscando la salida con destino a la obligación diaria.

Más o menos somnolientos, alegres, callados o parlantes, pero todos con un rumbo fijo.

Mochilas y personas de todos los colores, alturas y anchuras. Variopinta muestra de gentes plebeyas que seguramente al menos hoy y en su mayoría, preferían haberse quedado algunas horas más bajo mantas y sábanas calientes.

Pero la obligación es la obligación y nos echa de la cama.

Escaleras mecánicas, pasillos, más escaleras y bifurcaciones.

Una última encrucijada antes de salir y todo el grupo menos yo, coinciden en marchar por el mismo lado. Parece que se hubieran puesto de acuerdo en abandonarme. 

No entiendo bien por qué, si entre ellos y yo, sólo existe una ligera diferencia de unos treinta y cinco años.




16 comentarios:

  1. Pero ninguno de ellos con un alma tan joven!

    ResponderEliminar
  2. jajaja qué susto me ha dado la música jajaja, ¡no sabía de donde venía la ranchera jajaja! Que conste que esta canción me la ponía mi madre de pequeña y era la que más me gustaba.

    Aunque exista una diferencia de edad... deberíais tener un monumento, pues no es fácil.

    En estos momentos... hasta ser mochilera de esas me da envidia.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Ese día, Mónica, seguro que no; porque coincidí con medio instituto en la parada de República Argentina y me iba riendo yo solo al verme rodeado por tanta juventud. Ni mi mochila podía disimular a un "repetidor" tan antiguo, jeje.

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Querida Patricia, no hace falta ser estudiante para llevar mochila, ni mochila para volver a ser estudiante, jejeje. Cualquier día de estos te vemos con mochila al hombro. Cuídate.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  5. Y ya imagino lo guapo que ibas con tu mochila, que mas da la edad si las mochilas son cojonudas para todo. Yo también la uso con frecuencia, por mi edad debería ir disfrazada de señora con tacones y bolso de piel. Pero mi alma gamberra se inclina por sandalias y mochila, porque es mucho más práctica, no me duele el hombro y puedo llevar de todo. A veces llevo una tipo bandolera para que cuando mi ancianito perro se cansa de andar en los paseos le meto en mi mochila con las patas delanteras colgando fuera y su cabecita curioseando a la altura de muchas personas humanas. Va en la gloria en la mochila y descansado.
    También paso para decirte que tienes un premio esperandote en mi blog, como seguidor y amigo virtual de muchos años.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Seguro que pasaste como uno más de ellos, ja,ja, y todavía es más seguro que cualquiera se hubiera cambiado por ti, ellos llevan la mochila cargada de libros, la tuya va llena de experiencia.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Mochila al hombro...sin perder de vista el color de la infancia...y algo de inocencia por recuperar...así te veo, sonriendo al lado de esos "otros" chavales...un abrazo

    ResponderEliminar
  8. Neuri, guapo, guapo... no es que vaya mucho, jejeje, pero cómodo sí. En la mía también podría caber un perro, aunque el mío se queda un poco grande y no se iba a dejar. Muchas gracias por el premio. Lo pondré con cariño en el blog, aunque lo de seguir sus normas, lo haré en cuanto pueda, pues ando un poquito liado últimamente.

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Querida Airblue, no estoy yo tan seguro de que esa juventud que me rodeaba quisiera cambiarse por mi aunque sólo fuera por la experiencia. Más bien, yo sí que me cambiaría por ellos. Lo vamos a dejar como está y todos contentos, jejeje.

    Un abrazo amiga.

    ResponderEliminar
  10. Lo clavaste Alfonso. Así justamente me sentí dejándome arrastrar por la chiquillería.

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  11. !jaja! no te apures que nadie se da cuenta de esos 35 años de diferencia, cada uno va a lo suyo. A ti te sorprendieron al ser casi una manada.
    Un beso mi querido Luismi.
    Sor.Cecilia

    ResponderEliminar
  12. Las mochilas son tan prácticas que son como un todo terreno.
    jejeje te imagino rodeado de gente tan alborotadora y luego saliendo todos en grupo menos tú. Divertido, sin duda.
    Un abrazo, luismi.

    ResponderEliminar
  13. Gracias Sor Cecilia. Creo que efectivamente, a pesar de mi barba blanca actual, no se dieron cuenta, jejeje. Yo me dejo arrastrar por manadas así.

    Un beso amiga.

    ResponderEliminar
  14. Sí que fue divertido Ohma. Aún hoy cuando recuerdo lo divertido que salí del Metro, sonrío.

    Besos y abrazos.

    ResponderEliminar
  15. Gracias por tu visita Luismi, a ver si consigo que no se tenga a la soledad por compañera de lamentos y se sepa disfrutar de las cosas bellas de la vida. Una soledad interior es necesaria,si no nunca encontraríamos a Dios ni a nosotros mismos.
    Un gran abrazo
    Sor.Cecilia

    ResponderEliminar
  16. Gracias amiga. Los que necesitamos de esos momentos de soledad, sabemos bien de lo que hablamos.

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar

Se agradece siempre tu compañía y opinión. Este blog sería un algo en la nada sin comentarios.
Gracias

Y vueltas y vueltas…

            Te movías al son de océanos de agua cristalina; yo te observaba con la mirada de quien bajo un asombro temporal, atisbaba un fin...