martes, 21 de enero de 2014

La noria

Siempre he pensado que esta vida es como una gran feria o un enorme conjunto de otras muchas por las que coexistimos todos.

Dentro de la feria que por proximidad me ha tocado vivir existe, como en todas, una noria gigante que gira y gira repleta de cabinas y personas al ritmo de sus vidas.

En esa cabina que me asignaron al subir, suben conmigo los míos; los de casa y los que viven un poco más allá siendo familia o aquellos que sin serlo, los siento como si lo fueran.
 
También suben conmigo todos aquellos verdaderos amigos o que sin haberlos abrazado nunca, en la distancia me han demostrado serlo.

Alguien podría preguntarme qué entiendo yo por amistad.

Me resulta fácil y a la vez muy complejo definirla desde un punto de vista práctico.

Amistad es echar de menos, amistad es reír y llorar juntos; es estar cerca en un brindis y aún más cerca en una pena; recordar con alegría una charla o unas copas; sentir que ese amigo me aporta todas aquellas cosas que a mí me faltan o sentir que sirvo de utilidad a aquel que está al otro lado.

Pero una amistad se tambalea cuando sus cimientos no se sustentan en algo primordial en cualquier relación: EL RESPETO.

Considero que no es respeto catalogar a las personas por sus ideologías, creencias o vestimentas de color rojo, azul, verde o negro y generalizar por ello positiva o negativamente.

No es respeto el ataque sistemático y herir sensibilidades de aquellos que tenemos la suerte por ejemplo, de conservar una fe, escudándose y amparándose en la libertad de expresión en un lugar particular de la red, “abierto al público en general”.

Porque una cosa es compartir, opinar, debatir y confrontar ideas y otra muy diferente, generalizar atacando siempre a los mismos y dando pie a comentarios verdaderamente salvajes, hirientes y faltos de toda lógica o sentido.

Nunca me gustó la confrontación; nunca me atrajo la discusión; nunca quise polémicas, ni divertirme con ellas y siempre he tendido la mano a cualquiera que no comulgara con mis ideas. Todo desde el respeto y el cariño que he querido conservar, cuando no, aumentar.

También, desde la crítica constructiva y hablando abiertamente o en particular con cada uno de esos amigos que con sus comentarios, publicaciones o ideas compartidas, herían mi sensibilidad como persona.

Pero llega un punto en el que ya me canso de poner mejillas; me canso de enfados, rabietas y pensamientos negativos. Me canso de insomnios, de dudas y negros augurios y de tener que defender lo que con respeto no necesitaría ser defendido.

Lástima que las palabras y las ideas me lleven a pensar que no puedo ser amigo de quien con sus acciones me demuestra que no quiere serlo e invitarle amablemente a que abandone su lugar en esa noria.


Lástima.




12 comentarios:

  1. Lo dicho, ellos se lo.pieden.
    Solo saben escudarse en su libertad y en su respeto.Ni un minuto mas para ellos.

    ResponderEliminar
  2. Qué razón tienes, Luismi, el respeto hasta para tomar una caña, je,je. ¿Crees de verdad que existe la amistad?, para que sea verdadera lo primero que hay que hacer es olvidarse del egoísmo, de la envidia, del "yo tengo mucho más" y me parece muy difícil. La vida me ha dado muchos golpes y me han fallado personas en las que confiaba plenamente. Así se aprende y para aprender siempre hay que perder.
    Algunos en esta noria suben tan alto que al final se estrellan.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Para lo complicado que es definir la amistad...lo has hecho de maravilla! Me encantó eso de que "la amistad es echar de menos". Qué mejor manera de resumirlo...
    Pese a desconocer exactamente la historia que estás viviendo, se me hace tremendamente cercana porque también yo, recientemente, me cansé de luchar por quien ni siquiera movió un dedo por mi.
    Pero creo que así...todas las partes salen ganando.

    Un beso fuerte!

    ResponderEliminar
  4. Yolanda, desgraciadamente, es así. Lo que pasa es que tengo tanta paciencia y soy tan imbécil, que siempre espero un último gesto, que sé que no llegará. En fin, tiempo al tiempo.

    Besos.

    ResponderEliminar
  5. Amiga Remedios, necesariamente tengo que creer en la verdadera amistad. Lo que pasa es que el círculo se cierra tanto y tanto, que al final, si me apuras, sólo me quedo con mi perro, jejeje.

    Fuera bromas y pensando que nadie somos perfectos, el buen amigo siempre será aquel que realmente nos aporte algo. Porque amigos de copas, amigos de charleta, tenemos todos. Pero en los malos momentos, la soledad es la que más nos acompaña desgraciadamente.

    De todo se aprende. Lo que ocurre es que muchas veces decimos: "si volviera a nacer, no sería tan tonto con la gente y al final, estoy seguro, que algunas personas, si volviéramos a nacer, seríamos exactamente iguales.

    Un abrazo amiga y gracias.

    ResponderEliminar
  6. Querida Mónica, entiendo perfectamente que te resulte cercana. ¡No sabes cuánto! y ojalá no fuera así, pero es que ya me he cansado de luchar contra lo imposible.

    Me podrán tildar de intransigente y de no aceptar opiniones diferentes a la mía, cuando en realidad, lo único que no voy a tolerar por más tiempo es la falta de respeto que me demuestran con sus acciones u omisiones ciertos "amigos".

    Tendríamos para charlar horas y horas.

    Siento de veras que hayas vivido recientemente una mala experiencia. El tiempo y las buenas compañías lo curarán todo, seguro.

    Un besote como siempre, gordo, gordo.

    ResponderEliminar
  7. Luis, sabes que no tengo mucho tiempo en escribir, pero no he podido resistirme a expresarme y sacar mi portatil en el tren, si no hay respeto no puede haber amistad, el RESPETO con mayúsculas creo que está por encima de la amistad, se puede tener respeto sin tener amistad pero no se puede tener amistad sin tener respeto, lo bonito de la Noria es cuando vas con otros pasajeros que piensan de distinta forma pero no hay insultos ni humillaciones, lo contrario es lo que provoca guerras y saca lo peor del humano.

    ResponderEliminar
  8. No puedo añadir nada a lo que dices Miguel, porque es exactamente como pienso y como creo que deberían pensar algunas personas antes de hacer las cosas.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Mi querido Luismi, complicado esto de la amistad, yo también he tenido decepciones como todos, pero he hecho el esfuerzo de no tenerlo en cuenta y pasar página.Si sigo lo que me dice el evangelio, no tengo otra opción que perdonar y seguir queriéndole con sus defectos.
    Conservo amigos de la infancia, de mi trabajo, pero no todos son amigos, cuando estás en malas situaciones ves quién es tu amigo, cuando no pensamos lo mismo y a pesar de ello sigue a tu lado, ese es tu amigo, cuando pasan los años y no los has vuelto a ver y te siguen llamando por teléfono, ese es tu amigo, cuando tomas una decisión en tu vida y te apoya, aunque le duela tu decisión, ese es tu amigo. En fin Luismi, recuerdo un ejemplo que me impactó cuando yo tenía 23 años. Mis padres tenían unos amigos que siempre iban juntos a todas partes, decían que eran como hermanos, pero mi padre murió a los 49 años de un cáncer en tres meses y mamá y yo nos quedamos solas. Nunca más los volvimos a ver, nunca más y mi madre lloraba al ver cuánta mentira había en esa amistad. Aprendemos a golpes.
    Gracias
    Un beso

    ResponderEliminar
  10. Conozco casos como ese que relatas. Muchas veces, la proximidad con los amigos, acaba con esa amistad cuando los problemas crecen. Complicado, muy complicado encontrar verdaderos amigos. Pero siempre tenemos alguno aunque sea lejos. Muchas gracias por tu comentario querida amiga. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. El respeto es la base de la convivencia. Y no poedemos pretender que todos pensemos igual ni tengamos las mismas ilusiones o creencias.
    Es difícil conseguir ese respeto pero es posible si las dos partes lo quieren.
    Por la convivencia que merece hacer un esfuerzo.
    Respeto y sinceridad y la amistad suele salir adelante.
    Siento que no os entendeis tu amigo y tú, Luismi.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Realmente, no podemos hablar de amigos y amistad, porque como bien dices, sin respeto, es imposible. Y siempre me gustó tener otros puntos de vista que me pudieran enriquecer. Pero nunca, a base de insultos o ataques sin fundamento que sólo conducen al odio.

    Un abrazo y gracias.

    ResponderEliminar

Se agradece siempre tu compañía y opinión. Este blog sería un algo en la nada sin comentarios.
Gracias

Y vueltas y vueltas…

            Te movías al son de océanos de agua cristalina; yo te observaba con la mirada de quien bajo un asombro temporal, atisbaba un fin...