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Buenas
noches Luismi ¿cómo estás?”
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Hola,
¿quién eres?
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¿Ya no te
acuerdas de mí?
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¡Esa voz,
esa voz…! ¡Hola amiga, cuánto tiempo sin escucharte!. Pues yo, como siempre; no
me tendría que quejar, pero suelo hacerlo.
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No
cambiarás no; siempre tan positivamente pesimista, jejeje.
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¡Cómo me
conoces!
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Como si
te hubiera parido.
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Me alegra
mucho escuchar tu voz, ¿ocurre algo para que quieras hablar conmigo a estas
horas?
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No,
simplemente quería charlar un rato porque últimamente por informaciones que
tengo, parece que andas un pelín preocupado ¿me equivoco?
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No lo sé
amiga; no eres la primera que me lo pregunta. Pero te puedo asegurar que no me
pasa nada tan importante como para dar una imagen tan diferente a la buena o
mala que tengo habitualmente. Deben de ser cosas de la edad, rachas que van y
vienen o yo qué sé. No siempre uno está con el mismo humor y las ganas de hacer
felices a los demás, que intento tener.
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Me alegra
saber que no te pasa nada. Ya sabes que si algo te preocupa o te puedo ayudar,
puedes contar conmigo.
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Ya lo sé.
Muchas gracias. Si te parece, otro día charlamos más tranquilamente. Ahora es
muy tarde, estoy muy cansado y sólo tengo ganas de dormir.
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Buenas
noches, sé que dormirás tranquilo y te deseo que tengas unos felices sueños
querido Luismi.
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Muchas
gracias, mi querida Conciencia. Buenas noches.
Muy original tu conversación, a eso también se le llama examen de conciencia y si has podido dormir es que está tranquila, ya sabes, la buena conciencia sirve de almohada. Lo dijo alguien que no recuerdo ahora y desde luego tenía razón.
ResponderEliminarSon diálogos que vienen muy bien.
Abrazos Luismi
De vez en cuando, es muy bueno tener una conversación con una de estas amigas, sí. Nos quita muchos quebraderos de cabeza y es el mejor de los relajantes para dormir bien.
ResponderEliminarUn abrazo amiga.