Cinco meses hicieron falta para deshacer lo hecho.
Para que la injusticia tornara a justa. Para que lo negro, volviera a teñirse
de color.
Nunca pensé que embarcarme en un velero llamado
portabilidad, me pudiera traer una singladura con más oleaje que el Cabo de
Hornos.
Decidir cambiar de compañía telefónica ante la falta
de ofertas e incluso menosprecio o digamos falta de aprecio recibido por la que
había sido mi elegida durante toda la vida y comenzar a llover contrariedades,
fue todo un pack completo.
Instantes después de realizar oficialmente esa
portabilidad de operador, recibo un mensaje muy “cariñoso” en el móvil,
indicándome que la sanción por no cumplir un compromiso de permanencia que yo
pensaba que estaba por meses sobradamente cumplido, era de 190€ que siempre muy
amablemente iban a cargar en mi cuenta.
Dicho y hecho. Mis números, mi dinero, mis pelas,
menguaron con dicha cantidad ante el asombro, perplejidad y ganas de matar a
alguien que súbitamente provocó este hecho en mí y los míos.
Ante esto, había dos opciones. Pelear o con el rabo
entre las piernas, decirme a mí mismo, “Eres un verdadero gilipollas por
confiar donde nunca debiste tener confianza”.
Esta vez, decidí pelear, aún a riesgo de que me
partieran el orgullo y la dignidad.
Han sido meses de escritos, copias de facturas,
reclamaciones, visitas a Oficina del Consumidor y demás para acabar cara a cara
ante una especie de Tribunal de una Comisión de Arbitraje de mi Comunidad
Autónoma.
¿Y todo para qué?
Pues sencillamente, para una vez escuchada, leída y
estudiada mi reclamación y mi parecer cara a cara ante ese tribunal, acabar
restañando ese orgullo, esa dignidad y esa justicia que sinceramente, creí
perdidas.
Y marché de allí, bajando escaleras de dos en dos
sin perder un gramo de sonrisas e incluso tras pedir permiso, llevarme de
recuerdo un sencillo boli, pero de gran valor simbólico para mí porque por
una vez, me vestí de triunfo ante el gran gigante de las comunicaciones cuyo
nombre no diré para no hacerle publicidad y del que únicamente indicaré que se
enmascara de azul.
me ha encantado encontrarte
ResponderEliminarme gusta todo en tu blog
desde tus palabras a la música un abrazo
Gracias. Un abrazo.
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