miércoles, 12 de septiembre de 2012

Golpes


Cuatro adultos, dos parejas, dos matrimonios bajaban por una calle desierta a altas horas de la madrugada dejando atrás la algarabía de un encierro popular de reses en una de tantas fiestas patronales de la geografía española.

Esa noche, dos cosas unían a esas parejas. Una, el conocerse desde tiempos casi inmemoriales y por otro lado, bajar esa calle a carcajada abierta, sin recato, sin vergüenza, rememorando lo que minutos antes podía haber sido un golpe de graves consecuencias y que al final sólo se convirtió en un gran susto y ligeros moratones en rodillas y costillares.

Uno siempre confía en la destreza y preparación física de los demás. Más aún si se trata de un amigo al que minutos antes había observado realizar correctamente el ensayo general de salto de valla de poco más de un metro, causante del incidente.

Pero una cosa es hacerlo en los ensayos y otra diferente, hacerlo con público delante, incluida la propia esposa del infortunado saltarín.

El impulso inicial, resultó correcto, pero aún hoy no sabemos a ciencia cierta si un pie remolón se quedó atrás, si fue el otro el que se adelantó o fue un verdadero cruce a la remanguillé de brazos y piernas, los que provocaron la hecatombe.

El caso es que ese cuerpo voló por los aires, dejando tras de sí una pierna por un lado, dos brazos por el otro y una cara de estupefacción en aquellos que no dábamos crédito a lo que estábamos viendo.

Del susto inicial, se pasó a la relajación tras escuchar las palabras tranquilizadoras del aprendiz de gimnasta. Y lo siguiente, fue un torrente de carcajadas incontrolables.

Era imposible sujetar las risas de cuatro jóvenes cincuentones. Más aún cuando bajando esa calle, nos percatamos del silencio sepulcral que provocamos en varias decenas de jóvenes que practicaban su fiesta con el preceptivo botellón. Ese silencio se me quedó grabado y más si cabe, cuando un joven alto, rubio e incluso guapo, se me acerca intrigado y me pregunta al oído:

“¿Tío, vas borracho?”

 Si ellos supieran que en Londres no acabaron las Olimpiadas…

Porque aquí hubo un gran salto de puntuación extraña:

            Impresión artística:                                    9,6
            Ejecución del salto:                                   -5,2
            Dictamen general por salto y risas:     irían borrachos     

Y la reflexión que me surge, es que para una sonrisa, una risa o una estruendosa carcajada, no debería haber nunca edades.

Vivamos siempre con una sonrisa en los labios y que los años vayan pasando a “golpes” de carcajadas. 


12 comentarios:

  1. Ya lo decía César Vallejo, en los Heraldos Negros... "Hay golpes en la vida, tan fuertes ¡Yo no sé!...jajaja

    Coincido contigo Luismi, realmente la sonrisa y la risa son ingredientes indispensables para armonizar nuestras vidas y hacerla más amena cada día.

    La edad siempre es lo de menos.

    P.D. Demoré un poquito en llegar a tu casita, porque vine volando desde lejos, pero te tenía hace días en el pensamiento.

    Besitos de mariposa.

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  2. Gracias Diana. Siempre se agradecen tus visitas precisamente por ser desde tan lejos.

    ¿Las mariposas siempre sonríen no? Porque no concibo una hermosa mariposa triste.

    Besos

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  3. Joe como lo describes amigo... te juro que lo veo en mi mente, las piernas, los brazos, las caras perplejas, jejeje, me ha divertido mucho leerlo, espero que quede como buena anécdota, no me digas que dentro de unos días va con collarín...
    un fuerte abrazo

    (por cierto, atento a las entradas del amigo M. Knopfler, que si os apuntais Alfonso y tú, yo tiro pa Malaga o Madrid o si la crisis aprieta nos quedamos en medio tomando birra con el cd en el coche sonando a todo trapo)

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  4. jejeje. De momento y con el futuro tan poco prometedor que tenemos por aquí, esa opción del CD va tomando enteros.

    Un fuerte abrazo amigo.

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  5. Espero que el saltarin no fueras tu,y si lo heras que no haya sido bada,me ha encantado lo de kas carcajadas de jovenes cincuentones,es genial,besos y abrazos para todis

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  6. No Yolanda, no fui yo. Pero me dolió casi como si lo fuera. ¡Qué leche se pegó mi colega! Para grabarla y directa al Youtube, jejeje.

    Abrazos pa tos.

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  7. Me he quedado sorprendida muy gratamente de descubrir tu blog por medio del de ohma, gran visión: la vida es un estupendo lugar si nos reímos de algunas cosas que nos suceden, dejo un besitos :)

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  8. Gracias Alexia y bienvenida. El primer café y copa, ya sabes que siempre es gratis.

    Besos

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  9. Siempre Luismi.

    Hoy precisamente vine a dejarte una de mis sonrisas ☺

    Besos de Mariposa. இڿڰۣ-ڰۣ—Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ

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  10. Gracias Diana. No paro de sonreir...

    Besos

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  11. Para mi que no hay mejores risas que las generadas en la vida cotidiana y eso es porque nos sorprenden, son risas que nacen con naturalidad,osea, que no las provocamos, y por supuesto, luismi, que no hay edad para reir.
    Disfruté con tu entrada.
    Besos.

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  12. Gracias Ohma. Tienes toda la razón. Esas risas por sorpresa, son las mejores y las más recordadas.

    Besos

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Se agradece siempre tu compañía y opinión. Este blog sería un algo en la nada sin comentarios.
Gracias

Y vueltas y vueltas…

            Te movías al son de océanos de agua cristalina; yo te observaba con la mirada de quien bajo un asombro temporal, atisbaba un fin...