14:30 horas de un asfixiante día de calor en la estación de Chamartín. Un hombre desciende de un tren de cercanías para despedir a unos amigos que marchan de regreso a su hermosa tierra.
Decidido, desciende los escalones del vagón hasta el andén. Comienza su marcha hacia la derecha, hasta que se da cuenta de que el camino que inició, era el equivocado.
Rápidamente, gira sobre sí mismo para retomar el camino correcto. Al girarse, un sol justiciero ciega su vista y le impide ver que frente a él estaba ella, más hermosa, espigada y desafiante que nunca.
No pudo esquivarla. El abrazo, aunque sincero, fue demoledor. El sonido producido, paradójicamente, como el de un choque de trenes.
La cara de dos policías nacionales que a escasos dos metros contemplaron la escena, era de total perplejidad mientras la ensangrentada del hombre, era todo un poema.
El resultado de tan inesperado encuentro, seis puntos de sutura y la eterna convicción de que “la viga te da sorpresas, sorpresas te da la viga”.
P.D. También un amigo cachondo, comentaba recientemente si intentaba imitar esta escena. Prometo que no...
P.D. También un amigo cachondo, comentaba recientemente si intentaba imitar esta escena. Prometo que no...
Vaya hombre, que mal, no? :)
ResponderEliminarAsi es la viga!
Un abrazo, pero sin romperte eh!
La viga es cruel y dura, jeje.
ResponderEliminarGracias Ohma, abrazos.
Divertido caso, pero te diré que a mi hermano pequeño le pasó lo mismo con una señal de tráfico de esas que colocan en medio de la acera, para avisar de un paso de peatones. El se la tragó enterita, pero tenía 6 años eso si.
ResponderEliminarGracias por sacarme una sonrisa en este pesado verano que tenemos encima.
Besos.
Con 6 añitos, es más normal. Pero con tantos como tengo yo ya... Pero de todos modos, me lo he tomado con humor y he celebrado que con 6 puntos he aprobado con un "BIEN", jejeje.
ResponderEliminarBesos.
jajajaja, esas abruptas distracciones que desvían los sentidos en el momento menos preciso, son de temer.
ResponderEliminarPero si aún así te hacen feliz, solo queda asumir las consecuencias.
Besitos de mariposa, Luismi.
jejeje. Asumidas están mi querida Diana. Paciencia y buen humor de momento, no me faltan.
ResponderEliminarUn besote.
Pues menos mal que esta vez venia espigada, que si llega a darle el abrazo cuando esta más llenita lo descabeza.
ResponderEliminarUn final totalmente inesperado, yo pensando en plan romantico y zas...
Un abrazo.
¿Plan romántico? ¡Qué más quisiera yo que en lugar de una espigada viga rojiza hubiera sido una espigada y voluptuosa pelirroja de no te menees. Pero la vida o la viga es así de dura, jejeje.
ResponderEliminarGracias Neuri.
Besos y abrazos
Yo también tengo una relación de amor odio con las escaleras de mi casa. Yo siempre quiero subir y ellas empeñadas en hacerme bajar.
ResponderEliminarCosas de escaleras.
Un abracín
Escaleras, vigas, señales de tráfico... Yo creo que en ocasiones cobran vida para darnos sustos.
ResponderEliminarOtro abracín.
Buen humor mi querido Luismi, esta tu amiga, se ha chocado más de una vez con una farola !jaja!
ResponderEliminarNo tengo remedio
Con ternura
Sor.Cecilia
Si es que Dios los cría y ellos se juntan, jejeje. Un fuerte abrazo amiga.
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